Tucumán
se inunda, los diputados de vacaciones y la ley
de bosques duerme en un cajón
12 enero 2007 - Buenos Aires,
Argentina — Para Greenpeace claramente la mayoría
de las provincias del norte están haciendo
un mal manejo de los recursos naturales y las nuevas
inundaciones en la región son consecuencia
directa de los desmontes irracionales que se dan
por acción u omisión de los gobiernos
provinciales.
Hace varios años que Greenpeace
viene alertando sobre las consecuencias del Cambio
Climático Global. En este tema el consenso
científico es terminante: inundaciones, sequías
y eventos extremos se harán cada vez más
frecuentes.
Existe una relación directa
e innegable entre la deforestación y el Cambio
Climático. Los desmontes y la posterior quema
del material forestal provocan emisiones de carbono
a la atmósfera en un nivel tan alarmante
que superan cinco veces las provenientes de los
procesos industriales. Estos números indican
que los desmontes producen casi la mitad de la principal
causa de emisión: las provenientes del uso
de combustibles fósiles. Todo esto, por supuesto,
empeora el cambio climático.
Los bosques juegan un papel fundamental en la regulación
climática, el mantenimiento de las fuentes
y caudales de agua y la conservación de los
suelos. Son nuestra natural esponja y paraguas protector,
son el más magistral diseño que equilibra
los ecosistemas y garantiza gratuitamente nuestra
supervivencia, son uno de los patrimonios naturales
más importantes, pero también el más
amenazado y depredado por la mano del hombre: nuestro
país ya perdió el 75% de sus bosques
nativos originales.
La altísima tasa de transformación
de nuestros bosques nativos para la ampliación
de la superficie agrícola (en la mayoría
de los casos para la producción de soja transgénica)
no tiene precedentes en la historia: por año
perdemos más 250.000 hectáreas, lo
que equivale a 1 hectárea cada dos minutos.
La gran parte de la deforestación
se produce en el Chaco Seco. El Chaco Húmedo
y la Selva Pedemontana de las Yungas forman parte
también de la lista de áreas amenazadas.
La Selva Misionera alberga la más alta biodiversidad
del país, pero sólo queda un 7% de
la superficie original, y la mayor parte se encuentra
en nuestro país, ya que en Paraguay y Brasil
ha sido prácticamente destruida.
"Claramente, la mayoría
de las provincias del norte están haciendo
un mal manejo de los recursos naturales. Están
entregando permisos de desmonte muy altos, están
permitiendo, por acción u omisión,
deforestar mucha cantidad de hectáreas. Y
además lo están haciendo sin estudios
de impacto ambiental serios, sin ningún tipo
de criterio ambiental que tenga una mirada regional,
sin ningún tipo de ordenamiento del territorio,
lo que genera la tremenda fragmentación de
nuestros bosques nativos", señaló
Hernán Giardini, coordinador de la campaña
de Bosques de Greenpeace Argentina.
La tasa de deforestación
en la provincia de Tucumán triplica la media
mundial. Según datos de la Unidad de Manejo
del Sistema de Evaluación Forestal de la
Secretaría de Medioambiente de la Nación,
durante el período 1998-2002 en la provincia
de Tucumán se desmontaron 21.000 hectáreas
de bosque nativo, una superficie equivalente a la
totalidad de la ciudad de Buenos Aires.
Las provincias de Chaco, Salta
y Santiago del Estero también resultan un
claro ejemplo del mal manejo forestal: entre 1998
y 2002 perdieron 118.000, 195.000 y 306.000 hectáreas
de bosque nativo respectivamente.
Si bien el ecosistema es dinámico
y se repone, ante la explotación descontrolada
muchas veces no tiene capacidad de cicatrización
para mitigar el impacto de copiosas lluvias (exacerbadas
por el Cambio Climático) en tan escaso tiempo.
Sin la vegetación propia
del lugar, la estructura de las laderas se vuelve
cada vez más inestable. Sin retención
suficiente, se acelera el escurrimiento superficial.
Con poca retención y excesivo escurrimiento,
las crecidas no se regulan. Con grandes crecidas,
el agua llega a las poblaciones y se producen inundaciones.
Greenpeace considera que frente a las graves consecuencias
que implican la alta tasa de deforestación
(las inundaciones de Tartagal hace un año
y de Santa Fe en 2003 fueron los primeros ejemplos)
necesitamos de manera urgente detener los desmontes
para poder planificar.
En el Congreso de la Nación
hay un proyecto de Ley de Presupuestos Mínimos
para la Protección Ambiental del Bosque Nativo
apoyado por Greenpeace y varias organizaciones campesinas
e indígenas que se encuentra cajoneado. El
proyecto de ley establece la moratoria a los desmontes
hasta tanto las provincias realicen un ordenamiento
territorial de los bosques nativos que garantice
el uso sustentable de los mismos. Paradójicamente
fueron las provincias más desmontadoras las
que presionaron para frenar la Ley de Bosques. Paradójicamente,
o no tanto, esas provincias hoy sufren las consecuencias
de la deforestación.
NOTAS AL EDITOR
- Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos, la
Alternativa para salvar los Bosques en la Argentina,
Buenos Aires, Campaña de Biodiversidad, Greenpeace,
2006. Disponible en internet aqui
- “Inundaciones: fuertes tormentas
intensificarán los daños generados
por inundaciones, especialmente en áreas
afectadas por la deforestación, incendios
y degradación de ecosistemas. Eventos extremos:
aumento en la frecuencia e intensidad de eventos
climáticos extremos que resultarán
en un creciente costo de los seguros y en su menor
disponibilidad (áreas costeras, zonas inundables)”.
Extraído del informe ¿Cuánto
Cambio Climático Podemos Tolerar?, Buenos
Aires, Campaña de Energía Greenpeace,
2004. Disponible en internet aqui
- Estimación de volumen, biomasa y contenido
de carbono de las regiones forestales argentinas,
I. Gasparri, E. Manghi, Buenos Aires, Dirección
de Bosques, Secretaría de Ambiente y Desarrollo
Sustentable de la Nación, 2004.