Por: Brian
Thomson*
El agua es un bien escaso y valioso
en la región del Desierto Chihuahuense, en
el norte de México. Pero en el Distrito de
Riego de Delicias, situado unos 90 km al sur de
la ciudad de Chihuahua –capital del estado-, un
copioso caudal fluye a los campos para regar extensas
plantaciones de alfalfa y nuez pecanera.
Aquí, los productores locales
y las autoridades de agua colaboran en la mejora
de los sistemas de riego, teniendo como resultado
ahorros en el consumo de agua hasta de un 40 por
ciento.
Resulta difícil creer que
a poca distancia de Delicias, el legendario Río
Grande (el Río Bravo, uno de los más
largos de Norteamérica) esté quedándose
seco. El Río Bravo sostiene una extraordinaria
biodiversidad, que incluye más de 250 especies
de aves, cientos de mamíferos nativos y más
de nueve millones de personas. Sin embargo, la contaminación
agrícola y la sobreutilización de
agua para abastecer al riego y los centros poblacionales,
está amenazando la salud de este importantísimo
ecosistema fronterizo.
El ahorro de agua río arriba
y en los cauces tributarios será una pieza
clave para el rescate del Río Bravo.
Una solución a la crisis
del agua
Cubierto del sol de mediodía por las hojas
de un nogal, Miguel Maciel, presidente de una de
las asociaciones de usuarios del Distrito de Riego
de Delicias, ha cultivado su tierra por 15 años.
“El principal problema es obviamente la falta de
agua. En los últimos 10 años el nivel
de precipitación ha estado muy por debajo
del promedio histórico. Entonces la tierra
no ha podido producir tanto como solía hacerlo”,
explicó al referirse a la gravedad del asunto
para los productores locales.
Siendo la agricultura la que consume más
del 90 por ciento de los preciosos recursos hídricos
de esta árida región, los productores
son los primeros en reconocer que si no se toman
medidas para cultivar e irrigar los cultivos de
una manera más inteligente, el agua terminará
por agotarse. También se están dando
cuenta de que tal cosa sería una catástrofe
para la gente, la economía y el medio ambiente.
Como respuesta, los productores,
el gobierno y WWF se han unido para desarrollarsoluciones
sustentables que permitan que las comunidades que
dependen de la agricultura, especialmente los usuarios
de la cuenca media, mantengan su próspera
actividad y al mismo tiempo reduzcan la presión
sobre los recursos hídricos y ecosistemas
naturales como los humedales.
Melchor López, un hidrólogo
de la Comisión Nacional del Agua, explicó
que el propósito principal del trabajo de
esta dependencia en el Distrito de Riego de Delicias
es reducir el nivel de consumo de agua. “Lo hemos
hecho mediante la instalación de un sistema
de riego más efectivo,” afirmó López.
“Hemos tenido una elevada inversión por parte
del gobierno, y nos gustaría ver más
proyectos de este tipo desarrollarse en otras regiones
del país y en otros lugares”.
Compartir el agua
Desde su origen en las montañas
de la Sierra Madre, al oeste de Chihuahua, hasta
su confluencia con el agotado Río Bravo,
en la frontera sur del estado norteamericano de
Texas, el Río Conchos –uno de los tributarios
principales del Río Bravo-, es la principal
fuente de agua para 1.3 millones de chihuahuenses.
También abastece con 200,000 hectáreas
de agua a otros distritos de riego y comunidades
froterizas en México, además de proveer
100,000 hectáreas de agua para irrigación
y uso urbano en los Estados Unidos.
El Río Bravo nace en las
Montañas San Juan en Colorado, Estados Unidos,
y sus aguas fluyen hacia el sur por Nuevo México
a través de Albuquerque hasta El Paso, Texas,
en la frontera con México. El Río
Conchos se une a él en Presidio, aguas debajo
de El Paso, y es éste el que provee la mayor
parte del agua en los 2,019 km del segmento fronterizo
de Texas.
“Aquí el agua la comparten
los productores mexicanos y tejanos,” indicó
López. “Entonces cualquier inversión
para el ahorro de agua hecha por México representa
un impacto a ambos lados de la frontera.”
“Dado que la mayor parte del agua
es empleada por el sector agrícola, el gobierno
mexicano ha invertido sus recursos en el mejoramiento
de los sistemas de riego que operan en la cuenca
del Río Conchos. Al final, el impacto más
directo de estas acciones se encuentra en la disminución
de la cantidad de agua extraída del Río
Conchos, lo que al mismo tiempo representa un apoyo
para los productores locales”, agregó.
Los ahorros previstos en el Distrito
de Riego de Delicias serán monitoreados con
el apoyo de WWF, que considera que el incremento
de la eficiencia hará posible devolver agua
al Río Conchos y, en consecuencia, al Río
Grande.
