TRANSGÉNICOS AMARGAN EL FUTURO DE LA MIEL MEXICANA

Panorama Ambiental
Internacional
Octubre de 2011
 

Mérida, Yuc.- Luego de que la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación autorizó la siembra de 30 mil hectáreas de soya transgénica en la península de Yucatán, la Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas (Unorca), Greenpeace México, investigadores y apicultores denunciaron que la producción de miel de Yucatán y su comercialización está amenazada por la presencia de soya transgénica en la región.

En el marco del Día mundial de la alimentación, alertaron que el número de hectáreas destinadas a las siembras de semillas transgénicas de maíz, algodón, trigo y soya autorizadas por el gobierno federal avanza silenciosamente poniendo en riesgo de contaminación no sólo las cosechas de estas plantas sino otros productos relacionados con nuestra alimentación.

Los productos que llevamos a nuestra mesa están en alto riesgo de contener transgénicos, lo que implica además de riesgos para la salud de los consumidores, la imposibilidad de acceder a los mercados donde se exige la certificación de que los productos sean totalmente libres de organismos genéticamente modificados (OGM).

El Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), dependencia de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), otorgó a la empresa Monsanto un permiso para la liberación en programa piloto de 30,000 hectáreas de soya genéticamente modificada amenazando la producción y comercialización de la miel de la península de Yucatán, de la que dependen mas de 16,000 apicultores campesinos: miel que por sus características, origen floral y calidad tiene como mercado preferente a la comunidad económica europea”, señaló Pablo Duarte Sánchez, coordinador de la UNORCA en Yucatán.

México es el sexto productor y tercer exportador mundial de miel de abeja. El destino principal de estas exportaciones, de la cual dependen más de 40,000 apicultores, es la Unión Europea. Pero esta posición envidiable se está viendo amenazada por cultivos de maíz transgénico y soya transgénica.

El Tribunal de Justicia de la Unión Europea prohibió la comercialización de mieles que contengan polen de origen transgénico no autorizado (maíz MON 810 de la empresa Monsanto).

“Del pronunciamiento del Tribunal se desprenden dos situaciones: si se trata de polen de plantas transgénicas no autorizadas para la alimentación, la miel sencillamente no puede comercializarse (principio de tolerancia cero); si se trata de polen de plantas transgénicas autorizadas para la alimentación, es posible comercializar la miel, indicando en una etiqueta la leyenda “Contiene ingredientes modificados genéticamente” cuando su contenido sobrepasa el 0.9 por ciento. Sin embargo, la comercialización de miel con este etiquetado parece casi imposible, cualquiera que sea su origen, dado que la gran mayoría de los consumidores europeos rechazan los alimentos transgénicos”, alertó Ernesto Ladrón de Guevara, representante de la UNORCA.

Los principales comercializadores de miel de la región han comenzado a recibir avisos de sus compradores respecto a la necesidad de garantizar que la miel producida en la región se encuentra libre de polen de plantas transgénicas.

En el caso de la península yucateca, que es extremadamente plana, no hay forma de evitar que el polen de las plantaciones transgénicas contamine todas las demás plantaciones. La autorización de transgénicos resulta incongruente con los programas que el gobierno federal ha venido impulsando desde el sexenio anterior para garantizar la inocuidad de la miel producida en la región.

“La experimentación a campo abierto en nuestro país únicamente busca probar resistencia a insectos y a herbicidas, no el flujo génico que inminentemente contaminará cultivos de maíz nativo, así como la producción de miel, perjudicando tanto a productores como a consumidores por tratarse de organismos que no han sido correctamente evaluados y que no ha descartado afectaciones para la salud humana. Es urgente que las autoridades reinstalen la moratoria a cultivos transgénicos, tal como lo ha recomendado el Relator Especial de Naciones Unidas sobre el Derecho a la Alimentación, Olivier De Shutter”, demandó, Aleira Lara, coordinadora de la campaña de Agricultura sustentable y transgénicos de Greenpeace México.

