21 agosto
2006 - Filipinas — La marea negra provocada por
el vertido de 200.000 litros de petróleo
desde el petrolero Solar I el pasado 11 de agosto
puede agravarse de verterse los 1,9 millones de
litros que todavía quedan en su interior.
El barco de Greenpeace MY Esperanza se encuentra
en la zona para colaborar en las actividades de
limpieza de una marea negra que ha afectado ya a
40.000 personas.
El pasado viernes 11 de agosto,
el petrolero monocasco Solar 1, fletado por la compañía
Petron, se hundió en el Estrecho de Guimaras,
en Filipinas, con una carga de 2,1 millones de litros
de petróleo en sus bodegas. Se estima que
el buque ha vertido ya unos 200.000 litros provocando
una marea negra que causará graves daños
al medio ambiente y a los medios de vida de la gente
de la zona.
La tripulación del barco
de Greenpeace MY Esperanza, que se encuentra en
la zona para colaborar en las tareas de limpieza
y evaluación del vertido, y científicos
de la Universidad de Visayas (UPV), instalaron en
el día de ayer barreras de contención
en las zonas más afectadas de la reserva
marina de Taklong, amenazada por la marea negra.
Las barreras, hechas de bamboo, paja de arroz y
sacos, fueron diseñadas por la UPV para servir
de prototipo a las comunidades. Se trata de un plan
para combatir la falta de medios de lucha contra
la contaminación empleando materiales autóctonos
y degradables para frenar la llegada de petróleo
a las costas de las zonas más afectadas.
El barco de Greenpeace llevó también
material de limpieza, botas y guantes a los funcionarios
que gestionan la reserva marina.
Greenpeace teme que lo
peor esté todavía por llegar, ya que
quedan 1,9 millones de litros de petroleo en el
barco hundido que aún no han sido vertidos
al mar.
"Reiteramos nuestra exigencia
de que Petron se ocupe de recuperar el barco del
lecho marino o de extraer el petróleo que
todavía queda en sus bodegas. A no ser que
esta operación se lleve a cabo de forma urgente,
estaremos ante una catástrofe mucho mayor
que la actual", declaró Sebastián
Losada, de la Campaña de Océanos de
Greenpeace. "Las operaciones de ayuda deben
continuar para ayudar a la gente de Guimaras. Petron
tiene la obligación además de compensar
a las comunidades por los daños ocasionados
y es necesario diseñar planes de recuperación
a largo plazo para apoyarlas".
El Gobernador de Guimaras, Joaquín
Nava, expresó su frustración por la
ausencia de un compromiso del Gobierno nacional
y de Petron, la empresa que fletó el buque
petrolero, para luchar contra la peor marea negra
de la historia de Filipinas, que ha afectado ya
a ecosistemas de gran valor y a más de 40.000
personas.
Greenpeace demanda al gobierno
filipino que realice una evaluación del impacto
de la marea que debe incluir las zonas afectadas
de Guimaras, Iloilo y Negros. El Gobierno debe además
hacer a Petron responsable de los gastos de rehabilitación
de las áreas dañadas por el vertido.
El Esperanza se encuentra en el
Sudeste Asiático como parte de la expedición
en barco más ambiciosa de la historia de
Greenpeace, En Defensa de Nuestros Océanos.
Como parte de ésta el Esperanza ha visitado
ya aguas antárticas, dónde se ha enfrentado
a la flota ballenera japonesa; África Occidental,
dónde ha denunciado el papel de la pesca
pirata en la destrucción de los recursos
pesqueros africanos; las Islas Azores, dónde
ha documentado la gran biodiversidad de los ecosistemas
profundos; el Mediterráneo, donde ha expuesto
la esquilmación del atún rojo; el
Mar Rojo en dónde ha expuesto el impacto
de la urbanización masiva de la costa sobre
los ecosistemas marinos; y la India, en donde ha
trabajado en la protección mediante reservas
marinas de zonas alto valor ecológico.