26 abril
2006 - Buenos Aires, Argentina — Los muertos por
la tragedia de Chernobyl ya superan los 200.000
y se prevén otros 93.000 casos fatales de
cáncer. Greenpeace denuncia que la Agencia
de la Energía Atómica y la Organización
Mundial de la Salud esconden la verdad sobre del
accidente.
La comunidad ucraciana y Greenpeace
realizan este miércoles un homenaje a las
víctimas de la tragedia de Chernobyl, al
cumplirse hoy el vigésimo aniversario de
la explosión que acabó con el reactor
4 de la planta nuclear.
Asimismo, Greenpeace difundió
dos nuevos informes: uno sobre las consecuencias
en la salud de la población; y otro sobre
el estado de la industria nuclear en el mundo.
El acto se realiza este miércoles
a las 19 horas, en la peatonal Roque Sáenz
Peña, donde está montada una muestra
fotográfica que refleja el costado humano
de la tragedia nuclear. Junto con activistas de
Greenpeace, están presentes en la muestra
y en el homenaje integrantes de la comunidad ucraniana
de Buenos Aires dando su testimonio, quienes tienen
familiares que ha sufrido la tragedia en persona.
Los asistentes a la muestra tienen la oportunidad
de enviar mensajes de texto por medio sus teléfonos
celulares, los cuales llegarán directamente
a algunas de las víctimas en Ucrania. Los
argentinos también pueden o ingresando en
el sitio www.greenpeace.org.ar
“Han pasado 20 años desde
que ocurrió esta tragedia provocada por la
explosión del reactor nuclear que generó
una enorme cantidad de muertes y cáncer.
Se estima que el accidente dejó unas 200.000
muertes. En los últimos 15 años se
habrían producido 60.000 muertes en Rusia
atribuibles al accidente de Chernobyl y 140.000
en Ucrania y Bielorrusia”, indicó Juan Casavelos,
coordinador de energía y asuntos nucleares
de Greenpeace.
La maestra de escuela Halina Slotylo,
que en el momento de la explosión estaba
en la ciudad de Drochobych, a 300 km de Chernobyl,
manifestó que “en los días posteriores
a la explosión a los niños de la escuela
les salía sangre espontáneamente y
nadie sabía que pasaba porque el gobierno
mantuvo todo en secreto durante varios días
luego del accidente, todos nos sentíamos
cansados teníamos la piel con llagas pero
nadie se imaginaba que había pasado algo
terrible tan lejos”. Halina vive en la Catedral
Católica Ucraniana “Nuestra Señora
del Patrocinio”, de Buenos Aires, desde que vino
a esta ciudad luego del accidente.
Para los próximos años,
el Centro Independiente de Evaluación Ambiental
de la Academia Rusa de Ciencias, prevé que
se producirán 93.000 casos fatales de cáncer
asociados a Chernobyl. “Estas cifras son elocuentes
y dan una idea del riesgo inherente asociado a la
energía atómica, sin contar con otros
impactos indirectos de la radiactividad, daños
sociales y económicos, pérdidas en
la superficie cultivable y las 300.000 personas
que tuvieron que dejar sus hogares involuntariamente
luego de la catástrofe”, agregó Casavelos,
en la apertura de la muestra.
El informe de Greenpeace se basa
en un estudio elaborado por cerca de 60 científicos
de todo el mundo, en base a esos datos la organización
denuncia que la Agencia Internacional de la Energía
Atómica (IAEA) y la Organización Mundial
de la Salud (OMS) minimizan las consecuencias y
desinforman sobre los efectos del mayor accidente
nuclear de la historia.
La exposición –que se realiza
en forma simultánea en más de 40 ciudades
en todo el mundo– se encuentra en la cuadra peatonal
de la avenida Diagonal Roque Saenz Peña (entre
Cerrito y Libertad), y estará allí
hasta el 30 de abril próximo. La exposición
consta de 25 fotografías artísticas
realizadas en la zona por el reconocido fotógrafo
Robert Knoth, recientemente galardonado con el World
Press Photo of the Year otorgado por Reuters por
su trabajo fotográfico realizado en Chernobyl.
“Estas imágenes nos recuerdan
que las víctimas no son solo números.
Detrás de las estadísticas hay personas
que están pagando el enorme e injusto precio
de este accidente. Han pasado veinte años
pero la amenaza de un nuevo Chernóbyl yace
detrás de cada central nuclear”, comentó
Casavelos.