“No podemos dejar de subrayar que la adopción de transgénicos representa una amenaza para la soberanía alimentaria, ya que las semillas y su contenido genético son propiedad de las empresas que los generan, no de los campesinos. Más que por ventajas tecnológicas productivas, la expansión de los transgénicos se viene dando como un negocio de mutua conveniencia y connivencia entre corporaciones transnacionales y alta burocracia gubernamental del sector agropecuario y financiero (SAGARPA, FINANCIERA RURAL, FIRA, FIRCO BANCA). Ante esta situación, la sociedad civil tiene que tomar acciones y hacer presentes sus demandas, intereses y presencia”, concluyeron los participantes.

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Maíces mexicanos ¿en manos de Monsanto?

El Proyecto Maíces Mexicanos que participa en Iniciativa México es el disfraz que utiliza la transnacional Monsanto para ocultar que es la peor amenaza para los maíces mexicanos y avanza peligrosamente como semifinalista.
El ganador del primer lugar de Iniciativa México 2010, Raúl Hernández Garciadiego, representantes de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCCS) y de las organizaciones Semillas de Vida y Greenpeace hicieron un llamado público a Iniciativa México a no permitir que se contamine su programa con la premiación del proyecto Maíces Mexicanos el cual ha sido financiado por Monsanto, empresa transnacional que actualmente pugna por comercializar semillas de maíz transgénico en el país, las cuales plantean un serio riesgo de contaminación por flujo génico hacia los maíces mexicanos.

Los investigadores y representantes de organizaciones de la sociedad civil lanzaron una campaña invitando a la sociedad mexicana a no votar por esta iniciativa para impedir que este proyecto siga adelante, representando los intereses de Monsanto, al tiempo que presentaron evidencias audiovisuales donde el líder del proyecto José Luis Herrera Ayala y la encargada de comunicación, Patricia Landino, admiten que han recibido financiamiento no sólo de Monsanto sino también de Agrobio la cual es una asociación civil que integra a las empresas que promueven la siembra de transgénicos en México, como la misma Monsanto.

“La amenaza más grave que enfrentan los maíces mexicanos son las gigantes empresas transnacionales de semillas -como Monsanto- que a nivel mundial controlan el mercado de semillas transgénicas y que presionan por todos los medios a su alcance para que el gobierno les otorgue permisos de siembra de maíz transgénico de alto riesgo para las variedades endémicas”, acusó Raúl Hernández Garciadiego, primer lugar de Iniciativa México 2010.

“Jugando con un doble discurso Monsanto pretende esconderse debajo del disfraz de oveja que le proveen sus aliados de la Confederación Nacional Agrícola de Productores de Maíz de México (CNAPAMM) a través del Proyecto Maíces Mexicanos. Pretenden engañar a la sociedad haciéndole creer que su intención es proteger la gran diversidad de maíces mexicanos, cuando es esta empresa la peor amenaza para nuestro país como centro de origen y diversificación constante del maíz. El Ing. José Luis Herrera dice que conservará el maíz en Iniciativa México y promueve los transgénicos con la otra mano. El pasado 21 de octubre la CNAPAMM anunció que demandarían al titular de la Secretaría de Medio Ambiente por no autorizar la siembra de maíz transgénico en fase piloto”, denuncio Aleira Lara, coordinadora de la campaña de Agricultura sustentable y transgénicos de Greenpeace e integrante de la campaña “Sin maíz no hay país”.

“Consideramos este anuncio como una estrategia de presión, por parte de los promotores de los cultivos transgénicos, para que instancias encargadas de la protección al medio ambiente dejen sin efecto los argumentos técnico-científicos en aras de los intereses económicos de empresas transnacionales”, alertó Lara.

“Nuestro país es centro de origen del maíz – de al menos 59 de sus razas, que es en la actualidad el cultivo más importante en el mundo y forma parte del patrimonio cultural y alimentario que los mexicanos hemos compartido generosamente con toda la humanidad. Esta riqueza genética es la mayor fortaleza para enfrentar el cambio climático y el hambre en el mundo y por eso debemos cuidarlas”, indicó el Dr. Antonio Turrent, vicepresidente de la UCCS.

