07 febrero
2006 - DF, México — La Organización
Mundial de Comercio (OMC) buscará derribar
todas las barreras de contención a las semillas
transgénicas, a pesar del riesgo que representan
para el ambiente y la salud. Por principio, intentará
forzar a Europa a eliminar las regulaciones que
estableció para proteger su entorno y a los
consumidores, pues según la OMC eso viola
las reglas del libre comercio. Los promotores de
esta "apertura" son los gobiernos de Estados
Unidos, Canadá y Argentina, que también
planean introducir transgénicos en América,
Asia y África.
"El gobierno estadounidense
y las corporaciones biotecnológicas intentarán
usar esta resolución de la OMC como argumento
para forzar la aceptación de los transgénicos
en países en desarrollo como México,
tal y como hicieron en años pasados en Sri
Lanka, Tailandia y Corea del Sur, a los que forzaron
a desistir en su intento por instalar regulaciones
nacionales. La OMC no debe ser usada para debilitar
el Protocolo de Bioseguridad, que reconoce el derecho
soberano de países como México a regular
e incluso prohibir el uso de organismos genéticamente
modificados (OGM)", dijo Gustavo Ampugnani,
coordinador de la campaña de transgénicos
de Greenpeace México.
Los productores estadounidenses
de maíz y soya transgénicos argumentan
que las regulaciones europeas les provocan pérdidas
de $300 millones de dólares al año.
Lo que no han considerado es que en el mercado europeo
la mayoría de los consumidores rechaza los
transgénicos.
En el 2005, los gobiernos europeos
votaron en clara mayoría para retener las
prohibiciones a transgénicos existentes en
Grecia, Austria, Francia, Luxemburgo y Alemania.
La semana pasada, el gobierno griego anunció
la extensión de la prohibición a semillas
de maíz transgénico de Monsanto. Austria
recientemente anunció su intención
de prohibir la importación de colza transgénica.
Estas prohibiciones, sumadas a las impuestas el
año pasado en Hungría y Polonia, al
establecimiento de 172 regiones europeas declaradas
como libres de transgénicos y a la moratoria
de 5 años decidida en Suiza por un referéndum,
muestra cómo Europa rechaza contundentemente
los transgénicos.
"Reafirmar el derecho de
los consumidores y la obligación de México
a cumplir con el principio precautorio establecido
en el Protocolo de Bioseguridad es crucial en estos
momentos en los que la Secretaría de Agricultura,
Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación
(Sagarpa) analiza siete solicitudes para sembrar
maíz transgénico en México,
que es el centro de origen del maíz y reserva
genética mundial para este cultivo",
advirtió Ampugnani.