Hinojos
(Huelva), 25 de agosto de 2006.- WWF/Adena solicita
que se suspenda la suelta de una pareja de linces
en Doñana, recientemente anunciada por la
Consejería de Medio Ambiente para otoño,
ya que no se engloba dentro de un Plan de Gestión
para el lince en la zona y no respeta los criterios
internacionales para la reintroducción de
animales amenazados.
La suelta de una pareja de linces
en Doñana en este momento está, según
WWF/Adena, completamente fuera de lugar y no responde
a ningún objetivo de conservación.
Cualquier actuación para la conservación
del lince en Doñana debe englobarse dentro
de un Plan de Gestión para la especie en
esta zona. “Este tipo de intervenciones puntuales,
descoordinadas y sin consensuar con ningún
agente de la comarca, no favorecen en nada al lince
ni contribuyen a la recuperación de su población
en Doñana”, afirma Eva Hernández,
Coordinadora para Doñana de WWF/Adena.
WWF/Adena considera imprescindible
un Plan de Gestión de Emergencia para el
lince en Doñana, y así lo ha hecho
saber a la Consejería de Medio Ambiente en
reiteradas ocasiones, la última el pasado
27 de julio tras los dos atropellos de linces en
las carreteras de la comarca. Según la organización
mundial de conservación, el Plan debe ser
un documento consensuado con todas las partes implicadas:
diferentes consejerías, ayuntamientos, propietarios
de fincas, cazadores, agricultores, científicos
y organizaciones conservacionistas. Este plan debe
centrarse en dos cuestiones fundamentales: intensificar
el trabajo con las parejas de lince que ya están
criando y reducir las causas de mortalidad de la
especie.
En cuanto a las parejas de lince
que ya existen, es necesario llegar a acuerdos con
los propietarios de las fincas donde se encuentran,
reforzar su alimentación, hacer un seguimiento
de campo más detallado de los animales y
las posibles amenazas a las que se enfrenten, con
el fin de asegurar su viabilidad tanto dentro como
fuera de los espacios naturales protegidos. Además
es imprescindible eliminar, o al menos reducir lo
máximo posible, las causas de mortalidad
de la especie, entre las que hay que destacar los
atropellos –sólo en el periodo 2000-2006
han sido la causa de muerte de 17 ejemplares de
lince en Doñana- y el furtivismo.
Precisamente el hecho de que no
se hayan atajado las causas de mortalidad del lince
en Doñana hacen que la introducción
de nuevos ejemplares en este momento vaya en contra
de las Directrices que la Unión Mundial para
la Naturaleza (UICN) ha acordado para la reintroducción
y translocación de especies. Según
dichas directrices, entre otras condiciones, se
estipula que antes de reintroducir una especie se
han tenido que “identificar y eliminar, o reducir
a un nivel suficiente, las causas previas de declive
(de la especie)”, algo que no está dándose
en Doñana donde las causas no sólo
no disminuyen sino que aumentan -como pasa con el
furtivismo o los atropellos-.
La reintroducción en este
momento iría igualmente en contra del apartado
de esas directrices que establece que la zona deberá
tener capacidad para soportar el crecimiento de
la población a partir de los ejemplares reintroducidos,
lo cual tampoco está asegurado más
que en condiciones de semilibertad como se pretende
mantener a la pareja que se suelte. “¿Qué
ocurrirá con los cachorros que críen?
¿se mantendrán todas las crías
también en semilibertad? ¿qué
pasará cuando sientan la necesidad de buscar
nuevos territorios? ¿aumentarán los
atropellos de lince en Doñana?” se pregunta
Hernández.
Otro tema que no queda claro respecto
a esta suelta, y que también cuestiona los
criterios de la UICN, es si realmente la población
de la que se están tomando los cachorros,
la de Sierra Morena, está en tan buen estado
como para permitirse ser la fuente de los animales
del programa de cría en cautividad y además
de los animales que se trasladen a Doñana.
No hay que olvidar que hablamos de una especie muy
amenazada en el conjunto de la Península,
que es su último reducto en todo el mundo.
WWF/Adena reclama, por tanto,
que se evite la suelta de linces en Doñana
hasta que no se haya consensuado un Plan de Gestión
de Emergencia que sirva para tomar medidas eficaces
que reduzcan las causas de mortalidad de la especie
en este emblemático espacio y aseguren el
éxito de la reintroducción.
Eva Hernández