Bruselas,
9 de noviembre de 2006.- Más de cincuenta
prestigiosos economistas europeos han firmado una
declaración en la que WWF/Adena asegura que
el comercio de emisiones es el instrumento adecuado
para luchar contra el cambio climático y
reducir las emisiones de CO2 por parte de las grandes
industrias contaminantes. Los firmantes reclaman,
no obstante, un endurecimiento en el sistema europeo
de comercio de emisiones (UE ETS) para asegurar
su eficacia.
La declaración afirma que
el comercio de emisiones ofrece a las industrias
la máxima flexibilidad y el menor coste posible
para la reducción de emisiones de gases de
efecto invernadero, además de incentivar
la inversión en tecnologías limpias.
Sin embargo, para que el sistema funcione es esencial
que el carbono alcance un precio significativo.
Esto requiere un recorte en la oferta disponible,
que sólo puede lograrse mediante el establecimiento
de unos límites más estrictos.
La declaración de WWF/Adena
ha sido entregada hoy a la Comisión Europea
por dos de sus firmantes, el catedrático
de la Universidad de Cambridge, Michael Grubb, y
Ottmar Edenhofer, del Instituto Postman para la
Investigación del Cambio Climático.
En el transcurso de una rueda de prensa conjunta,
el comisario de Medio Ambiente Stavros Dimas ha
firmado, asimismo, esta declaración.
“Un endurecimiento en el sistema
europeo de comercio de emisiones es esencial para
lograr los compromisos adoptados en el Protocolo
de Kioto y contribuir así a mantener el calentamiento
global por debajo del incremento de 2ºC con
respecto a los niveles pre-industriales”, asegura
Stephan Singer, director de la Unidad de Clima Europeo
y Energía de WWF Internacional. “Pero la
mayoría de los países comunitarios
está mostrando muy poco interés en
este compromiso y proponen unas limitaciones muy
tímidas a las emisiones en sus territorios.
Para mantener una posición de liderazgo en
la lucha contra el cambio climático, es vital
que la Unión Europea rechace los Planes Nacionales
de Asignación excesivamente permisivos ”
El sistema comunitario de comercio
de emisiones es la piedra angular de la política
europea en materia de cambio climático y
es, además, el primer sistema internacional
de comercio de emisiones de CO2 establecido en el
mundo. Afecta a unas 11.400 centrales eléctricas
e industriales, responsables de la mitad de las
emisiones europeas de CO2.
Sin embargo, datos obtenidos a
comienzos de 2006 señalan que los gobiernos
europeos han otorgado demasiados derechos de emisión
durante la primera fase (2005-2007), lo que ha llevado
a una caída en el precio del carbono. WWF/Adena
sostiene que las propuestas de límites nacionales
demasiado permisivos, como las presentadas por Alemania,
Polonia, Francia y Grecia, deben ser rechazadas.
“También el cumplimiento de la segunda fase
(2008-2012) se ve amenazado por unas normas muy
generosas para la utilización de créditos
procedentes de Mecanismos de Desarrollo Limpio y
de Implementación conjunta. Esto es especialmente
grave en la propuesta de PNA presentada por España,
que permite la utilización de dichos créditos
hasta en un 50%, lo cual contribuiría a abaratar
el precio del CO2 y por tanto se socavan los incentivos
del comercio de emisiones. Esperamos que el gobierno
tenga en cuenta nuestras alegaciones y corrija este
punto en el Plan definitivo” señala Mar Asunción,
responsable del Programa de Cambio Climático
de WWF/Adena.
“Nuestro análisis muestra
que las cuotas propuestas hasta el momento son demasiado
altas y, de esa manera, no van a funcionar como
incentivos para recortar las emisiones o para destinar
inversiones que ayuden a reducir las emisiones de
cada país. Unos pocos países, como
España, están dispuestos a realizar
un serio esfuerzo al respecto. Pero otros muchos
contradicen el supuesto papel de Europa como líder
en la lucha contra el cambio climático. Necesitamos
límites más severos, auténticos
recortes, y empezar a ver subastas de derechos de
emisiones en lugar de asignaciones gratuitas a las
industrias y empresas contaminantes. Cuanto antes
se implante el sistema de subastas, mejor parados
saldrán el clima global y la economía
europea”, ha afirmado hoy el profesor Michael Grubb.
Por su parte, Ottmar Edenhofer
ha asegurado en Bruselas: “Los costes derivados
de la contención del cambio climático
están sobrevalorados. Son mucho menores que
los ocasionados por los impactos del calentamiento
global, como las inundaciones, sequías o
la necesidad de construir nuevas infraestructuras.
Sólo si actuamos rápido la reducción
de la contaminación climática será
relativamente barata y tendrá efectos positivos
en las economías europeas. El calendario
de emisiones tiene un papel muy importante, pero
es necesario que se simplifique y se armonice para
reducir las diferencias competitivas que surgen
de la disparidad de criterios aplicados en cada
país para la concesión de permisos
de emisión”.
Para el comisario europeo de Medio
Ambiente, Stavros Dimas, el sistema europeo de comercio
de emisiones es un instrumento vital para regular
el creciente mercado global de carbono, para alcanzar
los objetivos de Kioto y para combatir el cambio
climático a partir de 2012: “El hecho de
que las propuestas presentadas hasta ahora propongan
topes que, en la mayoría de los casos, exceden
las emisiones verificadas en 2005, es muy desalentador.
Quiero asegurarme de que todas las propuestas sean
estudiadas desde una perspectiva justa pero también
severa, y en las próximas semanas tomaremos
decisiones sobre el primer bloque de planes nacionales
de asignación presentados”.
Artículo: Cristina Saura