WWF está trabajando en
México y los Estados Unidos con las agencias
gubernamentales, los propietarios de tierras y las
organizaciones locales en ambos países, en
un proyecto de cuatro años en la cuenca transfronteriza
del Río Bravo, la cual comprende una porción
significativa de la ecorregión del Desierto
Chihuahuense. Con fondos de HSBC, este proyecto
incide en la conservación de los recursos
hídricos en la frontera, para responder mejor
a las necesidades de las personas y la biodiversidad.
Específicamente el proyecto
busca la instrumentación de reformas a las
políticas de agua para que se reconozca al
medio ambiente como otro usuario del agua; la demostración
de mejores prácticas de manejo de agua a
través de proyectos piloto de manejo integral
de la cuenca; y el involucramiento de actores clave
en la instrumentación de las reformas en
el marco regulatorio y las estrategias de restauración
en beneficio de ésta.
Irrigación inteligente
En un recorrido por los campos
del Distrito de Riego, Héctor Manuel Arias-Rojo,
Coordinador Ecorregional del Desierto Chihuahuense
de WWF-Mexico, señaló que mediante
el revestimiento de concreto de los canales de irrigación,
la canalización de agua por tubos cerrados
y la aplicación de técnicas de riego
presurizado, los productores de Delicias han logrado
ahorrar cerca de un 35 por ciento del agua. Anteriormente
este volumen se perdía conforme el agua se
infiltraba al subsuelo antes de llegar hasta los
cultivos a los cuales iba dirigida.
“Tradicionalmente los productores
han regado sus campos por inundación, ahora
para las plantaciones de alfalfa y nuez pecanera
han instalado sistemas de alta presión,”
comentó Arias. “Esto permite que el agua
sea aplicada de manera más uniforme y en
menores volúmenes. En el caso de las plantaciones
de nuez, esto representa un ahorro efectivo de 90
por ciento en el uso del agua.”
Una amplia variedad de técnicas
se emplean para ahorrar agua en el distrito, incluyendo
el uso del láser para la nivelación
de las superficies de cultivo. Esto quiere decir
que cuando el agua es aplicada, no se distribuye
desigualmente en una superficie ondulada, sino que
puede penetrar uniformemente la tierra. Otra forma
en que se ahorra agua es mediante el uso de técnicas
de riego de baja presión en las cuales el
líquido es canalizado a los cultivos a través
de tubos cerrados, en vez de escurrir por el terreno
en canales de tierra.
“En su lugar, un largo tubo lleva
el agua hasta los cultivos. Este tubo tiene compuertas
individuales que la liberan para que escurra en
cada surco,” dijo Arias. “Así el agua fluye
más rápido y hay menos infiltración
cuando llega a la tierra. Esto es importante porque
cuando riegas un cultivo quieres que el agua llegue
a la raíz, pero no más allá,
ya que si escurre a mayor profundidad se está
desperdiciando.”
Los productores como Miguel Maciel
están contentos, no sólo por el ahorro
del agua, sino también por el incremento
en sus niveles de productividad, en algunos casos
hasta de un 50 por ciento. Mientras se acomoda su
característico sombrero vaquero, Miguel enfatiza
cómo con los nuevos métodos y el consecuente
ahorro de agua, su perspectiva del futuro es más
positiva.
“Todos los productores quieren
usar menos químicos, evitar la contaminación
y detener la erosión del suelo,” indicó.
“Pero en realidad lo más importante es cuidar
el agua, porque en este lugar hay mucha tierra,
pero no hay agua. Nos dicen que dos tercios del
planeta son agua, pero muy poca es agua dulce, y
ésa es la que necesitamos.”
Mexico tiene lecciones invaluables
que compartir con otros países sobre qué
hacer y qué no hacer en materia de producción
sustentable. El proyecto apoyado por WWF en Delicias
es punta de lanza en los esfuerzos por asegurar
la sustentabilidad de largo plazo para el medio
ambiente y los productores, en una región
en la que la precipitación anual apenas alcanza
los 300 mm.
De acuerdo con WWF, aproximadamente
el 54 por ciento del agua dulce disponible del mundo
es extraída o almacenada, y el 70 por ciento
es empleada para agricultura de riego. El rápido
incremento en el consumo de agua — que se duplicará
en las próximas décadas — está
produciendo una crisis para la gente y el medio
ambiente.
En este contexto, en este lugar
de Chihuahua, los productores, los conservacionistas
y las autoridades gubernamentales trabajan juntos
para encontrar soluciones sustentables y buscan
dejar el agua en el río, apoyando los esfuerzos
para salvar al Río Grande.
* Brian Thomson es Oficial de
Prensa en WWF-Internacional.
