Panorama
 
 
 

ACTIVISTAS DE ONG DENUNCIAN EN EL GRANADO (HUELVA) UNA OPERACIÓN URBANÍSTICA EN UN ÁREA PROTEGIDA

Panorama Ambiental
Internacional
Octubre de 2006
 

Con esta acción, la organización reclama a los gobiernos de España y Portugal la creación del Parque del Bajo Guadiana

27 octubre 2006 - España — Greenpeace terminó hoy su campaña en el Guadiana denunciando la gran operación urbanística que se está fraguando en todo el Bajo Guadiana con la connivencia de los municipios de la ribera, de la Confederación Hidrográfica del Guadiana y del Instituto del Agua portugués. Activistas de Greenpeace desplegaron a última hora de ayer sobre las obras de la carretera de acceso al puente transfronterizo una pancarta con el lema "Destruir para especular".

Así quisieron llamar la atención sobre la operación especulativa que la Diputación de Huelva y el Ayuntamiento de El Granado están realizando impunemente en un área protegida.

El proyecto de Ingeconser, S.A. y Residencial Golf, S.L. en El Granado ha sido aprobado por el Ayuntamiento sobre una zona LIC, de muy alta sensibilidad ambiental, Red Natura 2000, hábitat del lince ibérico y del águila imperial y afectada por el Plan Especial de Protección del Medio Físico. La Junta de Andalucía, a través de la Diputación provincial de Huelva, está realizando ya las obras de la carretera de conexión con el futuro puente transfronterizo en El Granado. Esta carretera pasa sobre estos terrenos, recalificados por el ayuntamiento como urbanizables. La obra se está realizando en horario de 24 horas ininterrumpida (suspendido ahora por las lluvias) a pesar de que aún no dispone de todas las autorizaciones necesarias del Ministerio de Medio Ambiente.

De terminarse antes de que la Administración central las paralice o las declare ilegales, las obras podrían acogerse a la política de hechos consumados. Greenpeace denuncia que el Ministerio de Medio Ambiente ha sido informado en diversas ocasiones, por diferentes colectivos y particulares. La organización ecologista, de hecho, ha denunciado la obra ya en dos ocasiones (el 18 de julio y el 23 de octubre) exigiendo la paralización de estas obras ilegales a la propia Ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, sin haber obtenido respuesta alguna. El proyecto que se esconde tras el puente incluye 3.000 viviendas, hoteles de lujo, un centro hípico, dos campos de golf de 18 hoyos, centros deportivos y comerciales y un puerto deportivo.

Greenpeace ha recorrido el Bajo Guadiana para denunciar la implantación en las riberas de los ríos del modelo de urbanismo salvaje que sufre la costa. Sólo en la margen española está previsto construir varios grandes complejos urbanísticos con puertos deportivos y doce campos de golf. Esto supone, además, una enorme presión sobre la margen portuguesa, que salvo en una pequeña área del municipio de Castro Marín está protegida y cumple con los requerimientos ambientales de las figuras de protección.

La organización exige a los Ministerios de Medio Ambiente de España y Portugal que declaren en el Bajo Guadiana una figura de protección integral e internacional como los parques transfronterizos que ya están funcionando en otros países europeos.

El Ayuntamiento de Ayamonte es otro ejemplo de la implicación de las corporaciones del Bajo Guadiana en la especulación urbanística. Costa Esury ya se está levantando a orillas del Guadiana y ocupando el Dominio Marítimo Terrestre a pesar de las denuncias interpuestas por otros grupos ecologistas. Fadesa, la empresa promotora, está construyendo 6.300 viviendas, dos campos de golf, tres hoteles de lujo y zonas comerciales. Ayamonte es el único municipio por el que ha pasado Greenpeace en su Descenso del Guadiana que ha prohibido a la organización realizar actividades educativas y de información a la ciudadanía.

