10 marzo
2006 - DF, México — El gobierno mexicano
se ha rehusado a hacer pública la postura
que sostendrá en la tercera reunión
de las partes del Protocolo de Cartagena sobre Bioseguridad
(1) que regula el movimiento transfronterizo de
organismos genéticamente modificados, y esto
se debe a que podría boicotear las negociaciones
que se den en esta convención, denunció
Greenpeace a 3 días de que arranque este
encuentro.
“Sospechamos que la postura mexicana
sea similar a la tomada en años anteriores
(COP1/Malasia y COP2/Montreal), cuando promovió
un modelo de vaga identificación de organismos
genéticamente modificados (OGM) mediante
la leyenda “puede contener” en los embarques . Con
esto México busca reafirmar y consolidar
el ilegal “tlc transgénico”, acuerdo firmado
entre México y dos países no miembros
del Protocolo (Estados Unidos y Canadá) en
2003, a espaldas del Senado de la República”,
declaró Gustavo Ampugnani, coordinador de
la campaña de transgénicos de Greenpeace
México.
Desde mediados de febrero, Greenpeace
ha solicitado a la delegación que haga pública
su postura en estas negociaciones y no ha obtenido
respuesta, por lo que es muy posible que intente
abanderar la posición de Estados Unidos,
país no parte del Protocolo y principal productor
de transgénicos, interesado en hacer que
esta convención fracase.
En este, como en años anteriores,
en la delegación mexicana se encuentra Víctor
Villalobos, quien siempre ha defendido los intereses
de las corporaciones y ha buscado la libre siembra
y comercialización de maíz transgénico.
El punto crucial que este año
se discutirá en esta reunión es el
artículo 18.2a, relativo a la identificación
clara de los transgénicos destinados a consumo
humano y animal, o al procesamiento. Greenpeace
considera que una identificación realmente
útil para los países importadores
debe incluir tres aspectos fundamentales:
1)qué tipo de transgénico viene en
el embarque;
2)qué cantidad de transgénicos viene
en los embarques, tomando en consideración
que la comunidad científica y técnica
ha señalado que una detección confiable
a un nivel de 0.1%, y
3)que los costos de esa información sean
pagados por el país exportador y no por los
países importadores.
Con las importaciones de maíz
transgénico procedentes de Estados Unidos,
México en los hechos socava el Protocolo
de Cartagena, pues este ingreso se da sin siquiera
ser informado a las autoridades. Este sistema permisivo
sólo garantiza la contaminación de
las variedades mexicanas de maíz y de nuestros
alimentos con transgénicos.
Para que el Protocolo sea exitoso
se requiere una solución clara, simple y
sólida que obligue a las Partes exportadoras
a proveer información completa y que permita
a los países importadores tomar decisiones
soberanas sobre la admisión y el manejo adecuado
de los organismos transgénicos.
“Para México, tener reglas
de identificación adecuadas sobre la presencia
de transgénicos en los embarques que proceden
de Estados Unidos es fundamental. Como centro de
origen y diversidad del maíz, México
cuenta con una riqueza biológica y genética
inmensa de este cultivo. Por ello, el ingreso de
maíz transgénico importado de Estados
Unidos mezclado con el convencional constituye una
de las amenazas principales de contaminación
transgénica para nuestro país. México
debe apoyar la implementación de un sistema
de identificación de transgénicos
sin ambigüedades, que establezca claramente
la presencia o no de transgénicos en las
importaciones de maíz estadounidense”, explicó
Ampugnani.
“Exigimos al gobierno mexicano
que durante la reunión del Protocolo sostenga
una posición que beneficie a los países
ricos en biodiversidad y no a las empresas promotoras
de los transgénicos. Estaremos vigilando
muy de cerca cuál es el papel que la delegación
mexicana desempeña en esta reunión
internacional y lo estaremos dando a conocer”, finalizó
Ampugnani.
1. Del 13 al 17 de marzo se llevará
a cabo la 3° Reunión de las Partes del
Protocolo de Cartagena (MOP3) sobre Bioseguridad,
en Curitiba, Brasil. El Protocolo de Cartagena es
el primer acuerdo internacional que busca regular
los movimientos transfronterizos de organismos genéticamente
modificados (OGM) o transgénicos; surgió
a partir de la Convención sobre Diversidad
Biológica de Naciones Unidas. Actualmente
132 países han ratificado este Protocolo
y México es uno de ellos. El 10 de septiembre
de 2003 el Protocolo entró en vigor.