Vereda
de Curumuta, municipio de Puerto Wilches (Santander),
9 de septiembre de 2006. El ministro de Ambiente,
Vivienda y Desarrollo Territorial, Juan Lozano Ramírez,
hizo un llamado a la población para que no
maten a los jaguares y ayuden a restablecerlos para
que puedan volver a su hábitat.
Así lo manifestó
hoy el titular de la cartera ambiental, durante
una rueda de prensa previa a la liberación
de un jaguar hembra bautizada como “Muñeca
de Curumuta” en la Serranía de los Yariguíes,
la cual fue capturada por un campesino de Puerto
Wilches y luego recuperada y rehabilitada en la
Corporación Autónoma Regional de Santander
(CAS), durante varios meses.
El Ministro destacó el
compromiso del Gobierno Nacional de trabajar articuladamente
con la Corporación de Santander y con Parques
Nacionales Naturales para todos los temas de la
jurisdicción. “Entendemos la complementariedad
que debe haber entre el Ministerio y la CAS. Creemos
que aquí deben concurrir todas las entidades
para que este mandato pueda ser posible y se pueda
ejecutar cabalmente”.
Fue un acierto –agregó-
la declaratoria de la Serranía de los Yariguíes
como Parque Nacional Natural hace año y medio.
“Eso redobla nuestros compromisos para la protección
de la zona, del recurso hídrico que es absolutamente
determinante para esta región del país
y nos exige doblemente que desde Parques y que desde
el Ministerio acompañemos todas las tareas
de protección y de recuperación en
los Yariguíes”.
Aseguró que con la liberación
del Jaguar se demuestra un episodio de libertad,
de protección de la fauna y de la riqueza
natural, si se logra contener el proceso de deforestación.
Destacó el trabajo que
se adelanta con los organismos de seguridad e inteligencia
para realizar tareas preventivas contra las mafias
y contra las organizaciones irregulares que están
depredando los bosques y llevándose la madera.
Llamó la atención
sobre la necesidad de hacer inversión social
en la zona “para garantizar actividades productivas
y modos de subsistencia que les permitan a las gentes
evitar incurrir en este tipo de lesiones frente
al medio ambiente”.
Habló de la importancia
de tener programas de protección del bosque
para impedir la deforestación. “¿Por
qué estos animales causan daño y se
van?, porque van depredándoles el bosque,
entonces a eso apuntan todas estas estrategias”.
El Ministro explicó la
seguridad que tendrá el animal después
de su liberación en donde “contará
con un corredor vital para que pueda dentro de su
hábitat natural sobrevivir, sin tener que
causar daños, ni poner en peligro a la población”.
La Corporación y Parques
Naturales realizaron un estudio y un conocimiento
cuidadoso del parque para asegurar que el jaguar
liberado tenga todo el espacio, todo la capacidad
de subsistencia en este lugar y monitorear a través
de la CAS este propósito, con información
permanente en la zona para que el jaguar pueda disfrutar
de su hábitat, puntualizó Lozano Ramírez.
En Colombia se encuentran confirmadas
seis especies nativas de félidos silvestres:
el jaguar (Panthera onca), el puma (Puma concolor),
el ocelote (Leopardus pardalis), el margay (Leopardus
wiedi), el tigrillo (Leopardus tigrinus) y el yaguarundí
(Herpailurus yaguaroundi).
Estas especies representan aproximadamente
el 16,6 % del total de especies en el mundo. La
mayoría de éstas se encuentran listadas
en alguna categoría de amenaza de extinción.
El jaguar se distribuye ampliamente
en Colombia por toda la Costa Pacífica hasta
el departamento de Bolívar, en la Costa Atlántica,
pasando por Antioquia, Córdoba y Sucre; y
en el oriente desde Santander, Arauca hasta la selva
del Orinoco y Amazonas y abarcando todos los Llanos
Orientales y el Putumayo. Se han encontrado ejemplares
en la parte baja del valle del Magdalena y el macizo
colombiano.
La liberación del felino
tiene la máxima trascendencia para las autoridades
ambientales, porque se trata del regreso a su medio
natural, de un ejemplar, de una especie catalogada
en alto riesgo de extinción.