04 agosto
2006 - Madrid, España — La asociación
ecologista Greenpeace anima a la ciudadanía
a participar en la marcha por el cierre de la central
nuclear de Garoña, que tendrá lugar
el próximo sábado 5 de agosto a las
19 siete de la tarde. En esta XVII edición,
la marcha comenzará en la localidad de Barcina
del Barco, desde donde los participantes saldrán
hacia las instalaciones de Nuclenor, compañía
propietaria de la central, donde se leerá
un comunicado reclamando su cierre y se prevé
una actuación de Elektrotuna.
Durante la mañana, además,
se organizará en Fría una feria de
productos ecológicos y artesanales con comida
popular, cocinas solares y una exposición
de carteles.
Greenpeace apoya la convocatoria
realizada por los colectivos Coordinadora contra
Garoña, Ecologistas en Acción, Iniciativa
Ciudadana para el cierre de Garoña y la Plataforma
Garoña NO MÁS PRORROGAS para pedir
pacíficamente que esta peligrosa instalación
nuclear deje de funcionar.
La seguridad de esta obsoleta
instalación está seriamente degradada,
por lo que su funcionamiento entraña un riesgo
inaceptable para la salud pública y el medio
ambiente.
De hecho, la central nuclear de Garoña sufre
un grave problema de agrietamiento por corrosión,
que afecta a componentes internos de la vasija del
reactor (la que alberga el combustible de uranio
y es el verdadero corazón de la central nuclear).
Un informe del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN)
del 21 de mayo de 2003, realizado a petición
de Greenpeace, pone de manifiesto que el estado
de la vasija de Garoña ha empeorado de forma
significativa, agravándose la pésima
situación en que ya se encontraba.
En noviembre de 2005, además,
la central demostró una grave falta de seguridad,
calificada por el mismo Consejo de Seguridad Nuclear
de nivel 1, cuando se detectó con siete meses
de retraso una anomalía por un defecto en
el montaje de los medidores de temperatura del cableado
de la contención.
No hay que olvidar tampoco la
parada de la central la semana pasada debida un
aumento de la temperatura del río Ebro, según
las informaciones oficiales, aunque el sector nuclear
asegura que la energía atómica no
depende de la meteorología.
Greenpeace reclama al Gobierno
central que, en cumplimiento de sus promesas electorales,
ponga en marcha un plan de cierre progresivo pero
urgente de las centrales nucleares, empezando con
las que se encuentran en peor estado de seguridad.
"Garoña es la central
nuclear más vieja y más peligrosa
del Estado español. El plan de cierre definitivo
del parque nuclear español debe empezar urgentemente
por esta instalación", ha declarado
Sara Pizzinato, responsable de la campaña
de energía y cambio climático de Greenpeace.
La central de Zorita, en Guadalajara,
la otra instalación que junto con la de Garoña
son las llamadas de "primera generación",
ya cesó definitivamente el 30 de abril, un
cierre decidido por el Consejo de Seguridad Nuclear
"por motivos de seguridad".
Además, otras centrales
han tenido paradas inesperadas o problemas técnicos
en estas últimas semanas demostrando la falta
de seguridad e las centrales nucleares españolas.
Cofrentes ha tenido problemas tres veces en una
semana y Almaraz dos veces en los últimos
dos meses.