“Los Gobiernos de España y Portugal están apostando por la destrucción de las riberas haciendo la vista gorda con las operaciones urbanísticas que se están preparando en todo el Bajo Guadiana. La voracidad especulativa en España está llegando a un punto que destruirá todo el patrimonio natural si no le ponemos coto. Portugal, ahora, parece querer imitar el modelo español. La única forma de salvar el Bajo Guadiana es que los Gobiernos de España y Portugal asuman su responsabilidad y creen un Parque Internacional del Bajo Guadiana”, ha declarado Julio Barea, responsable de la Campaña de Aguas de Greenpeace.

A pesar que la mayor parte de la orilla portuguesa está protegida, la presión que ejercen las grúas en la otra orilla es tan fuerte, que varios municipios lusos están intentando quieren seguir la estela de destrucción y especulación que sufre la margen española. Proyectos como Almada de Ouro Golf & Country Club, Corte Velha y Quinta do Vale, en Castro Marim, incluyen varios campos de golf, hoteles, miles de viviendas y dos puertos deportivos. De hacerse, triplicarían la población del municipio. Otro de los proyectos especulativos es Ponta Da Areia en Vila Real de Santo Antonio. De nuevo con campos de golf, miles de viviendas y un puerto deportivo.

La ribera portuguesa cuenta, además, con dos ríos sin infraestructuras ni vertidos y donde se conserva en buen estado la fauna autóctona y la vegetación de ribera. Son los ríos Vascao y Foupana. Por ello, Greenpeace pide a Portugal que sean declarados ríos escénicos con una conservación especial e integral en la totalidad de sus cauces.

Además, la construcción de la presa de Alqueva y el cierre de sus compuertas en 2002 ha provocado que las especies migradoras de peces marinos, como la anguila ya no puedan remontar por el río. A ello, se suma la introducción de especies foráneas como el siluro, el perca sol o la gambusia, que suponen una grave amenaza para las especies que viven en el río al ser más voraces y capaces de desplazar a las poblaciones autóctonas.

Alqueva también ha supuesto que el río prácticamente no transporte sedimentos (son retenidos por el conjunto de embalses en un 96%). Estos materiales arrastrados por las aguas son vitales para el desarrollo de los peces del estuario, pues aportan los nutrientes necesarios para su ciclo de vida. Alqueva es ya una amenaza para la supervivencia de las pesquerías tradicionales de la zona y producirá una importante regresión de las playas de Ayamonte, Isla Cristina o Lepe que redundará negativamente en el turismo.

Así quisieron llamar la atención sobre la operación especulativa que la Diputación de Huelva y el Ayuntamiento de El Granado están realizando impunemente en un área protegida.

Otros problemas que padece el Guadiana, en este último tramo antes de su desembocadura, son los vertidos de aguas fecales e industriales. A pesar de que la Directiva sobre Depuración de Aguas Residuales entró en vigor a finales de 2005, municipios como Vila Real de Santo Antonio, Ayamonte, Castro Marim, Alcoutim, Odeleite, Azinhal, Fournazinhas y Monte Francisco la incumplen. A estos vertidos se suman los procedentes de varias minas abandonadas en los afluentes del Guadiana, como el Chanza, y de pesticidas procedentes de la agricultura, que de forma periódica producen importantes mortandades de peces.

Activistas do Greenpeace denunciam em El Granado (Huelva) uma operação urbanística numa área protegida

Com esta acção, a organização reclama aos governos de Espanha e Portugal a criação do Parque do Baixo Guadiana

Greenpeace terminou hoje a Descida do Guadiana denunciando a grande operação urbanística que está a acontecer por todo o Baixo Guadiana com a conivência dos municípios ribeirinhos, da Confederação Hidrográfica do Guadiana e do Instituto das Águas português. Activistas da Greenpeace colocaram ontem ao fim do dia um banner com lema “Destruir para especular” sobre as obras da estrada de acesso à ponte transfronteiriça. Quiseram assim chamar a atenção para a operação especulativa que que a Diputación de Huelva e o Município de El Granado estão a realizar impunemente numa área protegida.

