12 febrero
2007 - Ciudad de México, México —
Greenpeace y la Federación Nacional de Productores
de Arroz (Fenaparroz) exigieron al gobierno mexicano
que establezca controles y realice evaluaciones
santitarias para impedir la entrada a México
del arroz estadounidense que fue contaminado con
transgénicos no aptos para consumo humano.
Señalaron que el gobierno mexicano realizó
hace cinco meses muestreos del grano que está
entrando a nuestro país pero no ha querido
difundir los resultados.
Ante el rechazo internacional
de este grano contaminado y la caída de los
mercados internacionales, es muy probable que esté
entrando en forma masiva a México. Lo anterior
lo advirtieron Greenpeace y Fenaparroz durante la
presentación del reporte "Industria
del arroz en crisis" que documenta el rechazo
hacia el arroz transgénico alrededor del
mundo e incluye los compromisos públicos
de 41 de los mayores exportadores, procesadores
y comercializadores del grano en el sentido de garantizar
que sus productos permanecerán libres de
transgénicos.
Asimismo, Greenpeace presentó
pruebas documentales, obtenidas a través
de la Ley de transparencia, que confirman: a) la
falta de coordinación entre las secretarías
de Salud, Agricultura y Hacienda, y b) la ausencia
de un responsable que verifique que NO entren al
país granos y alimentos transgénicos
no autorizados. Esto resulta alarmante dada la contaminación
del arroz estadounidense, descubierta en agosto
de 2006, con un transgénico experimental
no autorizado para consumo humano.
A raíz de este escándalo,
varios países limitaron sus importaciones
de arroz estadounidense, excepto el mayor comprador:
México. De hecho, el 80% del arroz que se
consume en nuestro país proviene de los Estados
Unidos, por ello los mexicanos están en riesgo
de estar consumiendo un arroz transgénico
ilegal. A la fecha, el arroz estadounidense contaminado
se ha encontrado en 19 países alrededor del
mundo.
“Sabemos que las secretarías
de Salud y de Agricultura hicieron pruebas de transgénicos
al arroz que se vende en México, pero estos
resultados NO se han hecho públicos. Demandamos
que se den a conocer esos análisis y se explique
qué medidas se van a tomar para revisar y
verificar que a nuestro país no entren granos
transgénicos no aprobados”, demandó
Areli Carreón, coordinadora de la campaña
de consumidores de Greenpeace México.
“A nuestro país está
entrando arroz muy barato de dudosa calidad. Demandamos
que las autoridades mexicanas actúen inmediatamente
para hacer cumplir la ley y eviten que el arroz
transgénico ilegal llegue a la mesa de los
consumidores”, dijo Alejandro Díaz Hartz,
presidente de la Fenaparroz.
El arroz producido en México
NO tiene este problema de contaminación y
puede encontrarse en el mercado bajo distintas marcas
con el sello del Consejo Mexicano del Arroz, que
garantiza su producción nacional, sin transgénicos.
“Las pérdidas económicas
provocadas por la contaminación del arroz
con transgénicos son una alerta de lo que
puede ocurrir si se autorizan las siembras experimentales
de maíz en México. La experiencia
de la contaminación del arroz en Estados
Unidos pone en evidencia la falta de control de
la industria biotecnológica sobre los cultivos
transgénicos sembrados al aire libre y debe
alertarnos sobre los riesgos reales y los peligros
potenciales que corremos si se otorgan permisos
a la siembra experimental de maíz en México”,
señaló Gustavo Ampugnani, coordinador
de transgénicos de Greenpeace México.
La contaminación transgénica
del arroz estadounidense
En agosto del 2006 el gobierno
estadounidense reconoció que el arroz comercial
de ese país se había contaminado con
el transgénico experimental LL601 de la compañía
Bayer, no aprobado para consumo humano. El anuncio
provocó la cancelación inmediata de
las importaciones de ese grano en Japón,
el rechazo de los 25 países de la Unión
Europea a este cereal y una caída del precio
que provocó pérdidas por más
de 100 millones de dólares. Cientos de productores
de arroz han presentado demandas por daños
en contra de Bayer, mientras la Federación
de Productores de Arroz de Estados Unidos adoptó
un plan de emergencia para tratar de "limpiar"
de transgénicos la cosecha del año
próximo. El arroz transgénico LL61
de Bayer nunca se cultivó a escala comercial,
sólo se permitió su siembra experimental
entre 1998 y 2001. Nadie sabe cómo este experimento
se "escapó" del control de sus
investigadores y apareció cinco años
después en los contenedores de arroz para
la venta al público, en el estado de Arkansas,
el principal productor de arroz de Estados Unidos.
Esta contaminación del arroz con transgénicos
ha sido ya calificada como la peor crisis para los
arroceros en Estados Unidos.
¿Qué son los transgénicos?
