22 junio
2006 - Buenos Aires, Argentina — Los contenedores
con uranio se encuentran en un depósito fiscal
y su traslado fue impedido por activistas de la
organización, el Gobierno de Buenos Aires
y la Defensoría del Pueblo.
El cargamento de uranio importado
al país el viernes pasado se encuentra retenido
en un depósito fiscal, luego de la intervención
del Gobierno porteño, a raíz de la
denuncia formulada por Greenpeace sobre la intención
de la empresa propietaria del material de trasladarlo
a través de la Ciudad Autónoma, en
abierta violación a la Constitución
local.
Greenpeace denunció el
ingreso del uranio ante la Defensoría del
Pueblo de la Ciudad, que hizo lugar al reclamo de
la organización ambientalista y solicitó
al jefe de Gobierno, Jorge Telerman, que impidiera
el tránsito del material radiactivo por las
calles porteñas.
En forma preventiva, Greenpeace
montó una guardia en las instalaciones del
depósito fiscal que continuó esta
tarde con activistas que, vistiendo la camiseta
del seleccionado nacional de fútbol, le “pusieron
marca personal” al ilegal transporte.
Según Greenpeace, el traslado
del uranio por la Ciudad de Buenos Aires es una
abierta violación al artículo 26 de
la Constitución porteña que establece
la prohibición del “transporte y la tenencia
de sustancias y residuos radioactivos”.
La denuncia de la organización
ambientalista fue corroborada y avalada por el accionar
del Gobierno porteño que ordenó a
la Prefectura Naval y la Policía Federal
que impidieran el tránsito de los nueve contendedores
de uranio por la Ciudad.
Este mediodía, autoridades
del Gobierno de la Ciudad y de la Defensoría
se hicieron presentes en el depósito fiscal
donde fue acopiado el uranio –ubicado en la terminal
3 del Puerto de Buenos Aires, en la Costanera Sur-
para dialogar con los funcionarios vinculados a
la empresa Dioxitek, perteneciente a la Comisión
Nacional de Energía Atómica, a quien
pertenece el mineral.
El material tiene como destino
la planta de la empresa Dioxitek S.A. en Córdoba,
donde será utilizado para la elaboración
de dióxido de uranio, materia prima para
la elaboración del combustible nuclear de
las centrales atómicas de Atucha I y Embalse.
El mineral, proveniente de Houston
(Estados Unidos), ingresó el viernes a la
terminal número 3 del Puerto de Buenos Aires,
desde donde fue trasladado al depósito fiscal
de la empresa Tefasa, ubicado en Av. Elvira Dellepiane,
esquina Juan Lavaisse, en la Dársena Sur
del Puerto de Buenos Aires.
El uranio es un elemento tóxico
y radiactivo que posee la particularidad de liberar
energía en forma de radiación ionizante
que representa un grave riesgo para la salud cuando
es ingerido o inhalado.
“Este transporte por la calles
de la ciudad es sumamente peligroso y desconoce
el rechazo de la población a la energía
nuclear. Muchos municipios y provincias prohíben
el transporte nuclear por su territorio, en una
clara actitud precautoria”, declaró Juan
Casavelos, coordinador de la Campaña de Energía
de Greenpeace.
“Contrariamente, a lo que afirma
la Comisión Nacional de Energía Atómica
(CNEA), el tránsito de uranio para la fabricación
de combustible nuclear se encuentra expresamente
prohibido en la Constitución porteña
y este cargamento no está destinado a ningún
uso medicinal o industrial como sostienen los funcionarios
de la Comisión”, expresó Casavelos.