15/03/2006
- Porto Alegre - Una evolución en el campo
de las semillas transgénicas, la tecnología
Terminator, debe ser uno de los principales temas
de protestas de los activistas internacionales que
acompañarán, en Curitiba, Sur de Brasil,
la 3ª Reunión de las Partes del Protocolo
de Cartagena sobre Bioseguridad y la 8ª Conferencia
de las Partes de la Convención sobre Diversidad
Biológica (COP-8).
Los dos eventos discuten el establecimiento
de reglas internacionales para a la cuestión
de la propiedad intelectual sobre patrimonio genético
– caso de las semillas transgénicas producidas
por empresas multinacionales. "[ Terminator
] es un tipo de tecnología transgénica
que consiste en producir organismos vivos estériles.
En la agricultura, esa tecnología se aplica
en semillas para impedir la germinación",
informó a la Agencia Brasil la asesora jurídica
Maria Rita Reis, de la Tierra de Derechos, organización
civil por los derechos humanos.
"Las semillas son patrimonio
de los pueblos. No pueden estar patentadas a favor
de empresas multinacionales", dijo el activista
hondureño Rafael Alegria, de la Vía
Campesina Internacional , durante la 2ª Conferencia
Internacional sobre Reforma Agraria y Desarrollo
Rural, que terminó en el pasado viernes (10).
La nueva tecnología, obtenida
por manipulación genética, permite
a las empresas que la venden mayor control sobre
los agricultores. Las semillas generadas por la
planta son estériles, por lo tanto no pueden
ser guardadas por el agricultor para que sean usadas
como semillas en el año siguiente – una forma
de burlar el pago de "royalties" a las
empresas.
"El problema es que esas
plantas pueden contaminar otras plantaciones comunes
generando otras plantas estériles, una reacción
en cadena, inclusive en el medioambiente",
explica el activista chileno Mario Ahumada, del
Movimiento Agroecológico de América
Latina y del Caribe (Maela). "Es un atentado
al patrimonio genético y contra el desarrollo
de una agricultura más limpia y sana."