05
marzo 2007 - Ciudad de México, México
— Al menos desde agosto pasado, la Secretaría
de Salud tiene información contundente
de que el arroz que llega cotidianamente a la
mesa de los mexicanos está contaminado
con un transgénico no aprobado para consumo
humano. Por esa razón Greenpeace exigió
que se difunda esta información y se
alerte a la sociedad acerca del arroz importado
de Estados Unidos.
Para evidenciar la situación
que diariamente vive el consumidor mexicano,
un grupo de activistas de Greenpeace comieron
arroz con los ojos vendados mientras otros integrantes
de la organización desplegaban una manta
con la leyenda: “¿Qué arroz estamos
comiendo?”, en la entrada de la Comisión
de Prevención contra Riesgos Sanitarios
(Cofepris), dependencia de la Secretaría
de Salud.
En 2006 se descubrió
que el arroz transgénico experimental
LL601 de Bayer no aprobado para consumo humano
estaba mezclado con variedades comerciales en
Estados Unidos. Y mientras Japón y la
Unión Europea cerraron sus mercados al
arroz estadounidense, México, principal
importador de arroz de ese país, no tomó
ninguna medida precautoria, por lo que ese arroz
ahora está en la mesa de los mexicanos.
A pesar de las denuncias realizadas
por Greenpeace en agosto pasado y del anuncio
por parte de las autoridades sanitarias de que
analizarían la calidad del arroz importado,
hoy se desconocen los resultados de los muestreos.
A fines de enero, Greenpeace
solicitó a través del Instituto
Federal de Acceso a la Información Pública
los resultados de las pruebas realizadas a los
embarques de arroz procedentes de Estados Unidos.
El día del vencimiento del plazo para
responder, Cofepris respondió que debido
a “cargas de trabajo” no había buscado
los documentos solicitados.
La Cofepris es un órgano
desconcentrado de la Secretaría de Salud,
cuya misión es proteger a la población
contra riesgos sanitarios debidos, entre otras
cosas, a la ingesta de alimentos de dudosa procedencia
o composición. Esta comisión debe
autorizar o rechazar el consumo de los transgénicos
en México. Es decir, que ante la contaminación
del suministro de arroz de Estados Unidos por
una variedad no aprobada para el consumo humano,
la Cofepris tiene la obligación de difundir
esta información y de evitar su consumo
en México.
“Es inaceptable que a seis
meses de que el gobierno norteamericano admitió
la contaminación del arroz comercial
de grano largo que exporta, y que representa
70 por ciento del arroz que se consume en México,
la Cofepris no nos informe sobre si el arroz
que estamos comiendo está contaminado
o no. Exigimos medidas precautorias inmediatas”,
dijo Gustavo Ampugnani, coordinador de la campaña
de transgénicos de Greenpeace México.
Ante la falta de acción
de la Secretaría de Salud, Greenpeace
tomó la decisión de enviar a un
laboratorio de ingeniería genética
muestras de arroz de marcas comerciales a fin
de analizarlas y dar a conocer a la brevedad
los resultados.
Cabe advertir que lo que está ocurriendo
con el arroz podría suceder con el maíz
si la Secretaría de Agricultura permite
la siembra experimental de maíz transgénico
en Tamaulipas, Sinaloa y Sonora. El caso del
arroz demuestra una vez más que los transgénicos
no se pueden controlar y que los campos experimentales
no son seguros.
La contaminación transgénica
del arroz estadounidense
En agosto del 2006 el gobierno
norteamericano reconoció la contaminación
de su arroz comercial con el transgénico
experimental LL601 de la compañía
Bayer, no aprobado para consumo humano.
El anuncio provocó
la cancelación inmediata de las importaciones
de ese grano a Japón; la caída
del precio; el rechazo de los 25 países
de la Unión Europea a este cereal, y
pérdidas por más de 100 millones
de dólares.
Cientos de productores de
arroz han presentado 25 demandas por daños
contra Bayer, mientras la Federación
de Productores de Arroz de Estados Unidos adoptó
un plan de emergencia para "limpiar"
de transgénicos la cosecha del año
próximo.
El arroz transgénico
LL61 de Bayer nunca se cultivó a escala
comercial: sólo se permitió su
siembra experimental entre 1998 y 2001.
Se ignora cómo este
experimento se "escapó" del
control de sus investigadores y apareció
cinco años después en los contenedores
de arroz para la venta al público, en
el estado de Arkansas, principal productor de
arroz de Estados Unidos. La contaminación
del arroz con transgénicos ha sido calificada
como la peor crisis para los arroceros en Estados
Unidos.
+ Más
Se deslinda Sagarpa de la
importación de arroz transgénico
ilegal
09 marzo 2007 - DF, México
— En carta dirigida a Greenpeace, la Secretaría
de Agricultura (Sagarpa) aseguró que
“NO ha otorgado ningún permiso de liberación
al medio ambiente de arroz transgénico
LL601 y por ende, ningún permiso de importación
específico para tal fin de dicho material”,
con lo que refrenda lo denunciado por la organización
en el sentido de que la contaminación
del arroz que estamos comiendo se debe a las
importaciones de Estados Unidos.
