14 septiembre
2006 - Distrito Federal, México — Aunque
el cambio climático es considerado la peor
amenaza que enfrenta la humanidad, principalmente
en países en desarrollo como México,
las políticas para resolverlo son débiles
e insuficientes. Ejemplo de esto es el convenio
firmado entre Semarnat, Bancomext y el Banco Mundial,
del Fondo Mexicano de Carbono (Fomecar), que busca
allegarse de recursos y reducir las emisiones de
gases de efecto invernadero a largo plazo, pero
no contempla acciones para atender el problema más
urgente frente al cambio climático: la vulnerabilidad
del país, señaló Greenpeace.
Los 330 millones de dólares
anuales que las autoridades estiman recibir por
la firma del Fondo Mexicano de Carbono (Fomecar)
sólo serán útiles si se destinan
a medidas que busquen disminuir la vulnerabilidad
de nuestro país a este fenómeno: elaborar
políticas preventivas, detener y revertir
el deterioro de los ecosistemas y a reubicar a los
grupos ubicados en zonas de riesgo, advirtió
la organización ambientalista.
Las políticas para combatir
el cambio climático se engloban en dos grandes
rubros, la mitigación, lo cual significa
reducir las emisiones de gases de efecto invernadero,
y las medidas de adaptación, que se toman
para reducir la vulnerabilidad. El Fomecar se inserta
en las medidas de mitigación: es un fondo
de financiamiento y contribuirá a disminuir
las emisiones de gases de efecto invernadero… en
el largo plazo. En el corto plazo no hay acciones
ni políticas con las que se busque analizar
la vulnerabilidad y tomar las medidas necesarias
para reducirla o en su caso adaptarse a los cambios
en el patrón climático.
La vulnerabilidad es la falta
de capacidad de una persona o grupo para anticipar,
sobrevivir, resistir y recuperarse del impacto de
una amenaza natural. Implica una combinación
de factores que determinan el grado hasta el cual
la vida y la subsistencia de alguien queda en riesgo
por un evento distinto e identificable de la naturaleza
o de la sociedad. Esto quiere decir que algunos
grupos sociales o países son más frágiles
y propensos al daño, pérdida y sufrimiento
de una misma amenaza y que la vulnerabilidad puede
aumentar o disminuir con acciones concretas.
“Desafortunadamente en nuestro
país cada año se levantan nuevas comunidades
en lugares de alto riesgo, es decir comunidades
de futuras víctimas. Se estima que en México
existen 20 millones de personas en riesgo por inundaciones
y huracanes. Las políticas relacionadas con
el cambio climático deben orientarse a evitar
estas catástrofes”, afirmó Arturo
Moreno, coordinador de la campaña de energía
y cambio climático de Greenpeace.