NOTAS PARA LOS EDITORES:
El Desierto Chihuahuense – el
más grande de Norteamérica, se extiende
desde el sureste de los Estados Unidos internándose
en la Meseta Central mexicana – ha sido clasificado
por WWF como una de las 200 Ecoregiones Globales
Prioritarias, en una clasificación con base
científica de los hábitat terrestres,
marinos y de agua dulce más extraordinarios
del mundo. Esta ecorregión es el hogar de
más de 500 de las 1,500 especies conocidas
de cactos en el mundo, así como de especies
de plantas como el mesquite, la acacia y la yuca.
También es el hogar de especies animales
como el jaguar, el oso negro y el lobo mexicano.
WWF-Mexico ha establecido una
alianza con la Fundación Gonzalo Río
Arronte para promover el uso sustentable y la conservación
de las fuentes de agua dulce mediante el Manejo
Integral de Cuencas. En colaboración con
las agencias del gobierno mexicano, organizaciones
sociales y la academia, la Alianza WWF-FGRA trabaja
en tres cuencas mexicanas (incluyendo la del Río
Conchos) para fortalecer las políticas de
agua y la capacidad institucional, analizar la dinámica
hidrológica y socioeconómica, restaurar
sitios prioritarios de agua dulce y promover la
participación de las comunidades locales
en el manejo de su cuenca.
Arrecife Mesoamericano
WWF recopila información sin precedentes
sobre impactos del cambio climático
Los monitoreos de los arrecifes se realizan en alrededor
de 400 lugares de la ecorregión del Arrecife
Mesoamericano. Se toman datos, entre otras cosas,
para determinar cuáles corales son resilientes
y cuáles resistentes al blanqueamiento coralino.
Foto © Italo BONILLA
San José, Costa Rica, 28 de junio 2006- El
cambio climático global tiene como consecuencias
el aumento de temperaturas marinas, el ascenso en
los niveles de acidificación de los océanos
y la pérdida de fuerza de las principales
corrientes marinas que distribuyen calor alrededor
del planeta, provocando disturbios en los arrecifes
coralinos.
Con el fin de recopilar información
sobre los efectos del calentamiento global en el
Arrecife Mesoamericano (MAR), WWF y The Nature Conservancy
patrocinan una evaluación regional rápida
de arrecifes utilizando el protocolo Atlantic and
Gulf Rapid Reef Assessment, AGRRA, por sus siglas
en inglés.
En este marco, técnicos
y especialistas de WWF y TNC impartieron durante
el mes de mayo un curso de capacitación sobre
estandarización de metodologías y
medidas para evaluar la condición de los
arrecifes.
“En la actividad participaron
principalmente personal de las áreas protegidas,
ONGs y voluntarios locales que colaboran con la
recolección de datos en Belice, quienes mostraron
un alto nivel de satisfacción con la capacitación
recibida” expresó Melanie McField de Healthy
Mesoamerican Reef Ecosystem Initiative y colaboradora
de WWF.
Este esfuerzo responde a una búsqueda
de soluciones preventivas frente a las proyecciones
para los arrecifes de todo el mundo que incluyen,
el incremento de disturbios como la incidencia del
blanqueamiento masivo y aumentos en la intensidad
y frecuencia de tormentas y huracanes, los cuales
podrían culminar con la enfermedad y mortalidad
de estos ecosistemas.
El objetivo es identificar cuáles
arrecifes de la región son resilientes y
cuáles son resistentes al blanqueamiento
coralino. Esto se determina mediante el análisis
de factores como el porcentaje de la reciente mortalidad
coralina, la cobertura viva del coral, el tamaño
y la edad de la colonia coralina, la abundancia
de especies resistentes al blanqueamiento, entre
otros.
El taller permitió la estandarización
de medidas y métodos de evaluación
que desde principios de año se aplican en
más de 400 regiones del Arrecife Mesoamericano
que comprende las costas caribeñas de México,
Guatemala, Belice y Honduras.
Para McField, la capacitación
y colaboración de estas personas es sumamente
importante pues responde a una gran necesidad científica
de determinar la habilidad de los arrecifes para
absorber impactos climáticos, resistir los
cambios en el entorno y adaptarse a estas crecientes
perturbaciones.
Agregó que “el factor más
importante de esta capacitación es la recolección
de información sin precedentes, ya que la
región completa está siendo inspeccionada
bajo las mismas directrices y siguiendo un protocolo
unificado para tal fin”. WWF y TNC esperan completar
la etapa de recolección de información
al final de este año.
Sylvia Marín, Representante
Regional de WWF Centroamérica, indicó
que el análisis del impacto que el cambio
climático tiene sobre los arrecifes no sólo
contribuye con su conservación, además
favorece la educación y protección
de las comunidades costeras que basan su subsistencia
en actividades ligadas al uso sostenible de los
ecosistemas marinos.