Madrid,
13 de julio de 2006.– Según un nuevo informe
de WWF/Adena, se esperan sequías más
frecuentes y severas en el Mediterráneo.
El regadío, principal consumidor de agua
en el Mediterráneo, agravará los efectos
de estas sequías.
Informe Drought in the Mediterranean
- WWF policy proposals
WWF/Adena pide un cambio radical
en las políticas nacionales y de la UE que
influyen en la utilización del agua puesto
que, sin una reorientación de las mismas,
la situación de las poblaciones y del medio
ambiente empeorará notablemente.
El informe de WWF/Adena (“Sequía
en el Mediterráneo – Propuestas políticas
de WWF”) muestra que la superficie regada en la
región mediterránea se ha duplicado
desde la década de los 60, llegando a consumir
el 65% de toda el agua utilizada por el hombre en
la región. En España entre 1989 y
1999 se crearon unas 800.000 ha de regadío
(un incremento de 31,7% en 10 años), una
superficie similar a la de la Comunidad de Madrid.
De este modo, el regadío se ha convertido
en el mayor consumidor de agua dulce del Mediterráneo.
Las subvenciones de la UE y los
gobiernos nacionales han estimulado el abandono
o la transformación a regadío de los
cultivos de secano, convirtiendo a cultivos antes
no regados, como el viñedo o el olivar, en
los mayores consumidores de agua de cuencas como
el Alto Guadiana o el Guadalquivir. Las políticas
agrarias han favorecido, además, el crecimiento
de otros cultivos de regadío, consumidores
de grandes cantidades de agua. En los países
fuera de la UE los consumos de agua en agricultura
son aún más elevados a causa de la
utilización de métodos de riego ineficientes.
“El Desarrollo Rural no puede
seguir siendo sólo sinónimo de regadío”
afirmó Lucia De Stefano, Responsable de Política
de Aguas de WWF/Adena “Es necesaria una planificación
estratégica de la agricultura para ver, región
por región, cuáles son los cultivos
viables económica, social y ambientalmente.
Si el agua no se gestiona de modo más racional,
la sequía se transformará en crónica”.
Los países mediterráneos
europeos han experimentado ya una reducción
del 20% en las precipitaciones y un aumento del
consumo del 59% en el último medio siglo.
Los países con mayor aumento en la demanda
de agua han sido Francia, Turquía y Siria.
La extrapolación de las tendencias actuales
muestran un descenso continuo en las precipitaciones
y un aumento de la demanda del 25% para 2025 en
las orillas orientales y meridionales del Mediterráneo,
especialmente en Egipto, Turquía y Siria.
La sequía ha causado ya
desastres, con daños en 2003 de alrededor
de 11.000 millones de € en Europa. El verano pasado,
el sector agrario español perdió más
de 2.000 millones de € como resultado de la sequía.
Jaime Pittock, Director del Programa
de Aguas de WWF/Internacional, advirtió:
“La crisis en el Mediterráneo refleja la
crisis mundial del agua. Existe una cantidad limitada
de agua dulce disponible, por lo cual los gobiernos
deben gestionar la demanda y el consumo de agua
para que se mantengan dentro de límites sostenibles.
Protegiendo, además, la naturaleza como única
fuente de agua”.
WWF/Adena ha realizado un llamamiento
a los gobiernos para que encaren definitivamente
la crisis de la sequía para conservar los
ríos y humedales mediterráneos. Según
la ONG mundial de conservación, las administraciones
deben solucionar el problema de raíz, modificando
las políticas que aumentan la demanda de
agua.
Lucia De Stefano