30 agosto
2006 - Buenos Aires, Argentina — Greenpeace presentó
un informe sobre la situación de la industria
papelera en el que reveló que, para sostener
el mercado del papel en el mundo, hasta el año
2020 será necesario construir al año
dos plantas similares a la que la empresa Botnia
pretende instalar en el Uruguay
Los datos forman parte del documento
titulado “La escalada de la celulosa en la región:
industria sucia o producción limpia” que
fue presentado públicamente hoy por Greenpeace,
durante una conferencia ofrecida en el Club Europeo.
El informe, que implicó
un trabajo desarrollado por un equipo de investigación
de la organización ambientalista, incluye
tres secciones principales. En la primera se analiza
la situación global de la industria de la
celulosa; consumidores clave, la ‘globalización’
en el sector de la celulosa, la producción
mundial de pulpa blanqueada químicamente
y los planes de expansión global de la industria
y, particularmente, los proyectos en América
Latina, la Argentina y el Uruguay.
La Segunda Sección, con
un formato más periodístico, describe
la situación de las principales papeleras
argentinas y uruguayas, su conflictividad ambiental,
legislación, producción y relación
con las comunidades locales.
Por último, el documento
propone, como alternativa para un desarrollo sostenible
de la industria en la región, un Plan de
Producción Limpia, que incorpore límites
a la escala productiva, certificación para
las plantaciones forestales y sistemas de producción
libres de cloro y contaminantes.
“Para encontrar una solución
duradera, es necesario dar con el diagnóstico
apropiado: la problemática que hoy enfrenta
la comunidad de Gualeguaychú es producto
de la expansión que sufre la industria de
la celulosa empujada por el crecimiento de la demanda
de productos relacionados con el papel en los países
industrializados y con la necesidad de buscar nuevos
destinos propicios para ese desarrollo”, expresó
Paula Brufman, coordinadora de la Campaña
contra la Contaminación de Greenpeace.
El índice de consumo de
papel en el mundo ha venido ascendiendo a niveles
extraordinarios y se estima que tal incremento continuará
en las próximas décadas. A comienzos
del siglo XXI, el consumo global de papel se calculaba
en 300 millones de toneladas anuales, en el año
2005 esa cifra había aumentado a 366, y se
espera que para el año 2020 alcance los 566
millones.
En la actualidad, Sudamérica
es la región prioritaria para la expansión
de la producción de la llamada pulpa de mercado.
Las condiciones climáticas y la disponibilidad
de tierras y aguas, añadidas a condiciones
económicas sumamente atractivas, aumentan
en forma creciente el interés por parte de
las grandes corporaciones del papel para realizar
proyectos en la región.
Para Greenpeace, como para otras
organizaciones ambientalistas, los actuales índices
de consumo en productos papeleros son muy preocupantes
en la medida que convierten a la industria de la
celulosa en voraz, devastadora de los recursos naturales,
tanto por su alto consumo de agua y energía,
como por la elevada demanda de tierra para plantaciones,
su presión sobre áreas de bosques
nativos y sus descargas contaminantes.
Por lo anterior, el Plan de Producción
Limpia es un conjunto de criterios promovidos por
Greenpeace para que tanto Uruguay como Argentina
adopten y desarrollen dichos parámetros con
el propósito de modernizar las plantas hoy
ambientalmente deficitarias y establecer los criterios
ambientales que deberán cumplir las inversiones
futuras orientadas a la producción de celulosa
en la región.
“Estas consideraciones dan una
cabal idea de la presión que se ejercerá
sobre la región para que habilite su potencial
de producción y el conflicto de Botnia y
Ence resulta en la punta del iceberg. La escalada
de la celulosa en la región que nos pone
frente a una disyuntiva: industria sucia versus
producción limpia”, sostuvo Juan Carlos Villalonga,
director Político de Greenpeace, durante
la presentación del informe.
ALGUNOS DATOS RELEVANTES:
• La demanda mundial de pulpa celulosa blanqueada
en el mercado crecerá de 45 millones de toneladas
en 2005 a 74 millones de toneladas en 2020.
• Se producirá un incremento de 29 millones
de toneladas, lo que implicará una ampliación
del mercado en 1,9 millones por año hasta
el 2020.
• Para satisfacer la demanda prevista para 2020
se deberá alcanzar una capacidad de por lo
menos 81 millones de toneladas.
• Para alcanzar este objetivo será necesario
habilitar una capacidad de producción extra
de 2 millones de toneladas anuales entre 2010 y
2020, equivalente a dos plantas como la de Botnia,
por año.
• Para abastecer una planta con una capacidad de
producción de 300 mil toneladas son necesarias
50 mil hectáreas de plantaciones de monocultivos.
Plantas como las previstas en Fray Bentos (1,5 millón
de toneladas al año) requieren superficies
cultivables de más de 250.000 hectáreas.