04 agosto
2006 - Ciudad de México, México —
Tras la acción de Greenpeace al clausurar
simbólicamente un drenaje ilegal hacia una
playa de Veracruz, el alcalde veracruzano Julen
Rementería descalificó a Greenpeace
y negó la evidente contaminación en
las playas del estado. Greenpeace le pide que asuma
su responsabilidad ante la población local
y los turistas que visitan las playas de esa región.
Greenpeace ha venido trabajando
contra la contaminación de las playas desde
hace meses. Como parte de esta campaña ha
denunciado la irresponsabilidad de diversas instancias
federales, principalmente la Semarnat, y de los
municipios costeros. Además, ha conversado
con diversas autoridades municipales para resolver
este problema de raíz. Un ejemplo de esto
es Acapulco, municipio que ha anunciado medidas
para clausurar las playas contaminadas.
El desagüe de Playa Regatas,
Veracruz, clausurado simbólicamente por Greenpeace,
es ilegal ya que los niveles de enterococos fecales
que vierte son superiores a 2,400 NMP/100 ml (número
más probable contenido en 100 mililitros),
lo que duplica el máximo permitido por la
ley mexicana. Se trata de un hecho contundente y
no de un complot como aducen las autoridades veracruzanas.
“Rechazamos categóricamente
las acusaciones del presidente municipal de Veracruz,
Julen Rementería, que atribuye a Greenpeace
una campaña de desprestigio en contra del
estado. Es lamentable que la autoridad descalifique
a las organizaciones que trabajan por la protección
del medio ambiente en vez de asumir su responsabilidad,
reconocer el problema y ocuparse de sanear las aguas
negras del municipio”, afirmó Alejandro Olivera,
coordinador de la campaña de océanos
de Greenpeace México.
“¿Cómo es posible
que Playa Regatas no esté clausurada cuando
es evidente que vierte materia fecal hacia la playa?”,
preguntó Olivera.
Entre Boca del Río y el
puerto de Veracruz hay 15 puntos de descarga hacia
el mar, los cuales vierten diariamente 148 millones
de litros de aguas residuales.
En un intento por desviar la atención
de este problema, Rementería declaró
que Greenpeace realizaba actividades sospechosas
orquestadas por un tercero. Lo real es que Greenpeace
es una organización ecologista, independiente
en lo económico y lo político, que
denuncia los problemas ambientales y propone soluciones
y que a fin de garantizar su independencia no acepta
donativos de empresas, gobierno, partidos políticos,
únicamente de personas.
Greenpeace hace un llamado a todos
los municipios costeros para que informen sobre
el estado de sus playas y soliciten recursos para
instalar plantas que depuren sus aguas negras.