O projecto da Ingeconser, S.A. e Residencial Golf, S.L. em zona LIC (de alta sensibilidade ambiental), Rede Natura 2000 (habitat do lince ibérico e águia-imperial) e zona abrangida pelo Plano Especial de Protecção do Meio Ambiente, em El Granado, já foi aprovado pelo município. A Junta de Andaluzia já está a realizar, através da Diputación Provincial de Huelva, as obras da estrada de ligação à futura ponte transfronteiriça em El Granado. A estrada passa sobre estes terrenos, que o município requalificou como urbanizáveis. A obra está a realizar-se em horário ininterrupto de 24 horas (suspendido agora pela chuva), apesar de ainda não ter todas as autorizações necessárias do Ministério do Ambiente.

Se as obras terminarem antes que a Administração central as paralize ou as declare ilegais, estas podem abrigar-se na política de factos consumados. A Greenpeace denuncia que o Ministério do Ambiente já foi informado desta situação por diferentes colectivos e particulares, em diversas ocasiões. A organização ecologista já denunciou a obra em diversas ocasiões (a 18 de Julho e 23 de Outubro) exigindo a sua paralização imediata à própria Ministra do Medio Ambiente, Cristina Narbona, sem obter resposta alguma.

O projecto que se esconde por trás da ponte inclui 3.000 residências, hotéis de luxo, um centro hípico, dois campos de golfe de 18 buracos, centros desportivos e comerciais e um porto desportivo.

A Greenpeace percorreu o Baixo Guadiana para denunciar a implantação do modelo urbanístico selvagem da costa nas zonas ribeirinhas do rio. Só na margem espanhola está prevista a construção de vários complexos urbanísticos com portos desportivos e doze campos de golfe. Isto significa, acima de tudo, uma enorme pressão sobre a margem portuguesa que, exceptuando uma pequena área do município de Castro Marim, está protegida e cumpre os requerimentos ambientais das medidas de protecção.

A organização exige aos Ministérios do Ambiente de Portugal e Espanha que estabeleçam para o Baixo Guadiana uma medida de protecção integral e internacional como os parques transfronteiriços que já estão em funcionamento noutros países europeus.

O município de Ayamonte é outro exemplo de implicação das coorporações do Baixo Guadiana na especulação urbanística. Costa Esury já se está a erguer nas margens do Guadiana, ocupando Domínio Marítimo Terrestre, apesar das denúncias de vários grupos ecologistas. Fadesa, a empresa promotora, está a construir 6.300 residências, dois campos de golfe, três hotéis de luxo e zonas comerciais. Ayamonte é o único município durante a Descida do Guadiana que proibiu a organização ecologista de realizar actividades educativas e informativas.

“Os governos de Portugal e Espanha estão a apostar na destruição das zonas ribeirinhas, ignorando as operações urbanísticas programadas para o Baixo Guadiana. A voracidade especulativa em Espanha está a chegar a um ponto que, se não for travada, irá destruir todo o património natural. Portugal parece querer agora imitar o modelo espanhol. A única forma de salvar o Baixo Guadiana é que os governos de Portugal e Espanha assumam a sua responsabilidade e criem o Parque Internacional do Baixo Guadiana”, declarou Julio Barea, responsável pela campanha da Água da Greenpeace.

Apesar da maior parte da orla portuguesa estar protegida, a pressão que exercem as gruas na orla em frente é tão forte que vários municípios lusos querem seguir o exemplo da margem espanhola. Projectos como Almada de Ouro Golf & Country Club e Quinta do Vale, em Castro Marim, incluem vários campos de golfe, hotéis, milhares de vivendas e portos desportivos. Se estes projectos forem concretizados, triplicarão a população do município. Outro dos projectos especulativos é o Ponta da Areia em Vila Real de Santo António. Também este com campos de golfe, milhares de vivendas e um porto desportivo.

Na zona ribeirinha portuguesa existem rios sem infra-estruturas e sem descargas, onde se conserva o bom estado da fauna autóctone e da vegetação ribeirinha. São os rios Vascão e Foupana. A Greenpeace pede a Portugal que os declare rios virgens abrangidos por medidas de conservação especiais e que contemplem os recursos na sua totalidade.