Los cultivos transgénicos plantean una grave vulnerabilidad para los pequeños productores, campesinos e indígenas productores de maíz mayor pues la contaminación transgénica y el monopolio de estas empresas impide la práctica de intercambio de semillas, práctica que se realiza hace miles de años posibilitando la diversificación de semillas y su adaptación a diferentes condiciones agronómicas. Al coartarse esta práctica se pone en peligro la producción de alimentos en nuestro país. El 70 por ciento del maíz blanco que se consume en México directamente proviene de estas unidades de producción.

“También los consumidores seremos afectados pues se pone en peligro el principal alimento que nos provee del 55 por ciento de ingesta calórica diaria y 22 por ciento de la proteína de los mexicanos pues son diversos los estudios que han demostrado daño por la ingesta de transgénicos; por otra parte se pone en peligro su producción y la variabilidad que permite la riqueza de platillos mexicanos para cada uno de los cuales se requiere una variedad específica”, enfatizó Adelita San Vicente Tello de Semillas de Vida, miembro de la campaña “Sin maíz no hay país”.

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Monsanto, desenmascarado y fuera de iMx

El Proyecto Maíces Mexicanos (PMM), impulsado por promotores de transgénicos como la Confederación Nacional de Productores Agrícolas de Maíz de México (CNPAMM) y financiado por Monsanto, la principal promotora de los transgénicos en el mundo, quedó eliminado de la contienda de Iniciativa México (iMx) este domingo.
Tras dos semanas de campaña en las que difundimos audiovisuales donde el líder del proyecto, José Herrera, y la encargada de comunicación, Patricia Landino, admitieron haber recibido financiamiento no sólo de Monsanto sino también de Agrobio, (asociación civil que integra a las empresas que promueven la siembra de transgénicos en México); de haber mostrado los argumentos de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad y del ganador de iMx 2010, Raúl Hernández Garciadiego, quienes han dado una fuerte lucha por la defensa del maíz mexicano; la sociedad, tú y muchos más a través de mensajes en las redes sociales nos ayudaron a alertar al consejo directivo de Iniciativa México, a los sinodales y, sobre todo, al resto de la ciudadanía, del doble discurso del PMM al servir a dos intereses incompatibles: la protección de los maíces mexicanos y la siembra de maíces transgénicos.

Antes de iniciar nuestra campaña en Facebook y Twitter, el PMM avanzaba en cada una de las fases de Iniciativa México. Este domingo únicamente contó con el 10 por ciento de los votos.

La batalla que dimos en las redes sociales ha sido de gran ayuda no sólo para evidenciar la intención de Monsanto para hacerse pasar por bueno, sino para alertar sobre el riesgo que los cultivos transgénicos, promovidos por Monsanto y sus aliados, plantean a la gran diversidad de maíces mexicanos, a nuestra riqueza genética, a nuestra alimentación. Pero sobre todo al rechazo de la ciudadanía a este tipo de cultivos.

Es lamentable que líderes de organizaciones campesinas pacten un bien común, como el maíz, con empresas con un historial indefendible, inexcusable, como el de Monsanto. Sin embargo las evidencias y el trabajo con convicción rinden frutos en la defensa de los recursos naturales y en la defensa del planeta.

Ahora, tenemos que lograr que Monsanto retire las manos de nuestro maíz, y exigirle a los servidores públicos, como Francisco Mayorga, secretario de agricultura, que dejen de fungir como agentes de venta de las empresas y dejen de promover sus cultivos transgénicos como la barita mágica que reactivará el campo mexicano.

La verdadera solución frente al hambre y los extremos del clima no está en una tecnología como la de los transgénicos. Está en la gran diversidad de maíces que se encuentran en nuestro país, y que han sido cuidados y desarrollados por campesinos mexicanos desde hace más de 9 mil años. Un mensaje importante para el gobierno mexicano: ¡Sin maíz no hay país!
¡Sigamos con la lucha!


 

Fuente: Greenpeace – Internacional
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