01/02/2006
- Manaus - La mayor parte de los animales recogidos
al Núcleo de Fauna Silvestre del Instituto
Brasileño de Medio Ambiente y Recursos Naturales
Renobables (Ibama) en el Amazonas en 2005, eran
principalmente tortugas y cocodrilos, cuya carne
es muy apreciada en la región.
La información ayuda a
deshacer la creencia de que coleccionadores nacionales
y extranjeros serían los responsables por
la caza a los animales exóticos de la Amazonia
brasileña, pero puede reforzar la idea de
que el Ibama obliga a los habitantes de la región
a cambiar las costumbres alimentarias que forman
parte de su cultura.
El responsable por el nucleo,
João Duarte, explica que ellos no le quitan
al ciudadano una tortuga que le va a servir de alimento
a su familia, porque la ley ambiental asegura a
él el derecho de retirar el sustento de la
naturaleza.
Lo que no se puede es transportar
o comercializar la carne de esos animales sin autorización,
explica Duarte, añadiendo que los únicos
animales silvestres que pueden venderse son los
criados en cautiverios autorizados por el Ibama.
De los 830 animales silvestres
aprendidos, rescatados o entregados espontáneamente
al Ibama en el Amazonas el año pasado, 629
eran reptiles, 127 mamíferos y 74 aves. En
2004 se recogieron 1.143 animales silvestres, afirma
Duarte, añadiendo que las campañas
para que los turistas y habitantes de la Amazonia
no compren artesanía con plumas de aves de
la floresta ayudan en la disminución del
tráfico de animales.
Duarte explica que 456 animales
recogidos se han devuelto a la floresta. 236 está
en criaderos destinados a la investigación
científica. Siete se han trasladado al zoológico
y el resto está en cautiverios autorizados
por el Ibama.