Para além disto, a construção de Alqueva e o encerramento das comportas em 2002, alterou o ritmo de vida natural de espécies de peixes marinhos migradoras, como a enguia, que deixam de poder subir o rio. A isto, soma-se a introdução de espécies forasteiras como o siluro, a perca ou a gambusia, que se constituem numa grave ameaça para as espécies que vivem no rio por serem capazes de destruir as populações autóctones.

Alqueva também supõe uma maior retenção de sedimentos (dos quais o conjunto total de barragens detém 96%). Estes materiais arrastados pelas águas são vitais para o desenvolvimento dos peixes do estuário, dado que transportam nutrientes necessários para o seu ciclo de vida. Alqueva é já uma ameaça para a sobrevivência da pesca tradicional da zona e irá conduzir a uma grave regressão das praias de Ayamonte, Isla Cristina e Lepe, o que resultará num impacto negativo para o turismo local.

Outros problemas que afectam o Guadiana, neste último troço antes de chegar à foz, são as descargas residuais urbanas e industriais. Apesar da Directiva de Tratamento de Águas Residuais ter entrado em vigor no final de 2005, municípios como Vila Real de Santo António, Ayamonte, Castro Marim, Alcoutim, Odeleite, Azinhal, Fournazinhas e Monte Francisco não a cumprem. A estas descargas somam-se as procedentes de minas abandonadas nos afluentes do Guadiana, como o Chança, e pesticidas procedentes da agricultura que produzem, de forma periódica, uma importante mortalidade nos peixes.

Greenpeace denuncia una operación urbanística tras el puente transfronterizo

La organización critica el cambio de la política de agua portuguesa que con la Alqueva apuesta por la contaminación y la especulación

25 octubre 2006 - España — Activistas de Greenpeace denunciaron hoy la operación especulativa que el ayuntamiento de El Granado está realizando en un espacio protegido de la ribera del Guadiana con la excusa de construir un puente transfronterizo entre España y Portugal.

Los activistas desplegaron una pancarta con el lema “Destruir para especular” junto a las obras de la carretera de acceso al puente que están realizándose en horario ininterrumpido de 24 horas. El puente esconde una operación urbanística por la que el ayuntamiento recibirá tres millones de euros sobre una zona LIC, de muy alta sensibilidad ambiental, Red Natura 2000, hábitat del lince ibérico y del águila imperial y afectada por el Plan Especial de Protección del Medio Físico.

El proyecto ya ha sido aprobado en el PGOU del ayuntamiento y tiene previsto convertirse en un gran complejo turístico con hoteles de lujo, dos campos de golfs, puerto deportivo, un centro hípico, balnearios, centros deportivos y comerciales y 3.000 viviendas. El Granado es una población de 624 personas.

Greenpeace recaló hoy en Mértola dentro del Descenso del Guadiana que comenzó el 20 de octubre en el nacimiento del río, los Ojos del Guadiana. La organización navegó aguas abajo hasta la zona en la que el río se convierte en frontera. Greenpeace mostró el paso transfronterizo sobre la presa del Chanza que hace absurdo e insostenible la construcción de un nuevo puente a apenas 500 metros.

La organización ha querido denunciar también el giro que ha dado la política de aguas en el Guadiana con la construcción de la presa de Alqueva y ha pedido al Gobierno portugués que se replantee las infraestructuras asociadas a esta presa: nueve embalses más, un tunel, un trasvase a la cuenca del Sado y multitud de conducciones. Greenpeace lamenta este cambio de política que imita lo peor de la gestión española y que ha echado por tierra la magnífica conservación en la que se encontraba todo el tramo portugués.

“El Gobierno portugués debe abandonar la idea de seguir construyendo infraestructuras, que ni siquiera están contempladas en la nueva Directiva Marco del Agua. Cuando el resto de Europa está tratando de invertir la política de infraestructuras y apostar por recuperar la calidad del agua de los ríos, Portugal ha dado un paso atrás de años y ha proyectado una especie de Plan Hidrológico español que llevó años de protestas ciudadanas paralizar. La gestión española del agua es un rotundo fracaso. España es el país del mundo con más presas por número de habitante, y a pesar de ello la escasez de agua y la desertificación es cada vez mayor. Acumular agua no es una solución. En España sólo el 11% de las aguas superficiales y el 16% de las subterráneas cumple con los objetivos ambientales de la DMA y el agua contaminada no se puede usar”, afirmó Julio Barea, responsable de la campaña de aguas de Greenpeace.

