17 enero
2007 - Ciudad de México, México —
En el marco de la crisis de la tortilla, la trasnacional
Monsanto quiere llevar agua a su molino, promoviendo
sus maíces transgénicos como “soluciones”
y aprovechando la complicidad de algunos funcionarios,
advirtió Greenpeace.
A la errónea decisión de incrementar
las importaciones de maíz procedentes de
Estados Unidos, ahora se suma el hecho de que Alberto
Cárdenas, secretario de Agricultura y promotor
de transgénicos, ha comenzado a hacer afirmaciones
sin sustento científico para impulsar la
siembra de los maíces transgénicos
en México. Y al lado del funcionario, Monsanto
aprovecha la actual crisis en el precio de la tortilla
para nuevamente presionar para que se aprueben sus
solicitudes para sembrar maíz transgénicos
en nuestro país, centro de origen y diversidad
de dicho grano.
“Los beneficios que promete Monsanto
son falsos, los ha venido repitiendo desde hace
20 años con la intención de imponer
en nuestro país su tecnología patentada.
Pero lo más grave es que el secretario Alberto
Cárdenas los repita y se comporte como agente
de ventas de esa empresa”, dijo Areli Carreón,
de la campaña de transgénicos de Greenpeace
México.
Estas son las falacias con que
Cárdenas y Monsanto buscan engañar
para impulsar la siembra de transgénicos:
1. “Las semillas transgénicas
aumentarán rendimientos y abastecerán
el mercado de maíz”.
REALIDAD: La actual crisis de los precios es provocada
por la especulación, pues la producción
de maíz en México es suficiente: en
2006 México produjo 22 millones de toneladas
de maíz blanco, de las que por lo menos 2
millones eran excedentes. Por el contrario, un reporte
de 2006 del Departamento de Agricultura de los Estados
Unidos reconoce que los rendimientos de los transgénicos
no son mayores a los de las variedades híbridas
convencionales; diversos estudios demuestran que
bajo condiciones de sequía los transgénicos
presentan rendimientos muy bajos y requieren una
gran cantidad de agroquímicos tóxicos.
2. “Para producir más se
requieren semillas transgénicas”.
REALIDAD: El problema no son las semillas, pues
para producir más se requiere inversión
en la infraestructura de riego, el uso de variedades
de maíz adaptadas a las distintas condiciones
de suelo y clima y un programa de apoyo técnico
y financiero a los productores. Además, las
semillas transgénicas requieren condiciones
de producción que NO se dan en la mayor parte
del territorio nacional, como son la siembra en
grandes superficies planas e irrigadas, con alta
tecnificación y capacidad de inversión
en todo el paquete tecnológico.
3. “Se requieren semillas transgénicas
que resistan plagas y cambios climáticos”.
REALIDAD: En el mundo sólo existen tres tipos
de transgénicos a escala comercial: los que
producen insecticida Bt para insectos lepidópteros
y el gusano de raíz; los que toleran mayores
cantidades de herbicida y los que presentan ambas
modificaciones. Los transgénicos NO son semillas
mágicas: no controlan todas las plagas y
de hecho, ni siquiera son viables bajo las condiciones
de producción características de México.
De acuerdo con el estudio "Maíz y Biodiversidad",
ninguno de los transgénicos existentes resuelve
los problemas del campo mexicano ni “responden a
las necesidades más urgentes de los campesinos
mexicanos”. No existe un sólo transgénico
comercial que resista a la sequía o que responda
a los cambios climáticos. Las semillas mejor
adaptadas para tolerar sequías, cambios del
clima y estrés ambiental son precisamente
las variedades nativas de maíz, del que nuestro
país es centro de origen y biodiversidad,
de ahí la urgencia de proteger esta riqueza
genética libre de riesgos y libre de patentes
corporativas.
De acuerdo con el doctor Antonio
Turrent, del Instituto Nacional de Investigaciones
Forestales, Agrícolas y Pecuarias, México
tiene potencial para producir hasta 40 millones
de toneladas anuales sin utilizar transgénicos,
ni poner en riesgo las variedades locales y garantizando
la soberanía alimentaria.
“Los transgénicos son rechazados
en México porque se desconocen qué
efectos nocivos pueden tener en la salud de los
consumidores y en el medio ambiente, porque su uso
pone en inminente riesgo de contaminación
a las variedades mexicanas, porque crea dependencia
alimentaria de nuestro país hacia corporaciones
extranjeras como Monsanto, ADM y Cargill, y porque
significa un mayor empobrecimiento de los campesinos
mexicanos. Antes que promover los negocios de estas
transnacionales, el secretario Cárdenas debe
proteger los intereses y el patrimonio de los mexicanos”,
afirmó Carreón.
¿Qué son los transgénicos?
Los transgénicos son nuevas formas de vida
creadas en laboratorio con una técnica que
permite alterar la estructura molecular del alimento
insertando genes ajenos (de bacterias, otras plantas
o incluso de animales). Por ejemplo, el maíz
transgénico que México importa de
Estados Unidos contiene genes de una bacteria que
le hace producir una sustancia insecticida, característica
que el maíz nunca tendría de manera
natural. El problema es que hasta la fecha no se
han estudiado los efectos a largo plazo del consumo
de transgénicos. Lo que se ha documentado
es el riesgo de contaminación para las especies
nativas por el cultivo de transgénicos, lo
cual entraña graves amenazas para la riqueza
biológica del maíz mexicano y para
millones de campesinos...