"La industria atómica,
especialmente la agencia nuclear que depende de
Naciones Unidas, subestima los efectos provocados
por Chernobyl: por eso invitamos a enviar un mail
a Kofi Annan para exigir que esa agencia, que depende
de la ONU, respete los principios de las Naciones
Unidas que son promover la paz, la seguridad, y
no beneficiar a una industria sucia y peligrosa”,
agregó.
DATOS DEL INFORME
La incidencia del cáncer
ha aumentado en Rusia, Ucrania y Bielorrusia. Entre
11000 y 2000 se documentó un incremento del
40% de todos los cánceres en Bielorrusia,
con picos del 52% en Gomel, la región más
contaminada. En Ucrania se registró un aumento
del 12% y en áreas contaminadas de la región
de Zhytomir en Ucrania, el número de adultos
con cáncer aumentó casi tres veces
entre 1986 y 1994. En la región rusa de Bryansk,
la incidencia del cáncer aumentó 2,7
veces.
Sólo en Bielorrusia, se
han identificado unos 7.000 casos de cáncer
de tiroides debidos al accidente hasta 2004. Un
estudio reciente da cuenta que el cáncer
de tiroides en niños ha aumentado 88,5 veces,
en adolescentes 12,9 veces y en adultos 4,6 veces.
Las previsiones para Bielorrusia hablan de entre
14.000 y 31.400 casos extra de cáncer en
70 años. Con respecto a Ucrania en su totalidad,
se prevén unos 24.000 cánceres de
tiroides, de los cuales 2.400 mortales.
El dramático aumento de
los casos de cáncer de tiroides son muy superiores
a lo esperado. Justo después del accidente,
se predijo que se produciría sólo
un ligero aumento de los casos de cáncer.
Además estos cánceres han demostrado
ser muy agresivos, con un periodo de latencia muy
breve y una elevada tendencia a formar metástasis
en un 50% de los pacientes. Este último factor
obliga a tratamientos quirúrgicos repetidos
para remover las metástasis residuales.
La leucemia empezó a aumentar
significativamente en las poblaciones más
expuestas unos 5 años después del
accidente. Se ha estimado que la población
bielorrusa podría llegar a sufrir hasta 2.800
casos extra de leucemia entre 1986 y 2056. De estos,
hasta 1.880 serían mortales.
Desde 1995 en adelante se ha detectado
también un aumento de los casos de cáncer
de estómago, pulmones, mama, recto, colon,
tiroides, médula ósea y del sistema
linfático. Entre 1987 y 1999, se registraron
aproximadamente 26.000 casos de cánceres
inducidos por la radiación en Bielorrusia.
De estos casos, el 18,7% eran cánceres de
piel, el 10,5% cánceres de pulmón
y el 9,5% de estómago.
Los trastornos cardiovasculares
y del sistema linfático han aumentado considerablemente
en Bielorrusia, Ucrania y Rusia. En Bielorrusia,
las enfermedades relacionadas con la circulación
de la sangre se han visto multiplicadas por 5,5,
diez años después de accidente. En
Ucrania, los trastornos en sangre y cardiovasculares
aumentaron entre 10 y 15 veces entre los habitantes
de las áreas contaminadas.
Impactos de la radiación
sobre el aparato reproductor. La acumulación
de radionucleidos en el cuerpo de la mujer lleva
a un aumento de la producción de la hormona
masculina testosterona, que causa la aparición
de atributos masculinos. En cambio, se hizo mucho
más frecuente la impotencia entre los hombre
de entre 25 y 30 años que viven en las regiones
contaminadas por radiactividad. Los niños
de los territorios contaminados sufren un retardo
del desarrollo sexual. Las madres padecen de trastornos
del ciclo menstrual y de una mayor frecuencia de
problemas ginecológicos, anemia durante y
después del parto, anomalías en el
parto y nacimientos prematuros.
La explosión de Chernobyl
desequilibró a toda la sociedad bielorrusa,
ucraniana y rusa. Se ha generado una crisis general
por distintos factores como, por ejemplo: realojamiento
de poblaciones muy numerosas, pérdida de
los terrenos agrícolas, contaminación
de los alimentos, crisis económica, incremento
del gasto sanitario a causa de los problemas generados
por el accidente, problemas políticos, mano
de obra debilitada, enormes costos estatales para
la recuperación de la normalidad en las zonas
afectadas, etc.