Madrid,
11 de diciembre de 2006- La votación de la
segunda lectura en el Parlamento Europeo sobre la
propuesta de normativa europea de sustancias químicas
REACH (Registro, Evaluación y Autorización
por sus siglas en inglés) tendrá lugar
miércoles, el 13 de diciembre, en Estrasburgo.
Los últimos asuntos más controvertidos
se decidieron el 30 noviembre pasado en un “compromiso”
aprobado por el Parlamento europeo, el Consejo de
Ministros y la Comisión europea.
Con este resumen, WWF/Adena quiere
presentar un análisis general de lo que probablemente
va a ser la legislación final REACH:
•La eliminación gradual
de las sustancias químicas más peligrosas
(fase de Autorización) .
Dos grupos de sustancias químicas
de crucial importancia serán sustituidas
siempre cuando existan alternativas más seguras:
se trata de las sustancias químicas Persistentes,
Bioacumulativas y Tóxicas (PBT), y las Muy
Persistentes y Muy Bioacumulativas (mPmB). Un ejemplo
de aquellas clases son las sustancias químicas
con propiedades similares al pesticida DDT (un plaguicida
organoclorada) o los PCB (bifenoles policlorados)
y algunos tipos de retardantes de llama bromados
(usados en ropa y compuestos electrónicos)
así como las sustancias perfluoradas tales
como las PFOS, usadas en la producción de
artículos de cocina o productos finales de
textil.
Sin embargo, las sustancias químicas
probadas de causar cáncer o problemas de
natalidad, las que afectan al ADN, alteran el sistema
hormonal o provocan otras enfermedades graves -
conocidas como CMR (Cancerígenas, Mutagénicas
y tóxicas para la Reproducción) y
los disruptores endocrinos - continuarán
comercializándose a pesar de que existan
alternativas más seguras.
Los productores de sustancias
químicas estarán autorizados a continuar
su comercialización cuando pueden afirmar
que la exposición a estas sustancias peligrosas
puede ser “controlada de manera adecuada” (es decir
cuando si se mantienen por debajo de un cierto umbral
de seguridad) para que no sean peligrosas para la
salud y el medio ambiente. Se desarrollarán
nuevas metodologías para determinar los umbrales
de seguridad con el fin de continuar el uso de estas
sustancias químicas en lugar de sustituirlas.
Un ejemplo de sustancia química
sintética “CMR”, que es tóxica para
la reproducción, sujeta a “un control adecuado”
bajo la legislación REACH es el ftalato DEHP
(usado como plastificante en numerosos artículos
de consumo). Un ejemplo de sustancia química
que altera el sistema hormonal (un disruptor endocrino)
es el Bifenol A. Tales sustancias se encontraron
en la sangre de numerosos personas que participaron
en el análisis de sangre de WWF/Adena. Incluidos
algunos Ministros (entre ellos la Ministra de Medio
Ambiente Cristina Narbona) y Miembros del Parlamento
europeo.
La reivindicación de que
las sustancias químicas altamente preocupantes
pueden ser controladas de manera adecuada ha sido
refutado por numerosos estudios científicos,
que muestran cómo las sustancias químicas
industriales peligrosas están presentes en
altas dosis en el polvo de casa, la lluvia, los
animales silvestres, en nuestra propia sangre y
hasta en la de los fetos en desarrollo. El principio
de sustitución sólo se aplicará
a una minoridad de sustancias químicas; otras
muchas sustancias altamente peligrosas continuarán
estando presentes en el mercado a pesar de que se
disponga de alternativas más seguras. Esta
escapatoria significará un cambio insignificante
de la débil legislación actual, que
ha fracasado en controlar los productos químicos
más perniciosos e impide que productos seguros
y innovadores entren en el mercado.
Los planes de sustitución:
Algunos políticos pueden
presentar como un avance crucial que las empresas
solicitantes deban considerar siempre las alternativas
más seguras disponibles y proporcionar un
plan de sustitución. Sin embargo, el sistema
REACH contiene el serio fallo de que los planes
de sustitución sólo deben presentarse
cuando la propia empresa solicitante identifica
una alternativa más segura. Además,
no se tendrá en cuenta la contribución
(opinión) de terceros hasta la revisión
de la autorización de una sustancia química.
De ser así, se trata de un incentivo para
que la industria química continúe
ignorando la existencia de alternativas más
seguras.
•Suministrar suficiente información
sobre el nivel de seguridad de una sustancia química
(fase de Registro).
En esta segunda lectura se evitó
un debilitamiento aún mayor de los requisitos
en el Registro, a pesar de una inmensa presión
por parte de la industria química.
No obstante, resulta importante
recordar que los datos sobre la seguridad de las
sustancias químicas fue ya reducido de manera
drástica en la primera lectura de esta normativa;
en particular, para las sustancias químicas
producidas entre 1 y 10 toneladas por año.
Resulta que miles de sustancias químicas
continuarán estando presentes en el mercado
sin que exista información disponible sobre
su nivel de seguridad para la salud y el medio ambiente.
-El derecho de acceso a la información
para los consumidores
Unos de los objetivos del sistema
REACH era dar al ciudadano europeo el derecho a
la información sobre las sustancias químicas
a las que está expuesto. Sin embargo, el
texto final de REACH sólo menciona que los
ciudadanos pueden requerir información sobre
la presencia de un número limitado de sustancias
químicas peligrosas (las más perniciosas)
en artículos de consumo. De ser así,
una vigilancia constante de parte de los consumidores
resulta crucial para incitar las empresas químicas
a garantizar una mayor seguridad de sus productos.
CONCLUSIÓN:
La legislación REACH constituye
un “trabajo continuo a largo plazo”. No sólo
para garantizar su aplicación eficaz sino,
también, porque en el último “compromiso”
acordado han quedado muchos cabos sueltos. Muchos
elementos claves necesitarán una revisión
en el futuro. Por ejemplo, si los disruptores endocrinos
deben sustituirse o no, y si hace falta suministrar
un Informe de Seguridad Química para aquellas
sustancias cancerígenas, mutagénicas
y tóxicas para la reproducción (las
CMR), producidas entre 1 y 10 toneladas por año.
La lucha para obtener una legislación
europea eficaz no ha acabado: todavía queda
mucho por hacer para que esta nueva legislación
signifique un verdadero cambio de la actual normativa
europea sobre productos químicos y para que
garantice, realmente, una mejor protección
para la salud y el medio ambiente, así como
sustancias químicas más seguras.
Considerando todas las escapatorias
e incertidumbres legales existentes en el último
texto de compromiso de esta legislación,
la mejora de la situación actual dependerá
en gran medida de la vigilancia meticulosa por parte
de la Agencia Química Europea, de una voluntad
política por parte de los Estados Miembros
y de una presión de los consumidores, solicitando
productos más seguros.
Esta reforma legislativa REACH,
de muy corto alcance, constituye una oportunidad
perdida para la Unión Europea, que habría
podido jugar un papel de más liderazgo con
el fin de obtener productos químicos más
seguros en un mercado global.
Artículo: Edith Verhoestrate