Madrid,
5 de mayo de 2006.- El consumo doméstico
de agua y el crecimiento urbanístico suponen
un aumento continuo de la demanda de agua en España.
Esta evolución resulta incoherente con los
escenarios de disponibilidad real de agua. Además
de las campañas de concienciación,
WWF/Adena pide más y mayores compromisos
de los gobiernos municipales para ahorrar agua en
las ciudades. La organización conservacionista
propone, entre otras medidas, la aprobación
de ordenanzas municipales para el uso racional del
agua en los edificios, viviendas y jardines mediante
la instalación de tecnologías ahorradoras.
El consumo doméstico de
agua es de 167 litros/día/habitante en España.
A ello se añade que el gasto de este recurso
en las ciudades y, especialmente, en nuevas urbanizaciones
está aumentando de forma continuada. A pesar
de que el agua para las ciudades representa sólo
el 15% del consumo en España (el 75% se destina
a la agricultura), este incremento hace más
vulnerables a los abastecimientos frente al riesgo
de las sequías cíclicas y las tendencias
del cambio climático, que prevén un
descenso de hasta un 35% del agua disponible para
el año 2060. WWF/Adena apoya las campañas
de concienciación ciudadana a favor de una
nueva cultura del uso del agua en las ciudades,
pero critica la escasez de medidas nuevas y compromisos
políticos para erradicar el despilfarro y
promover el buen uso del agua mediante métodos
más efectivos.
WWF/Adena propone a los ayuntamientos
la aprobación de ordenanzas municipales aplicables
a viviendas de nueva construcción, remodelaciones
sujetas a permiso, empresas de servicios y edificios
públicos con el objetivo de que instalen
tecnología ahorradora en sus grifos, duchas
e inodoros. Igualmente deberían regular el
uso del agua para jardinería, limitando al
máximo las superficies de césped y
arbolado, promoviendo en cambio las plantas autóctonas
o resistentes a la sequía (xero-jardinería
mediterránea) y limitando el riego a los
sistemas por goteo. Piscinas y jardines privados
multiplican por cinco el consumo de agua por vivienda,
y un campo de golf consume de media el equivalente
a una ciudad de 15.000 habitantes. Finalmente, debería
promoverse a través de las ordenanzas la
utilización del agua reciclada para jardinería
o industria.
La normativa urbanística
debería tender cada vez más a la utilización
de agua depurada, aprovechable mediante un doble
circuito de tuberías. Este ‘agua gris’ podría
depurarse dentro de las propias viviendas y destinarse
a las cisternas de los inodoros, o bien podría
proceder de las depuradoras municipales con el objetivo
de sustituir riegos actuales; aunque WWF/Adena alerta
de los riesgos de que las aguas depuradas constituyan
una nueva oferta para ampliar los parques o jardines
en detrimento del caudal ecológico de los
ríos.
Existen ya suficientes antecedentes
de propuestas y ordenanzas definitivas sobre el
uso del agua municipal, desarrolladas por Calviá,
Alcobendas, Getafe, Vitoria, Castro Urdiales y otros
en proyecto como el del Ayuntamiento de Madrid que
deberían ser tomados como referencia obligada.
WWF/Adena recomienda también una mayor subvención
de los sistemas de ahorro de agua, así como
una correcta tarificación como incentivo
para lograr la reducción del consumo del
agua.