13 octubre
2006 - Lagunas de Zempoala, Estado de México,
México — Cientos de indígenas de la
comunidad tlahuica de San Juan Atzingo marcharon
en el Parque Nacional Lagunas de Zempoala para exigir
el alto inmediato a la tala ilegal de sus bosques.
Autoridades municipales, el delegado de la Procuraduría
Federal de Protección al Ambiente (Profepa)
en el Estado de México e integrantes de Greenpeace
acompañaron a los manifestantes en su lucha
contra la alarmante deforestación de sus
tierras a manos de bandas de talamontes.
Los bosques de San Juan Atzingo
forman parte del Gran Bosque de Agua y la zona que
está siendo talada forma parte del Parque
Nacional Lagunas de Zempoala. Desde 1998 grupos
de taladores han arrasado al menos 250 hectáreas
y han degradado muchas más dentro de esta
área natural protegida, por ello este parque
es considerado uno de los 15 "focos rojos"
del país (zonas donde se presenta el 60 por
ciento de la tala clandestina en México).
En mayo pasado, representantes
de la comunidad presentaron junto con Greenpeace
una denuncia popular ante la Profepa para detener
la tala. Sin embargo, a pesar de que los esfuerzos
de la Procuraduría han reducido la tala en
la zona, ésta continúa, por lo que
la comunidad decidió manifestarse para recuperar
simbólicamente el control de sus bosques.
"Estamos aquí para
mostrarle a quienes roban nuestros recursos y destruyen
nuestros bosques que no estamos solos y decirles
que ¡ya basta! Este es nuestro territorio
y no permitiremos que lo sigan saqueando. La comunidad
de San Juan Atzingo está unida y organizada
contra la tala ilegal y cuenta con el apoyo de organizaciones
y autoridades para lograrlo. A partir de hoy, recuperaremos
nuestras tierras y recursos naturales para conservarlos
y decir cómo se utilizan", afirmó
un representante de la comunidad de San Juan Atzingo.
El Gran Bosque de Agua alberga
2 por ciento de la biodiversidad del mundo, brinda
tres cuartas partes del agua que se consume en la
Ciudad de México y abastece de este líquido
a los ríos Lerma y Balsas. Sin embargo, la
tala ilegal y el crecimiento urbano, entre otras
actividades, están ocasionando que este bosque
desaparezca diariamente a un ritmo que equivale
a la superficie de 9 campos de fútbol. De
acuerdo con el Instituto de Geografía de
la Universidad Nacional Autónoma de México,
cada año se pierden 2,400 hectáreas
de este bosque, lo que puede llevar a su total desaparición
en los próximos 50 años.