Madrid,
el 29 de agosto, 2006 –WW/Adena ha detectado por
primera vez la presencia de retardantes de llama
bromados PBDE en el pez espada (Xiphias gladius)
de la costa italiana del Mediterráneo. Los
PBDE (éteres bifenílicos polibromados)
constituyen un grupo de retardantes de llama bromados
muy persistentes y bioacumulativos que se halla
en productos como los ordenadores, los televisores
y las alfombras. A pesar de que la mayoría
de aquellas sustancias químicas sintéticas
han sido prohibidas por la Unión Europea,
todavía se encuentran sus huellas en el pez
espada del Mediterráneo. Según la
organización mundial de conservación,
esta nueva evidencia confirma la urgente necesidad
de reforzar la legislación europea sobre
sustancias químicas (REACH).
El estudio de WWF/Adena “La contaminación
química en el Mediterráneo: El caso
del pez espada”, que se hace público hoy,
se llevó a cabo en colaboración con
el Departamento de Ciencias Ambientales de la Universidad
de Siena en Italia. Se analizaron 28 sustancias
químicas sintéticas: los plaguicidas
organoclorados DDT y HCB, así como los compuestos
perfluorados PFOS y PFOA (utilizados en la producción
de textiles, envases de alimentación y revestimientos
antiadherentes) y los retardantes de llama bromados
(19 tipos de compuestos PBDE), en 17 muestras del
pez espada de la costa italiana. De estos 3 grupos
de sustancias químicas se ha comprobado o
se sospecha que interfieren el normal funcionamiento
del sistema hormonal, asociándose esas alteraciones
con fallos en la función neurológica,
el comportamiento y la reproducción de los
animales. Pertenecen pues a un variado grupo de
substancias que se denominan alteradores o disruptores
endocrinos.
Los organoclorados se detectaron
en todas las muestras de pez espada y los retardantes
de llama bromados en todas muestras menos en una.
No se descubrieron PFOS ni PFOA. Siendo un gran
predador, el pez espada se sitúa al final
de la cadena alimenticia y, por ello, representa
un buen indicador del nivel de contaminación
química en el Mar Mediterráneo. Además
de su valor ecológico, tiene un alto valor
comercial ya que el pez espada se consume en muchos
países mediterráneos.
Según la Dra. Eva Alessi,
de WWF/Adena y coautora del estudio: “ El hecho
de que los retardantes de llama bromados presentes
en los televisores de nuestros hogares europeos
hayan acabado en el pez espada, debería alarmar
a los políticos de la Unión Europea
y obligarlos a preguntarse qué está
pasando y apoyar un tratamiento mucho más
precautorio de las sustancias químicas; especialmente,
para aquellas sustancias que interfieren con el
sistema hormonal”.
El estudio demuestra que la legislación
sobre sustancias químicas actualmente en
vigor ha fracasado en proteger los ecosistemas mediterráneos
de la amenaza que representan las sustancias químicas
tóxicas. Muchas de estos productos químicos
ya se han detectado en numerosas especies del Mediterráneo
tales como los delfines, las ballenas, las aves
y los peces.
El Dr. Silvano Focardi, Profesor
en la Universidad de Siena y científico responsable
del proyecto de investigación, advierte que
los programas actuales de seguimiento y control
principalmente toman en consideración las
sustancias químicas tóxicas “antiguas”
como los PCB (una clase de compuestos orgánicos
clorados) e insistió: “No sabemos casi nada
sobre la presencia y los efectos de sustancias químicas
más modernas, tales como los retardantes
de llama bromados, en el Mediterráneo y qué
impacto tienen sobre los animales silvestres”.
Hoy día, las sustancias
químicas sobre las que existe una preocupación
creciente a menudo son detectadas sólo por
casualidad. La legislación REACH resulta
fundamental porque puede ser la solución
a este problema.
Gracias a la nueva propuesta de
legislación Europea sobre sustancias químicas
REACH los productos químicos más peligrosos
podrían ser identificados y eliminados gradualmente.
No obstante, sólo ocurrirá así
en el caso de que REACH resulte reforzada, incluyendo
todas las sustancias químicas altamente preocupantes
tales como los disruptores endocrinos. Ha llegado
el momento de que los políticos europeos
muestren la necesaria voluntad política para
garantizar que la nueva legislación europea
sobre productos químicos sea capaz de prevenir
que el “Mare Nostrum” y todos los seres vivos que
viven en él resulte aún más
contaminado por sustancias químicas producidas
por el hombre.
Edith Verhoestraete