Detienen
a tres argentinos por defender el Amazonas
19 mayo 2006 - Brasil — Entre
los detenidos se encuentra Hernán Giardini,
activista argentino. El objetivo es denunciar la
enorme destrucción de la Amazonia que causa
la industria de la soja.
Un equipo de escaladores de Greenpeace,
bloquearon hoy, durante casi cuatro horas, las instalaciones
de exportación de soja que Cargill construyó
ilegalmente en Santarem, en el río Amazonas.
La soja, que es exportada a Europa para alimentar
al ganado, se cultiva en zonas deforestadas de la
selva tropical amazónica.
De momento hay 20 detenidos (de
Brasil, Argentina, Estados Unidos, Canadá,
España Túnez) entre ellos los argentinos
Hernán Giardini, activista de Greenpeace
Cono Sur (1), Hernán Pérez Aguirre,
camarógrafo y Waldemar Wichmann, capitán
del buque Arctic Sunrise.
Las escaladores ahora continúan
intentando ocupar el tejado y las cintas transportadoras
de las instalaciones de Cargill donde han desplegado
una pancarta con la leyenda “Fuera Cargill” en portugués
e inglés. Otros voluntarios están
intentando evitar que las barcazas descarguen su
soja en las instalaciones.
Al mismo tiempo el Arctic Sunrise
está intentando bloquear el muelle para impedir
la aproximación de más barcazas, pero
está siendo embestido por un barco de Cargill.
Los trabajadores de Cargill que se encuentran en
el muelle han reaccionado violentamente; uno de
los activistas ha sido arrojado al agua y otros
tres tienen heridas leves.
Investigaciones recientes de Greenpeace,
incluidas en el informe Devorando la Amazonia (2),
muestran que las instalaciones de Cargill no sólo
son ilegales (3) sino que están “blanqueando”
para el mercado mundial la soja que obtenida de
la destrucción de la selva (4). Cargill posee
13 silos en zonas de selva deforestada, más
que ninguna otra empresa.
Emiliano Ezcurra, responsable
de la campaña de bosques de Greenpeace, ha
denunciado que “empresas norteamericanas como Cargill
están devorando la Amazonia para plantar
soja. La carne alimentada con esta soja termina
en los estantes de los supermercados europeos y
en los mostradores de empresas de comida rápida
como Kentucky Fried Chicken”. Nuestra intención
evitar que soja procedente de la destrucción
de la selva tropical más importante del planeta
sea exportada a Europa con el fin de alimentar pollos,
cerdos y vacas”.
El cultivo de soja se ha convertido
en uno de los principales agentes de la destrucción
de la selva amazónica brasileña. Se
calcula que, hasta el momento, 1,2 millones de hectáreas
de selva han sido arrasadas para cultivar soja.
Cargill no oculta que está ayudando a establecer
plantaciones de soja en la Amazonia. Muchas de estas
haciendas están implicadas en otras actividades
ilegales, como robo de tierras y esclavitud (5).
Greenpeace está haciendo
un llamamiento a Cargill y la industria alimentaria
europea para que se aseguren de que la soja y los
piensos para animales que adquieren no contribuyen
a la destrucción de la Amazonia ni han sido
genéticamente modificados.
(1) Hernán Giardini, de
29 años, es licenciado en Comunicación
Social y coordinador de la campaña de Biodiversidad
de la oficina Cono Sur con base en Buenos Aires.
Se encuentra embarcado en el Arctic Sunrise desde
el pasado martes, dentro de la expedición
que la organización está llevando
a cabo para denunciar el problema que la soja está
causando en la Amazonia.
(2) Devorando la Amazonia, informe
disponible en la web de Greenpeace:
http://www.greenpeace.org/espana/reports/devorando-la-amazonia
También hay disponible un breve informe sobre
los crímenes de Cargill en inglés:
http://www.greenpeace.org/international/press/reports/cargill-amazon
(3) En febrero de 2006, el segundo
tribunal más importante de Brasil falló
que Cargill debía cumplir la legislación
brasileña y realizar una Evaluación
de Impacto Ambiental, no sólo del puerto
que ya habían construido, sino por los distintos
impactos en toda la región.
(4) En uno de los numerosos casos
estudiados en el informe, se comprobó que
la soja que llegaba a las instalaciones de Cargill
procedía de la Hacienda Lavras, que se asienta
en terrenos adquiridos ilegalmente y parte de los
cuales se habían deforestado para plantar
soja. Greenpeace posee una copia del contrato firmado
entre Cargill y los propietarios de la hacienda,
los hermanos Cortezia.
(5) El gigante agroalimentario
Cargill, es la mayor firma privada de los EE.UU,
con unos ingresos cercanos a los 63.000 millones
de dólares en 2003. Es el rey indiscutible
del comercio mundial de grano. Compra, vende, transporta,
mezcla, muele, moltura, refina y distribuye por
todo el planeta.
Información de la campaña
de Greenpeace sobre la soja amazónica en
http://www.greenpeace.org/espana/campaigns/bosques/ecosistemas-en-peligro/campa-a-de-greenpeace-sobre-la