Madrid,
19 de junio de 2006.- Según WWF/Adena, ayer
fue un día triste para la CBI, que se reúne
en su 58 asamblea anual en St. Kitts y Nevis, país
isleño de las Pequeñas Antillas. La
táctica japonesa de comprar votos de la CBI
con ayudas al desarrollo a pequeños países
en vías de desarrollo ha logrado, finalmente,
su objetivo. Por primera vez en décadas los
países a favor de la caza de ballenas han
logrado mayoría de votos, aunque sólo
POR mayoría simple.
Por primera vez en décadas
y por un estrecho margen, 33 a 32, contando con
la abstención de China, los países
partidarios de la caza de ballenas han obtenido
mayoría simple en la Comisión Ballenera
internacional. La votación de la llamada
“Declaración de St Kitts y Nevis”, una proclama
no vinculante legalmente, pide lo que Japón
llama eufemísticamente una “normalización”
de la CBI. Esto es, que el organismo internacional
vuelva a su mandato original de regulador de la
caza de ballenas y se desentienda de la conservación
de los cetáceos.
La declaración pretende,
por otra parte, desautorizar sin argumentos válidos
las bases científicas que llevaron a la imposición
de la caza de ballenas, así como las pruebas
científicas contra la perversa aseveración
de que las ballenas son las responsables de la disminución
de los stocks pesqueros, cuando está sobradamente
reconocido que la caída de las pesquerías
se debe a la sobrepesca.
La Dra. Susan Lieberman, Directora
del Programa Mundial de Especies de WWF/Adena, dijo:
“Nos apena que, en lugar de trabajar por el consenso
en los asuntos difíciles, esta declaración
provoca el conflicto entre las posiciones enfrentadas.
WWF/Adena reconoce que la CBI necesita modernizarse
pero no en la equivocada dirección que pretende
esta declaración”.
La mayoría simple no permite
levantar la moratoria (se necesita mayoría
de tres cuartos para ello). Pero el estrecho triunfo
de los balleneros resulta preocupante y servirá
para desbaratar muchas iniciativas de conservación
de los cetáceos. WWF/Adena espera que esta
señal de alarma alerte a los ciudadanos y
a los países partidarios de la protección
de las ballenas.
La Dra. Lieberman añadió:
“En un momento tan delicado para la conservación
en todo el planeta, cuando las ballenas se encuentran
en peligro por una multitud de amenazas, entre las
que se incluyen el cambio climático, las
capturas accidentales, la contaminación con
tóxicos y los choques con embarcaciones,
resulta muy preocupante que la CBI vaya contra el
deseo mayoritario de los habitantes del planeta
de conservar los cetáceos”. WWF/Adena espera
que este intento de convertir una organización
de conservación en un club de matarifes de
ballenas no logre sus objetivos y entre todos seamos
capaces de enderezar esta anómala situación.
Carlos Vallecillo