05 abril
2006 - DF, México — A unos días de
la primera temporada vacacional del año,
buena parte de las playas mexicanas se encuentran
convertidas en una cloaca. Esto se debe a que no
se ha enfrentado un severo problema: el vertido
de aguas negras al mar. Cada minuto, las costas
mexicanas reciben más de 12 millones de litros
de aguas residuales. En esas aguas se zambullirán
los vacacionistas.
De acuerdo con la Comisión
Nacional del Agua, en México sólo
34 por ciento de las aguas negras son tratadas,
debido a que los municipios no han querido invertir
en infraestructura para saneamiento. De hecho, entidades
costeras como Campeche y Yucatán tratan apenas
1.9 y 4.4 por ciento de sus aguas residuales, respectivamente,
en tanto Jalisco es el estado costero que más
aguas negras vierte: cada segundo arroja más
de 12 mil litros. Le siguen Veracruz, Michoacán,
Tamaulipas y Sinaloa. No hay un estado costero que
no descargue drenajes en sus playas.
"Nadar en aguas insalubres
puede producir irritación de la piel, infecciones
en oídos, ojos y aparato respiratorio, malestar
estomacal y diarrea por infecciones gastrointestinales.
Incluso puede provocar enfermedades graves si las
infecciones son de carácter viral, como la
hepatitis", afirmó Alejandro Olivera,
coordinador de la campaña de océanos
de Greenpeace.
En las playas es indispensable
hacer un muestreo frecuente para detectar la presencia
de la bacteria Escherschia coli. Esta información
debe ser manejada por el Sistema nacional de información
sobre la calidad del agua en playas y corresponde
a las secretarías de Marina, Medio Ambiente,
Salud y Turismo informar a tiempo acerca de la calidad
bacteriológica del agua de mar en los principales
destinos turísticos, para que la ciudadanía
conozca los riesgos que implica entrar en contacto
con esas aguas.
Sin embargo, el año pasado
la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos
Naturales (Semarnat) ocultó los datos de
calidad de algunos destinos turísticos con
fuertes problemas de contaminación, como
Acapulco, Ixtapa-Zihuatanejo, Chiapas, Quintana
Roo, Campeche, Veracruz, Manzanillo, Bahía
Banderas y Sonora. Con los datos que sí se
publicaron, las playas de Veracruz presentaron el
mayor número de muestras con niveles de bacterias
fecales, seguidas por las de Guerrero. Este año,
la información disponible tiene hasta tres
meses de retraso.
"Ninguno de los ecosistemas
costeros de México se encuentra hoy a salvo
de los efectos provocados por la contaminación.
Los niveles de bacterias fecales reportados han
mostrado valores superiores a los máximos
permisibles. A pesar de esto, las autoridades no
clausuran las playas ni informan a la ciudadanía",
señaló Olivera.
Por ello, Greenpeace exige a los
gobiernos federal, estatal y municipal la creación
de una partida presupuestal especial para crear
plantas de tratamiento en los municipios costeros,
poner en marcha programas de saneamiento para cada
destino turístico, establecer un sistema
de banderas indicadoras (semáforos) para
informar a la gente sobre la calidad de las aguas
en cada playa y desarrollar una norma oficial mexicana
para la certificación de playas, entre otras
medidas.