Madrid,
23 de febrero de 2006.- Aparte de su falta de compromiso
para evitar la destrucción de hábitats
valiosos, tan patente en la costa mediterránea,
WWF/Adena apunta al sector de la construcción
como principal motor del impacto español
en los bosques del planeta. Dicha ONG de conservación
de la naturaleza participa en la tercera edición
del Salón Inmobiliario de Almería
(SIAL 2006), para pedir a los promotores inmobiliarios
y a los constructores que exijan en sus compras
la certificación forestal FSC.
A pesar de que las dos terceras
partes de la madera consumida por el mercado español
es importada y de que el 16% de ésta procede
de regiones donde las talas ilegales son habituales,
sólo dos de las grandes empresas de este
sector (Anida y Grupo Habitat) han implantado medidas
para evitar el uso de maderas de origen insostenible,
dando prioridad a los productos certificados por
sistemas como el FSC (siglas inglesas del Consejo
de Administración Forestal).
WWF/Adena recuerda que el mercado
español de la madera desempeña un
enorme papel en el futuro de los bosques del planeta,
en especial de los tropicales. Sin embargo, la ausencia
de políticas de compra responsable de productos
forestales en constructoras y promotores de viviendas
bloquea la explotación sostenible de los
bosques de los países de los que España
importa madera.
Félix Romero, Responsable
de Bosques de WWF/Adena, lo expresó con estas
palabras: “El mercado europeo de la madera es el
causante directo del problema de la tala ilegal
y nuestro objetivo común debe ser transformarlo
en parte de la solución. Las Administraciones
públicas y las empresas del sector que se
jactan de contar con políticas de Responsabilidad
Social Corporativa deben incorporar urgentemente
garantías de compra responsable de madera.”
WWF/Adena apuesta por la madera
como material de construcción por ser un
producto natural renovable, reciclable, reutilizable,
revalorizable y cuyo coste energético de
transformación es muy inferior al de otros
materiales más contaminantes como plásticos,
metales o cementos. Sin embargo, sin garantías
del origen sostenible, como la certificación
FSC, el comprador se convierte en cómplice
de un mercado que genera más de 10.000 millones
de euros de pérdidas anuales a los países
que sufren el problema de las talas ilegales.
Por este motivo, WWF/Adena advierte
que resulta de importancia primordial por parte
de las entidades promotoras y las empresas que usan
y consumen madera el desarrollo de políticas
de compra que discriminen positivamente a los proveedores
de productos certificados FSC y rechacen a aquellos
que no pueden garantizar el origen sostenible de
su madera.