20/09/2006
- Las sequías, olas de calor y fuertes tormentas
atribuidas al cambio climático inundan las
vías férreas y las tormentas destruyen
minas a cielo abierto. Es un nuevo desafío
para las empresas mineras, que deben adecuar los
procedimientos de producción para mantener
la rentabilidad
Los científicos sostienen
que el aumento de los proyectos de captura de gases
con efecto invernadero (GHG por su sigla en inglés)
provocará mayores sequías, olas de
calor y fuertes tormentas. También acelerará
la ampliación de las zonas desérticas
y podría elevar los niveles del mar en casi
un metro para el 2100.
"Indudablemente los mineros
están siendo afectados financiera y físicamente
debido al cambio climático," precisó
Rob Lake, encargado de inversiones en el sector
minero de la firma Henderson Global Investors, que
administra alrededor de 63.000 millones de libras
esterlinas (118.000 millones de dólares)
a Reuters.
Lake aseguró que las interrupciones
en la producción a causa de las inundaciones
en las vías ferroviarias y las tormentas
que destruyen las minas a cielo abierto serían
más frecuentes en el futuro.
La paradoja es que la minería
contribuye fuertemente con las emisiones de GHG
al consumir grandes cantidades de crudo, gas y carbón
en sus procesos de producción y son cuestionadas
en muchos países por el devastador impacto
en el entorno, destruyendo bosques, contaminando
cursos de agua y desplazando tanto a comunidades
como animales autóctonos.
"Existe un desafío
en la planificación y en los costos de algunos
de sus proyectos," detalló Lake, y sostuvo
que la manera en que responda la industria podría
afectar el futuro éxito en la atracción
de la inversión.
El dióxido de carbono (CO2)
es el principal gas liberado por los combustibles
fósiles en las plantas de energía,
fábricas y vehículos y es considerado
una de las causas principales del calentamiento
global.
Las emisiones mundiales de CO2
seguramente aumentarán y podrían alcanzar
43.700 millones de toneladas en el 2030, por encima
de las 25.000 millones de toneladas en el 2003,
informó la Administración de Información
de Energía estadounidense en un reporte anual.
Laurel Green, ejecutiva de la
división de cambio climático de Río
Tinto, la segunda mayor compañía minera
del mundo, espera que el clima sea más extremo
en el futuro. Green agregó que la firma está
trabajando fuertemente para comprender el impacto
climático en las operaciones de la empresa.
"Operamos proyectos que supuestamente
deben durar entre 30 y 50 años, y a fin de
permanecer en el negocio debemos asegurar que nuestras
operaciones demoren ese período de tiempo,"
explicó.
La compañía se encontraba
desarrollando alternativas para reducir la intensidad
de las emisiones GHG en la combustión de
carbón, fundición de metales y operaciones
eléctricas.
"Es muy difícil decir
o predecir los costos de esto en nuestro negocio,"
agregó Green.