Madrid,
22 de mayo de 2006.- Durante la 26ª Feria Internacional
del Vino de Londres celebrada la semana pasada,
WWF/Adena presentó su informe “¿Corcho
amenazado?”. En este documento se alerta sobre el
futuro incierto de las tres cuartas partes de los
alcornocales, que estarían seriamente amenazados
a partir de 2015 si continúan las tendencias
actuales en el mercado internacional del tapón.
Más de dos millones de hectáreas de
alcornocal en el Mediterráneo occidental
correrían un enorme riesgo de abandono, cambio
de usos, degradación e incendios forestales
por el descenso en la producción de tapones
de corcho. WWF/Adena trabaja con la industria vinícola
para fomentar la elección de corcho frente
a cualquier otro material artificial, como plástico
o aluminio, cuya utilización está
aumentando peligrosamente.
El informe de WWF/Adena “¿Corcho
amenazado?” destaca que la supervivencia de los
bosques de alcornoque depende en gran medida del
mercado de los tapones de corcho para las botellas
de vino. En el peor de los casos, los tapones de
corcho podrían ser sustituidos en un 95%
por tapones sintéticos en 2015, lo que produciría
la pérdida de más de 62.000 puestos
de trabajo en las regiones productoras. La supervivencia
de muchas especies protegidas, como el lince ibérico,
el ciervo de Berbería o el águila
imperial ibérica, podría verse mucho
más amenazada.
El escenario “menos negativo”,
prevé para el año 2020 una disminución
del 44,7% en la producción de tapones de
corcho respecto a 2005. Esto supondría que
algo más de un millón de hectáreas
actualmente productivas perderían interés
para sus propietarios, dejarían de gestionarse,
y podrían abandonarse o convertirse a otros
usos. WWF/Adena alerta de que, en el mejor de los
casos, los alcornocales sufrirán una grave
crisis y que si no se actúa urgentemente,
en los próximos años seremos testigos
de la pérdida de un patrimonio natural y
cultural irremplazable.
Raquel Gómez, Coordinadora
del Programa Alcornocales de WWF/Adena, declaró:
“para evitar la crisis económica y ambiental
que supondría el descenso de la producción
de tapones de corcho, es indispensable que el sector
vinícola siga apostando por este material
y que la industria corchera garantice la calidad
de los tapones. La conservación de la riqueza
de estos bosques depende de la existencia de un
mercado corchero competitivo y saludable.
Los tapones de corcho son biodegradables,
se pueden reciclar fácilmente, sustentan
una economía sostenible tradicional muy arraigada
en la región mediterránea y representan
casi el 70% del valor total de la industria del
corcho. Cada año se producen y venden a la
industria vinícola más de 15.000 millones
de tapones de corcho. A su vez, los alcornocales
proporcionan un medio de vida a unas 100.000 personas
en los países productores: España,
Portugal, Argelia, Marruecos, Italia, Túnez
y Francia.
La extracción de corcho
es una actividad sostenible en la que no se tala
un solo árbol, mientras que la producción
de tapones sintéticos es ambientalmente dañina,
consume mucha energía y depende de la industria
del petróleo. Por eso, WWF/Adena lanzó
en 2005 su Campaña “Corcho Sí. Alcornocales
Vivos” para promover que las bodegas elijan corcho,
conscientes de la contribución ambiental
y social de su elección, y del beneficio
que una imagen comprometida con la naturaleza puede
reportarles.