Argentina
y Uruguay deben acordar un plan de producción
limpia que establezca las bases para el desarrolo
sustentable de la industria del papel.
Greenpeace consideró este viernes que recurrir
a la Corte Internacional de Justicia de La Haya
para dirimir la controversia diplomática
con Uruguay por la instalación de las plantas
celulósicas en Fray Bentos "difícilmente
solucione el conflicto ambiental" y reclamó
a ambos países que acuerden las bases para
el desarrollo sustentable de la industria papelera
en la región.
Respecto del anuncio realizado ayer por el gobernador
entrerriano Jorge Busti, Greenpeace consideró
que "recurrir a la Corte Internacional de Justicia
debe ser la última instancia, ya que difícilmente
resultará en una solución al conflicto
ambiental y a la inevitable contaminación
que producirán las plantas si se construyen
de acuerdo con el diseño proyectado por las
empresas".
"La solución de fondo
sólo puede alcanzarse por la vía política
y en un diálogo bilateral, que hasta ahora
ni Uruguay ni Argentina han sabido construir. Sólo
mediante ese diálogo puede surgir una solución
verdadera del problema", sostuvo Juan Carlos
Villalonga, director Político de Greenpeace.
Para Greenpeace, "es hora
de generar un diálogo serio y Argentina debe
ser consecuente en su reclamo y debe apostar seriamente
a una etapa de diálogo binacional con el
objetivo de determinar cómo enfrentamos el
problema y el riesgo que significan las plantas
de celulosa sobre el Río Uruguay y, además,
la debida modernización del sector celulósico
tanto en Argentina como en Uruguay".
El resultado de ese diálogo
biltateral debe ser un Plan de Producción
Limpia para el sector de la celulosa que establezca
las bases y criterios para el desarrollo de la industria
del papel en ambos países. Greenpeace realiza
este reclamo a la Argentina desde mediados de la
década del '90 y sostiene la misma demanda
ante los Gobiernos de los distintos países
de la región.
"Esto implica criterios acerca
de los impactos que generan las plantaciones, implica
dar prioridad a la utilización de tecnologías
limpias y criterios acerca de las escalas y las
localizaciones de las instalaciones. El Plan de
Producción Limpia (1) es establecer las bases
para resolver este conflicto en base a criterios
de desarrollo sustentable", agregó Villalonga.
Greenpeace consideró que
recurrir a La Haya debería ser "la última
etapa del conflicto" y señaló
que "hay instancias de discusión que
no se han explorado debidamente".
"La Comisión Binacional
que está a punto de finalizar su mandato
ha tenido un objetivo defectuoso, se planteó
en base a no discutir la propia instalación
de las plantas. Creemos que hay que discutir estos
proyectos desde cero, y recurrir la Corte Internacional
de Justicia no nos aproxima necesariamente a una
solución de fondo respecto de la contaminación
que generarán las plantas de celulosa",
sostuvo Villalonga.