La política de infraestructuras hidráulicas española ha provocado la desastrosa situación que vive hoy el río. De hecho, el Guadiana no existe desde hace más de 20 años. El agua dejó entonces de brotar de los Ojos y hoy el cauce está seco los 120 primeros kilómetros. En este tramo, a pesar de ello, existe un embalse, el del Vicario. La regulación de los cauces en todo el tramo español antes de la entrada en Portugal ha provocado una situación crítica, ya que el río ha perdido casi toda su capacidad de autodepuración y autorregeneración. Esto no sólo contribuye a acentuar la escasez del recurso, también contamina el agua, por lo que las reservas no se pueden utilizar para abastecimiento, riego y, en muchas ocasiones, incluso no son aptas para usos industriales. Los embalses de Vicario, Gasset, Vegas del Jabalón, Marisánchez, Brovales, Valuengo, Proserpina, La Serena, Los Canchales, Alange y Nogales están eutrofizados o hipereutrofizados.

Contaminación

La presa de la Alqueva no sólo ha acabado con la función depuradora que el tramo portugués ejercía en el río. El Guadiana portugués funcionaba como un riñón, depurando y regenerando el río de forma natural. La Alqueva ha detenido esta función que ahora sólo ejerce la zona protegida del Parque del Valle del Guadiana. Ha acentuado la escasez del agua circulante ya mermada por los embalses españoles y con ello ha provocado una mayor intrusión de agua marina. Hoy el agua salada llega más arriba de Mértola variando el ecosistema fluvial. Además, Alqueva pronto se convertirá en un embalse contaminado más. El agua que llega a la presa ya está en mal estado.

El aporte de nitrógeno y fósforo procedente de vertidos urbanos, industriales y de abonos agrícolas provoca en los embalses un excesivo crecimiento de algas y otras plantas acuáticas que al descomponerse consumen gran parte del oxígeno del agua. A este proceso se le llama eutrofización. La falta de oxígeno provoca la muerte de fauna y flora. Además, la descomposición de determinadas algas emite sustancias tóxicas que también pueden matar a peces y otros organismos acuáticos, hacerlos no aptos para el consumo humano, dar mal sabor al agua e imposibilitar el uso del agua para abastecimiento, baño y regadío. En el caso de Alqueva, además, han quedado sumergidos cientos de miles de árboles que ahora se están descomponiendo, con lo que el proceso será todavía más rápido. A esto hay que añadir que la vida media de un embalse es de 50 años. Tras ese periodo se colmatan, es decir, el lecho del embalse se llena de sedimentos y quedan inutilizables. Además, la misma estructura de la presa agota su vida útil.

Una gran operación urbanística

La obra de la Alqueva, que se hizo sin un estudio de impacto ambiental integral, esconde además una gran operación de especulación urbanística. El Gobierno portugués ha construido la presa con la excusa de dotar de agua a 110.000 hectáreas de regadíos en una zona de secano fuera de la cuenca del Guadiana. Lo más probable es que estas hectáreas nunca se pongan en explotación, puesto que las ayudas agrícolas europeas van a cambiar hacia los países del Este. El Gobierno portugués todavía no ha fijado el precio del agua, pero sí ha aprobado la construcción junto al embalse de varios hoteles, campos de golf y miles de viviendas que suman más de 19.500 camas. El Gobierno extremeño, por su parte, no se ha quedado atrás y en los 35 km2 que tocan a España ha aprobado la construcción de 16.000 camas frente a las 480 previstas en un principio.

En Alqueva se evapora en un año el agua que consumirían 3 millones de personas. El tamaño del embalse, el mayor de Europa, es tan grande, que la evaporación será de unos 200 hm3 al año (lo que consume una población de 3 millones de personas).

 
 

Fuente: Greenpeace – Internacional (www.greenpeace.org)
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