Los transgénicos son nuevas formas de vida
creadas en laboratorio con una técnica que
permite alterar la estructura molecular del alimento
insertando genes ajenos (de bacterias, otras plantas
o incluso de animales). Por ejemplo, el maíz
transgénico que México importa de
Estados Unidos contiene genes de una bacteria que
le hace producir una sustancia insecticida, característica
que el maíz nunca tendría de manera
natural. El problema es que hasta la fecha no se
han estudiado los efectos a largo plazo del consumo
de transgénicos. Lo que se ha documentado
es el riesgo de contaminación para las especies
nativas por el cultivo de transgénicos, lo
cual entraña graves amenazas para la riqueza
biológica del maíz mexicano y para
millones de campesinos. Más información.
España vota a favor de
la moratoria de Hungría contra el maíz
transgênico
Consejo de ministros de Medio
Ambiente de la UE: Tercera derrota de la Comisión
Europea
20 febrero 2007 - España
— Greenpeace valora positivamente la decisión
del Ministerio de Medio Ambiente español
al votar en contra de la propuesta de la Comisión
Europea que pretendía levantar la moratoria
en Hungría para cultivar maíz transgénico.
Por tercera vez [1], los gobiernos
de la UE han bloqueado la propuesta de la Comisión
Europea de forzar a un país de la UE a aceptar
el cultivo de transgénicos en su territorio.
En este caso se trata de un maíz de la transnacional
Monsanto, conocido como Mon 810, que ha sido manipulado
para producir una toxina; el mismo cuyo cultivo
el Gobierno tolera a gran escala en España.
Conscientes del importante papel
que ha jugado el voto de la ministra de Medio Ambiente
española, Cristina Narbona, para obtener
la mayoría cualificada (272 votos), Greenpeace
manifiesta su satisfacción por el voto en
apoyo del derecho de Hungría a proteger su
medio ambiente y la salud de sus ciudadanos. "Los
ministros han tomado hoy una valiente decisión
para proteger al medio ambiente y para respetar
la opinión mayoritaria de los ciudadanos”,
ha afirmado Juan-Felipe Carrasco, responsable de
la campaña contra los Transgénicos
de Greenpeace. “Deseamos que llegue el día
en que la Comisión Europea anteponga también
la defensa de los intereses de los ciudadanos y
del medio ambiente a la de los intereses de las
corporaciones agrobiotecnológicas que presionan
en Bruselas y en la Organización Mundial
del Comercio”, ha añadido.
Las evidencias científicas
publicadas por las autoridades austríacas
y húngaras demuestran que el Mon 810 puede
tener efectos peligrosos sobre la flora y la fauna
europeas. Los agricultores convencionales y ecológicos
están cada vez más expuestos a la
contaminación producida por los transgénicos,
según revela el informe presentado ayer mismo
por las organizaciones Greenpeace y GeneWatch UK
[2], donde se enumeran los casos de contaminación
por transgénicos en el mundo [3]. En el caso
de España, Greenpeace lleva años identificando
los problemas de los transgénicos en nuestro
territorio, como puede verse en el informe “La Imposible
Coexistencia” [4].
Greenpeace recuerda que el maíz
transgénico rechazado por Hungría
no sólo se cultiva ampliamente en España
(53.000 hectáreas según el Ministerio
de Agricultura), sino que además existe una
absoluta falta de control y de seguimiento de sus
repercusiones, así como falta de transparencia
y de trazabilidad. Greenpeace, así como un
amplio número de organizaciones ecologistas,
agrarias, sindicales y sociales rechazan los cultivos
transgénicos por suponer un grave riesgo
para la salud, el medio ambiente y la economía,
y han solicitado reiteradamente la prohibición
de estas variedades en España dado que no
hay coexistencia posible entre los transgénicos
y la agricultura convencional y ecológica.
“Esperamos que la Comisión
Europea entienda ahora que a la tercera va a la
vencida y opte por defender los intereses de sus
ciudadanos; en cuanto al Gobierno español,
tiene ahora una oportunidad histórica para
prohibir los transgénicos en España
pues los ciudadanos no comprenderían que,
habiendo prohibido hoy el Mon 810 en otros Estados
de la UE, se autorizase su cultivo en España”,
ha añadido Carrasco.
1. En las dos anteriores ocasiones,
en junio de 2005 y en diciembre de 2006, los ministros
de Medio Ambiente rechazaron propuestas idénticas
por parte de la Comisión Europea para levantar
las moratorias nacionales sobre el cultivo de determinados
transgénicos.
2. GeneWatch UK es una ONG sin
ánimo de lucro que monitorea el desarrollo
de los OMG desde una perspectiva ambiental y sanitaria.
3. GM Contamination Report Register
(en inglés)
4. “La imposible coexistencia:
Siete años de transgénicos contaminan
el maíz ecológico y el convencional:
una aproximación a partir de los casos de
Cataluña y Aragón”.