21 junio
2006 - Buenos Aires, Argentina — Una empresa de
transporte se apresta a trasladar desde un depósito
fiscal los contenedores que ingresaron el viernes
pasado a la Ciudad de Buenos Aires con destino a
la ciudad de Córdoba.
La organización ambientalista
Greenpeace denunció esta tarde el inminente
traslado de nueve contenedores con uranio natural
desde un depósito fiscal hacia Córdoba,
en abierta violación a la Constitución
porteña que prohíbe el tránsito
de sustancias radiactivas por la Ciudad de Buenos
Aires.
El mineral tiene como destino la planta de la empresa
Dioxitek S.A. en Córdoba, donde será
utilizado para la elaboración de dióxido
de uranio, materia prima para la elaboración
del combustible nuclear de las centrales atómicas
de Atucha I y Embalse.
El uranio, proveniente de Houston
(Estados Unidos), ingresó el viernes a la
terminal número 3 del Puerto de Buenos Aires,
desde donde fue trasladado al depósito fiscal
de la empresa Tefasa, ubicado en Av. Elvira Dellepiane,
esquina Juan Lavaisse, en la Dársena Sur
del Puerto de Buenos Aires.
Según pudo saber Greenpeace, el cargamento
será trasladado en las primeras horas de
mañana por las empresas de transporte Hualco,
Cipe y Alma, a través de la Ciudad de Buenos
Aires, en abierta violación al artículo
26 de la Constitución porteña que
establece la prohibición del “transporte
y la tenencia de sustancias y residuos radioactivos”.
La organización ambientalista
montará una guardia permanente en las adyacencias
del depósito fiscal para impedir que se cometa
una nueva violación de la Constitución
porteña
El uranio es un elemento radiactivo que posee la
particularidad de liberar energía en forma
de radiación ionizante que representa un
grave riesgo para la salud cuando es ingerido o
inhalado.
“Este transporte por la calles
de la ciudad es sumamente peligroso y desconoce
el rechazo de la población a la energía
nuclear. Muchos municipios y provincias prohíben
el transporte nuclear por su territorio, en una
clara actitud precautoria”, declaró Juan
Casavelos, coordinador de la Campaña de Energía
de Greenpeace.
“Contrariamente, a lo que afirma
la Comisión Nacional de Energía Atómica
(CNEA), el tránsito de uranio para la fabricación
de combustible nuclear se encuentra expresamente
prohibido en la Constitución porteña
y este cargamento no está destinado a ningún
uso medicinal o industrial como sostienen los funcionarios
de la Comisión”, expresó Casavelos