Como Greenpeace señala,
Sagarpa reconoce que es competencia de la Secretaría
de Salud “establecer las medidas estratégicas
para evitar que el arroz transgénico
LL601 pueda ser importado a México y
puesto en la cadena alimenticia” y que “La Sagarpa
no tiene facultades ni atribuciones para regular
las actividades de comercialización,
importación y exportación de OGMs,
cuando éstos se traten de productos que
se destinen para uso o consumo humano (...)
puesto que esta actividad le corresponde exclusivamente
a la Secretaría de Salud en coordinación
con la SHCP”.
Ayer, Greenpeace dio a conocer
que los arroces marca propia de Soriana (Monterrey),
Chedraui (DF) y a granel de la Central de Abastos
están contaminados con arroces transgénicos
no aprobados para el consumo humano de la variedad
LL601, de la farmacéutica Bayer, y que
las autoridades sanitarias mexicanas, enteradas
de esta situación, no lo habían
dado a conocer ni habían tomado ninguna
medida para proteger a la ciudadanía.
Las autoridades de Salud conocen esta información
desde el año pasado, pero no la han dado
a conocer. La Sagarpa admitió que en
2006 tomó muestras de arroz a través
del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad
y calidad Agroalimentaria (Senasica), y que
las entregó a la Comisión Federal
de protección contra Riesgos sanitarios
(Cofepris) de la Secretaría de Salud,
responsable de dar los resultados.
“Esto confirma lo que Greenpeace
ha venido demandando: le corresponde de manera
exclusiva, legal y formal a la Cofepris, actuar
para prevenir la entrada de este arroz ilegal
a nuestro país”, dijo Gustavo Ampugani,
coordinador de transgénicos de Greenpeace.
“La Cofepris no puede seguir
callando, ni rehuyendo de sus obligaciones.
Debe cumplir con la ley y retirar el arroz transgénico
ilegal que se encuentra en supermercados y central
de abastos. No aceptaremos que otras dependencias
traten de cubrir la irresponsabilidad en la
que ha incurrido la Secretaría de salud,
ni que se legalice fast track este transgénico
experimental para sea legal en el país”,
concluyó Ampugnani.
Soriana, Chedrahui y Central
de Abastos venden arroz contaminado
08 marzo 2007 - Ciudad de México, México
— Las bolsas de arroz marca propia de Soriana,
Chedraui y el que se vende a granel en la Central
de Abastos están contaminados con arroces
transgénicos no aprobados para el consumo
humano en México. Esto lo confirmó
Greenpeace mediante análisis de laboratorio.
Greenpeace presentó
los resultados de las pruebas hechas a diversas
marcas de arroz compradas en Soriana (Monterrey,
Nuevo León), Chedraui (Pabellón
del Valle, Ciudad de México) y a granel
(Central de Abastos, Ciudad de México).
Los análisis fueron hechos por el laboratorio
Genetic ID en los Estados Unidos y resultaron
positivos, lo que significa que ese arroz está
contaminado con el transgénico experimental
LL601 de Bayer, que no cuenta con un estudio
ni autorización para consumo humano en
México, por lo que la presencia de ese
arroz en los anaqueles es, además de
insegura y riesgosa, ilegal.
Este arroz transgénico
se sembró de manera experimental en parcelas
en Estados Unidos. Ni Bayer ni el gobierno estadounidense
han podido explicar cómo es que contaminó
el arroz destinado al consumo humano. Hasta
que se dio a conocer el escándalo de
contaminación se autorizó la comercialización
de esta variedad en Estados Unidos (sólo
está autorizado en ese país).
Eso no contuvo la caída de ventas, pues
Japón y los 25 otros países cerraron
sus fronteras al cereal estadounidense.
“Nuestras peores sospechas
se han confirmado: estamos comiendo un arroz
transgénico que se fugó de campos
experimentales y contaminó los cargamentos
comerciales de arroz de Estados Unidos y nos
lo han vendido ilegalmente, por lo menos desde
agosto pasado”, dijo Gustavo Ampugnani, de la
campaña de transgénicos de Greenpeace.
El transgénico LL601
no estaba autorizado para consumo humano; fue
hasta que se descubrió la contaminación
del arroz estadounidense que se otorgó
dicha autorización, la cual sólo
está vigente en Estados Unidos. Aunque
ese cereal debería permanecer en territorio
estadounidense, está entrando a México
sin ningún control.
El gobierno mexicano no ha
tomado ninguna medida para verificar la calidad
del arroz que están comiendo los mexicanos
a pesar de conocer el anuncio oficial de la
contaminación hecho por el gobierno de
los Estados Unidos desde el 18 de agosto del
2006.
Desde un primer momento, Greenpeace
solicitó a la Comisión Federal
de Prevención contra Riesgos Sanitarios
(Cofepris), de la Secretaría de Salud,
que realizara pruebas y tomara medidas urgentes
para prevenir la entrada de este arroz transgénico
experimental. Cofepris realizó análisis
pero no ha querido revelar los resultados.
“La Cofepris está obligada
a retirar inmediatamente de los anaqueles el
arroz transgénico no aprobado para consumo
humano. Asimismo, la Secretaría de Salud
debe emitir instrucciones para que se impida
la entrada de ese arroz procedente de los Estados
Unidos. Lo peor que pueden hacer es legalizar
fast track este transgénico para que
de la noche a la mañana sea legal en
el país”, declaró Ampugnani.
El caso del arroz es un ejemplo
de que lo que puede pasar en México si
se autorizan las siembras experimentales de
maíz transgénico en Sinaloa, Sonora
o Tamaulipas, lo que podría ocasionar
la contaminación del maíz blanco
que se consume en el país.