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COP
6
Havana, 2003
La desertificación
es un problema de alcance mundial
La desertificación
no es el aumento de extensión de los desiertos existentes,
sino el proceso de degradación de las tierras en
áreas áridas, semiáridas y subhúmedas
secas. Es un proceso gradual de pérdida de productividad
del suelo y de adelgazamiento de la cubierta vegetativa
por efecto de las actividades humanas y de las variaciones
climáticas. Más de 250 millones de personas
padecen directamente los efectos de la desertificación,
y una tercera parte de la superficie terrestre —más
de 4000 millones de hectáreas— está amenazada
de desertificación. Igualmente peligra la subsistencia
de 1.2 mil millones de personas, que dependen de la tierra
para la mayoría de sus necesidades y que suelen ser
los habitantes más pobres del planeta, en más
de 110 países.
Pero las personas directamente
afectadas no son los únicos en padecer sus efectos.
Como consecuencia de la desertificación, la población
marginada que vive en tierras secas es la que más
sufre, ya que su pobreza se agrava, su situación
sanitaria y alimentaria se deteriora, y la seguridad de
los alimentos se debilita, pero además, al verse
obligados a buscar otros medios de subsistencia, los conflictos
y la migración en masa invaden los centros urbanos
y se extienden a otros países.
De hecho, 135 millones —equivalente
a la población de Alemania y Francia juntas— podrían
verse obligados a desplazarse por efecto de la desertificación.
Entre 1997 y 2020, se espera que unos 60 millones de personas
abandonen las áreas desertificadas del África
subsahariana en dirección al norte de ese continente
y a Europa. Estudios sobre el África occidental realizados
durante períodos prolongados prevén un flujo
migratorio constante desde las regiones del Sahel hacia
las ciudades costeras, cuya población se multiplicará
previsiblemente por 3'5 con respecto a los valores de 1997,
para llegar a los 271 millones en 2020. Según el
instituto Natural Heritage, hay una correlación sólida
entre migración, pobreza y efecto de desgaste medioambiental.
Cada año, entre 700 000 y 900 000 mejicanos abandonan
sus hogares y sus campos secos para buscar un medio de vida
como inmigrantes en los Estados Unidos. Los recursos medioambientales
en las ciudades y campamentos en que habitan esas personas
y en sus inmediaciones se ven fuertemente castigados. Las
difíciles condiciones de vida y la pérdida
de identidad cultural debilitan aún más la
estabilidad social. Un estudio realizado en 1994 indica
que en la mitad de los 50 conflictos armados de ese año
había factores causales medioambientales característicos
de las tierras secas.
Es más, aunque la
desertificación afecta en mayor medida al continente
africano, dos terceras partes del cual son desiertos o tierras
secas y cuya población, en un gran porcentaje, depende
de los recursos naturales para subsistir, el problema no
se circunscribe a las tierras secas de ese continente. Más
de un 30% de las tierras de los Estados Unidos están
afectadas por la
degradación de las
tierras. Una cuarta parte de América Latina y el
Caribe son desiertos y tierras secas. En España,
31% de las tierras corre el peligro de desertificarse. Aproximadamente
un 70 por ciento de los 5200 millones de hectáreas
de tierras secas que se utilizan en agricultura, o un 30
por ciento de la superficie terrestre total del mundo, está
ya degradada y amenazada por la desertificación.
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COP
6 – Download (media brief)
- COP
6 – Download (¿Qué es la desertificación?)
- COP
6 – Download (nota de la secretaría)
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