30 marzo
2006 - Internacional — En las aguas de Guinea Conakry,
uno de los países más pobres del mundo,
hay abundancia... de saqueadores. De los 67 barcos
pesqueros que identificó Greenpeace durante
10 días, casi un tercio era ilegal. La evidencia
que presentaron Greenpeace y la Fundación
para la Justicia Medioambiental consiguió
que autoridades de ese país abordaran el
barco Esperanza de Greenpeace y procedieran contra
estos piratas.
Un helicóptero de Greenpeace
sobrevoló un grupo de buques pesqueros a
unas 60 millas frente a las costas de Guinea y encontró
un barco que no contaba ni con licencia para pescar.
Por ese motivo, las lanchas de Greenpeace salieron
desde el Esperanza y se dirigieron al buque pirata
llevando a bordo a un oficial de la marina guineana
y a un inspector de pesca de este país, junto
con miembros de Greenpeace y de la Fundación
para la Justicia Medioambiental.
Después de confirmar que
el barco, el Lian Run No 14, no contaba con licencia
para pescar en aguas del país africano, procedió
el arresto. El barco Esperanza escoltó al
buque pirata hasta la capital del país, Conakry,
y lo entregó a las autoridades.
El capitán del Lian Run
No 14 replicó que su documentación
se encontraba en Las Palmas, España, puerto
en el que buena parte de estas capturas ilegales
son descargadas.
“Ésta es tan sólo
una muestra de lo que sucede todos los días
en aguas de algunos de los países más
pobres del continente africano. También es
un ejemplo de lo que podría hacer la comunidad
internacional si se decidiera a colaborar más
activamente con estos países para poner fin
a la lacra de la pesca ilegal, que está provocando
tantos daños a los pescadores y comunidades
costeras de este país”, declaró Sebastián
Losada, responsable de la campaña de océanos
de Greenpeace.
Greenpeace y FJM encontraron además
evidencias sobre cómo se blanquean estas
capturas. Todas las cajas destinadas a empacar el
pescado capturado por este buque estaban rotuladas
con el nombre de otros 7 barcos que sí cuentan
con licencia para pescar. Esto prueba que incluso
los barcos autorizados colaboran para introducir
el pescado ilegal en el mercado.
Las víctimas: la vida marina
y los pescadores locales
África Occidental es la
única región del mundo en la que el
consumo de pescado está descendiendo. Los
pescadores locales están perdiendo su única
fuente de ingresos y muchas veces incluso sus vidas
cuando los barcos arrastreros entran en las zonas
reservadas para la pesca artesanal. Las autoridades
de Guinea no tienen capacidad alguna para combatir
a estos piratas de la pesca, que algunas veces pescan
a tan sólo dos millas de la costa.
Globalmente, el valor de la pesca
ilegal ha sido estimado en entre 4 mil y 9 mil millones
de dólares anuales, el 20% del valor de la
captura pesquera mundial. Se estima que tan sólo
en el África subsahariana supone 1000 millones
de dólares anuales.
La campaña contra la pesca
pirata en África Occidental es la segunda
etapa de la expedición que realiza Greenpeace
llamada En Defensa de Nuestros Océanos. Todo
el año 2006, el Esperanza será la
principal plataforma de Greenpeace para exponer
la necesidad de crear una red de reservas marinas
que abarque el 40% de los océanos del planeta:
lugares que se protegerían de la explotación
a gran escala y de la pesca y la caza industrial;
lugares desde donde nuestros océanos puedan
empezar un proceso de recuperación.