19 septiembre
2006 - Ciudad de México, México
Con extensa documentación técnico-científica,
ambiental y jurídica, Greenpeace reiteró
su rechazo la siembra de maíz transgénico,
porque amenaza la diversidad genética de
México. Esto ocurrió durante la consulta
pública a la que fueron sometidas 7 solicitudes
presentadas por las trasnacionales Monsanto, Pioneer
y Dow Agrosciences, corporaciones que pretenden
sembrar en México maíces transgénicos
tolerantes a herbicidas y/o que generan su propio
insecticida.
Greenpeace entregó al Servicio
Nacional de Inocuidad y Calidad Agroalimentaria
(Senasica) 7 expedientes de 50 páginas. Entre
los principales argumentos destacan:
La necesidad de establecer el
régimen de protección especial de
maíz, previo a cualquier consideración
de Sagarpa y Semarnat para autorizar la siembra
experimental de maíz transgénico.
Dicho régimen debe ser cero tolerante con
las variedades transgénicas de este cultivo
y ser el resultado de un ejercicio interdisciplinario
y transparente de cara a la sociedad.
Existe documentación científica
que da fundamento a las principales preocupaciones
ambientales acerca de los transgénicos que
se pretenden autorizar. Por ejemplo: los tolerantes
a herbicidas incrementan la aplicación del
herbicida sobre las plantas, lo cual contamina suelos
y cauces de agua; los que producen su propio insecticida
(Bt) han generado resistencia en aquellos insectos
que buscan combatir, lo que los hace ineficientes
en el corto plazo, al tiempo que han afectado a
insectos no-blanco.
Es evidente que no podemos arriesgar
la valiosa diversidad genética de México
para sembrar transgénicos que han sido fuertemente
cuestionados en México y alrededor del mundo,
que causarían irreversibles consecuencias
ambientales y cuyo cultivo sólo busca que
un grupo de corporaciones controlen el abasto de
semillas de maíz en nuestro país,
expresó Gustavo Ampugnani, coordinador de
la campaña de Transgénicos de Greenpeace
México.
Conviene recordar
Desde octubre de 2005, tres empresas
trasnacionales buscan doblegar a las autoridades
mexicanas para que les permitan sembrar 5 variedades
de maíz transgénico, con el fin de
comercializar transgénicos a gran escala
en el mercado mexicano de semillas. Desde entonces,
Greenpeace ha advertido que esas semillas ponen
en riesgo de contaminación genética
la diversidad de maíces criollos y nativos.
Cabe recordar que México, como centro de
origen, es un país estratégico para
la conservación de las especies nativas del
maíz. Por otro lado, el maíz transgénico
no resuelve los problemas que enfrenta el campo
mexicano, y su siembra se pretende llevar a cabo
infringiendo el débil marco regulatorio que
tiene México en términos de bioseguridad.