Mango,
Camper y diseñadores se unen a Greenpeace
en el proyecto modasin tóxicos por un futuro
libre de sustancias peligrosas
19 junio 2006 - Madrid, España
— Dieciséis diseñadores españoles
presentaron hoy en el Círculo de Bellas Artes
de Madrid prendas confeccionadas sin tóxicos
peligrosos. Ágatha Ruíz de la Prada,
Anke Schlöder, Antonio Pernas, Carlos Díez,
Carmen March, David, Delfín, Hannibal Laguna,
Ion Fiz, Jocomomola, Josep Abril, Juana Martín,
Juanjo Oliva, La casita de Wendy, Locking Shocking,
Luxoir y Txell Mirás se han unido a Greenpeace
para lanzar a los Gobiernos europeos una llamada
de atención en contra de los tóxicos
y para demostrar que es posible sustituir los tóxicos
peligrosos de cualquier proceso industrial por alternativas
más seguras.
sustancia peligrosa de toda su producción
se presentó el convenio de colaboración
con Mango.
El proyecto modasintóxicos
se presenta en un momento crucial. Está en
juego comenzar a solucionar los problemas que están
provocando las sustancias químicas más
peligrosas o seguir incrementando nuestra exposición
diaria a estas sustancias. A final de este año,
la Unión Europea tendrá que aprobar
un nuevo reglamento sobre sustancias tóxicas,
REACH.
Tanto europarlamentarios como
Gobiernos se enfrentan a la tesitura de elegir entre
votar por un REACH que nos proteja o alinearse con
los intereses de la industria química y perder
la oportunidad de apostar por la protección
de la salud pública y el medio ambiente.
Con este proyecto, diseñadores
y compañías se unen a Greenpeace para
pedir a los europarlamentarios, a los Gobiernos
europeos y, sobre todo, al Gobierno español
que voten por una legislación que nos proteja.
«Ya es hora de que el Gobierno español
sea valiente en sus políticas medioambientales,
que siguen siendo una asignatura pendiente. En este
caso, en el que además está en juego
la salud pública,l no puede ser que el español
sea uno de los Gobiernos más conservadores
de la UE », afirmó Sara del Río,
responsable de la campaña de tóxicos
de Greenpeace.
El problema
Hoy convivimos con unas 100.000
sustancias químicas. No tenemos ninguna información
sobre 75.000 de ellas. Las leyes actuales no sólo
se han demostrado ineficaces, sino que no obligan
a la industria química a darnos información
sobre la seguridad de sus productos. Los tóxicos
están en la mayoría de los productos
que usamos a diarios (ropa, calzado, cosméticos,
pinturas, barnices, aparatos electrónicos...)
El aumento de las pruebas que
relacionan la exposición continuada a los
tóxicos y el aumento de enfermedades como
las alergias, el cáncer, el asma, alteraciones
del aparato reproductor tanto femenino como masculino,
infertilidad o problemas en el desarrollo provocó
que la Unión Europea decidiera tomar cartas
en el asunto. Pero, aunque en un principio la propuesta
europea pasaba por sustituir los tóxicos
peligrosos por alternativas más seguras,
el lobby químico está reduciendo de
tal modo las exigencias de la ley que corre el peligro
de no aportar nada a la ineficaz legislación
actual.
Estamos expuestos a este “cóctel
químico” desde edades muy tempranas, incluso
antes de nacer: Análisis químicos
han encontrado estas sustancias en sangre humana,
en leche materna e incluso pasando de madre a hijo
a través del cordón umbilical.
Los compromisos de la industria
española de la moda
“REACH es la única oportunidad
que tendremos en mucho tiempo de poder controlar
las sustancias más peligrosas y obligar a
la industria química a proporcionar información.
Por esto es tan importante el compromiso pionero
del sector de la moda en España, que demuestra
que el cambio es posible”, añadió
Sara del Río.
Mango y Camper, que ya tenían
una política previa de sustancia nocivas,
se han comprometido a incorporar paulatinamente
una política que elimine las sustancias químicas
peligrosas en lugar de establecer límites
de utilización.
Los diseñadores, por su
parte, han confeccionado ropa libre de plomo, níquel,
cromo VI, arilaminas, formaldehido y ftalatos, sustancias
relacionadas con cáncer, alergias, alteraciones
del sistema nervioso y reproductor y de los riñones.
Lo han hecho, a pesar del complejo sistema de producción
del textil y de la falta de información que
existe sobre estas sustancias.