HOLBOX, Quintana Roo.- El buen
estado de los arrecifes del norte de Quintana Roo
les permitió resistir el embate del huracán
Wilma, lo que subraya la necesidad de fortalecer
los programas de conservación regional para
atenuar los efectos de futuros fenómenos
naturales, indican los resultados del proyecto “Evaluación
del impacto del huracán Wilma sobre los recursos
pesqueros en las comunidades de Holbox y Chiquilá”,
llevado a cabo por WWF con el apoyo de la Fundación
Summit y con la amplia y comprometida participación
de los pescadores locales.
“Una de las estrategias para mantener
la resistencia y capacidad de recuperación
de los arrecifes contra disturbios naturales y de
origen humano es la conservación de su biodiversidad,
pues a mayor número de especies existe mayor
probabilidad de que alguna de ellas supla la función
ecológica de otra especie afectada”, explicó
el Dr. Álvaro Hernández, Oficial de
Pesquerías del Programa Arrecife Mesoamericano
de WWF.
En octubre de 2005 el huracán
Wilma, uno de los meteoros más intensos registrados
en el Atlántico, impactó a las comunidades
de Holbox y Chiquilá, cuya actividad pesquera
genera importantes recursos alimenticios y económicos,
causando graves daños a las viviendas e infraestructura
portuaria, embarcaciones y negocios. WWF inició
en febrero de 2006 una investigación con
la finalidad de determinar los efectos del meteoro
en los hábitats de importancia para las pesquerías
de esta área (Corsario y Punta Mosquito,
Cuevones, Piedra Corrida y Boca Nueva), así
como proporcionar una fuente de ingreso adicional
a los pescadores locales.
El estudio, dado a conocer por
WWF a José Luis Luege Tamargo, Secretario
de Medio Ambiente y Recursos Naturales y los presidentes
municipales de Holbox y Chiquilá, en un evento
con la participación de Omar Vidal, Director
de WWF en México; Adalberto Leal Núñez,
Delegado de la Secretaría de Agricultura,
Ganadería, Pesca y Alimentación (SAGARPA)
en Quintana Roo y Francisco Remolina Juárez,
Director del Área de Protección de
Flora y Fauna Yumbalam, indica que a pesar del fuerte
impacto en la abundancia de corales blandos en las
cercanías de Cabo Catoche – el punto más
al norte de la Península de Yucatán-
y las comunidades más lejanas de Holbox,
“la condición actual de los hábitats
es favorable considerando las características
naturales y oceanográficas que presentan.
La carencia de trabajos previos en el área
no permitió tener un punto de comparación
en los ensamblajes de peces y en la comunidad de
organismos bentónicos”.
El proyecto incluyó la
capacitación de pescadores en identificación
de zonas pesqueras, buceo con tanque y técnicas
de muestreo de comunidades de peces, colonias de
corales y tipos de sustrato, y proporcionó
trabajo temporal a 68 pescadores, cuyos ingresos
se vieron afectados por el huracán Wilma
debido a daños en sus artes de pesca. Al
colaborar con los investigadores, los pescadores
aportaron información fundamental y adquirieron
conocimientos sobre los ecosistemas,expresando su
preocupación por conservarlos y aprovecharlos
de manera sustentable.
La investigación también
registró la presencia de 66 especies de peces,
35 de ellos comerciales, y logró reunir una
base de datos para el inicio de un programa de monitoreo
que permita detectar los cambios provocados por
las actividades humanas o los huracanes.
La mayor producción pesquera
de Quintana Roo se obtiene en la parte norte del
estado, en los municipios de Lázaro Cárdenas,
Benito Juárez e Isla Mujeres. El Municipio
de Lázaro Cárdenas cuenta con un gran
número de pescadores organizados, entre los
que destacan los de las comunidades de Holbox y
Chiquilá, quienes capturan peces de importancia
comercial como pargo y tiburón gata, además
de langosta, camarón y pulpo. En Holbox también
se realizan actividades turísticas, como
nado con el tiburón ballena.
Los arrecifes son ecosistemas
con una gran biodiversidad y representan una fuente
económica importante tanto por sus recursos
pesqueros como por sus paisajes, atractivos para
el turismo. A nivel mundial el estado de salud de
los arrecifes es alarmante debido a la pérdida
de su biodiversidad y el deterioro de sus hábitats
provocados por el calentamiento global, desarrollos
turísticos y urbanos mal planeados, huracanes,
enfermedades y sobreexplotación pesquera.
Los huracanes pueden causar mortalidades masivas
de peces y cambios en la composición y volumen
de las especies, pérdida de huevos y larvas
y aumento de enfermedades.
El cambio climático hacer
prever que se incrementarán la intensidad
y frecuencia de las tormentas, lo que aunado al
crecimiento poblacional, tanto en infraestructura
turística como portuaria, pronostica que
los arrecifes pueden deteriorarse rápidamente.
“Para conservar su capacidad de recuperación
es necesario establecer planes de manejo integrado
de los recursos costeros, que incluyan programas
de monitoreo”, explicó Hernández.
Nota para el editor:
El Fondo Mundial para la Naturaleza
(WWF por sus siglas en inglés) es una de
las organizaciones independientes de conservación
más grandes y con mayor experiencia en el
mundo.WWF se creó en 1961 y es conocida por
su logotipo del panda. Actualmente, cerca de 5 millones
de personas cooperan con WWF, y cuenta con una red
mundial que trabaja en más de 100 países.Para
saber más de WWF visite:
Jatziri Pérez Ojeda, Coordinadora de Comunicación
WWF-México.
Álvaro Hernández, Oficial de Pesquerías
de WWF.