30 mayo
2006 - Ciudad de México, México —
En un acto público el presidente de España,
José Luis Rodríguez Zapatero, confirmó
que cumplirá su compromiso de campaña
electoral en el sentido de abandonar la energía
nuclear en ese país y anunció que
lo concretará antes de que finalice esta
legislatura, tal y como se lo habían solicitado
Greenpeace y otras organizaciones ecologistas. En
contraste, el presidente Vicente Fox no sólo
no cumplió su compromiso de campaña
de evaluar el abandono definitivo de la tecnología
nuclear por costosa y peligrosa sino que a pocos
meses de concluir su gobierno ha diseñado
un plan -sin consulta pública- para promover
la energía nuclear en México.
En España, los pro-nucleares
han realizado una intensa campaña. El Foro
de la Industria Nuclear Española, la organización
que agrupa y defiende los intereses de las empresas
del sector nuclear, planteaba la necesidad de prolongar
varias décadas la vida de las ocho centrales
existentes, a pesar de sus problemas de seguridad,
y construir 10 nuevas centrales nucleares en España
(obviando los problemas de su altísimo costo
económico, la escasez de uranio, sus problemas
-sin resolver- de falta de seguridad y generación
de residuos radiactivos).
“El debate sobre si debíamos
apostar o no por la energía nuclear se ha
saldado con la aplastante victoria de las energías
verdaderamente limpias: las renovables y la eficiencia
energética. La industria nuclear ha salido
claramente derrotada, a pesar de toda la presión
que ha ejercido en estos últimos meses”,
declaró Juan López de Uralde, director
de Greenpeace España.
Con esta decisión, Zapatero
se suma a otras naciones europeas como Suecia, Alemania
y Bélgica, que decidieron no seguir subsidiando
con recursos públicos una industria demasiado
cara, riesgosa y contaminante como la nuclear.
En México, la experiencia
ha sido muy distinta. El gobierno foxista no cumplió
su promesa de campaña acerca de la energía
nuclear.
Durante la campaña electoral
del 2000, Greenpeace cuestionó a Vicente
Fox en los siguientes términos: ¿De
llegar a la presidencia de la República se
compromete a parar la central nuclear de Laguna
Verde y realizar una auditoría independiente
con un organismo no relacionado con los intereses
de la industria nuclear?
El entonces candidato respondió
por escrito: "Se hará una auditoría
imparcial a la operación de la Planta Nuclear
evaluada por representantes ciudadanos. Si no se
garantiza la ausencia de riesgo para trabajadores
y la comunidad se procederá al desmantelamiento
o la reconversión. Se evaluará la
experiencia internacional que demuestra la desaparición
de esta tecnología por sus altos costos de
operación y problemas asociados a la generación
de residuos".
Hoy, la central de Laguna Verde
continúa funcionando con graves deficiencias
y con la falta de transparencia que ha caracterizado
su operación. La Comisión Nacional
de Seguridad Nuclear y Salvaguardas, que no es una
entidad autónoma, ha mantenido la licencia
de operación de la central nuclear sin que
ésta cumpla las condiciones necesarias (así
lo revelan documentos internos de la central nuclear
que reconocen un lamentable desempeño).
Para colmo, a unos meses de concluir
esta administración, el gobierno está
anunciando su intención de ampliar la central
de Laguna Verde y construir varias plantas nucleares
más.
Como se aprecia, algunos políticos
cumplen lo que prometen en campaña; otros
hacen todo lo contrario.