Chile
— Santiago, 15 de febrero de 2006. Greenpeace rechaza
enérgicamente la decisión de la COREMA
de Atacama por condenar y poner en grave riesgo
el agua del valle del Huasco al aprobar el Proyecto
Minero Pascua Lama de la empresa canadiense Barrick
Gold, el que pretende explotar un yacimiento de
Oro.
“Si bien Barrick ya tiene un proyecto
aprobado para la misma zona, la COREMA no puede
simplemente desestimar la falta de claridad del
proyecto que no garantiza la sustentabilidad del
recurso agua y podría contaminar gravemente
las napas subterráneas y el río que
riegan el Valle del Huasco. La resolución
no aprobó el proyecto original, sino que
lo cambió a uno subterráneo, y a nuestro
juicio este “nuevo proyecto” debe ser objeto de
un nuevo Estudio de Impacto Ambiental porque las
propuestas distan mucho de ser iguales”, señaló
Samuel Leiva de Greenpeace Chile.
Sobre los glaciares Greenpeace
considera que “la COREMA al condicionar el proyecto
a una explotación subterranea, no considera
que ella misma ya aprobó un plan, nunca implementado
en el mundo, llamado plan de manejo de Glaciares,
que Barrick efectuaría de todas maneras.
Con su aprobación nunca se consideró
que se desconocen los impactos reales que afectarán
los glaciares, ya que el proyecto no entrega los
datos necesarios para ese escenario”, agregó
Leiva.
En este nuevo escenario de extracción
subterránea no se entiende su viabilidad,
pues la propia Barrick ha señalado que no
es viable económicamente ese tipo de extracción.
“Además los glaciares ya se encuentran intervenidos
y, no sabemos que medidas de compensación
ha planteado la autoridad en ese sentido”, puntualizó
Leiva.
El proyecto tiene una vida útil
de 20 años, y removerá alrededor de
1.808 millones de toneladas de material, correspondiente
a un 17% de mineral, y a un 83% de estériles,
lo que corresponde a residuos con contenidos altamente
tóxicos de los que aún no se conocen
las medidas concretas que la autoridad señaló
para impedir su impacto. Lo que si está claro,
es que esta es una fuerte señal para las
compañías que, como Barrick, compran
voluntades con promesas en dólares e incluso,
presionan al gobierno condicionando la decisión
sobre otros proyecto de inversión cómo
lo ha hecho la propia Barrick con su proyecto Cerro
Casale.
El proyecto ahora debe ser rechazado
u aprobado por el consejo de ministros, pues las
comunidades afectadas apelarán a la resolución
de aprobación de la COREMA. Dicho consejo
que es una instancia de corte político y
no técnico y es el que centra las mayores
preocupaciones de los sectores contrarios al proyecto
por ser altamente influenciable por la agenda de
crecimiento económico impulsada por los gobiernos
de la concertación, nos obliga a seguir atentos
a lo que la autoridad determine, porque esta historia
aún no termina.