El
robo del agua y su mercado negro, la contaminación
y la especulación urbanística
son las principales amenazas de la cuenca
15 marzo 2007 – España
— Greenpeace denunció hoy en la presentación
de su informe “El negocio del agua en la cuenca
del Segura”, que la cuenca no es deficitaria.
Según los cálculos de Greenpeace,
realizados con datos de la Confederación,
la Comunidad Autónoma de Murcia, ESAMUR
y estimaciones propias, el Segura podría
disponer, una vez cubierta su demanda, de 308
hm3/año de agua para dotar a los ríos
de los caudales de los que se ve actualmente
privado y para recuperar los acuíferos
sobreexplotados.
Greenpeace destacó
que el Segura es el río europeo con más
presas por kilómetro de cauce. El exceso
de infraestructuras se ha demostrado no sólo
ineficaz sino destructivo para los ecosistemas
fluviales, porque acaba por eliminar la capacidad
de los ríos de aportar agua y de autorregenerarse.
La reducción de los caudales en el río
Segura es tan fuerte, que en más de 40
kilómetros sólo corren aguas residuales.
A la desembocadura llega el 4% del caudal. Los
ecologistas critican que las Administraciones
sigan proponiendo obras como solución
cuando la Directiva Marco del Agua prohíbe
nuevas infraestructuras como único modo
de tratar de recuperar las cuencas y el agua,
que será un recurso estratégico
en los próximos años.
La organización ecologista
señaló como principales responsables
de los problemas de la cuenca la proliferación
de regadíos ilegales y el sector turístico
(campos de golf, complejos hoteleros y urbanizaciones).
El robo de agua de los ríos y los acuíferos
es tan elevado que ha provocado que varios tramos
de ríos y decenas de fuentes y manantiales
hayan desaparecido. Es el caso del nacimiento
del río Mula, río Taibilla, arroyo
de El Chopillo o manantial del Gorgotón,
entre otros. Todo ello incide en que el Segura
sea una de las cuencas con mayor índice
de desertificación de la Península
Ibérica.
Los pozos ilegales en la cuenca
están extrayendo del subsuelo un 80%
más de agua de la que se recarga de forma
natural. Esto provoca, además, la salinización1
de los acuíferos, el principal problema
de contaminación de toda la cuenca.
Greenpeace denuncia que la
Administración está permitiendo
el robo de agua y el “canje de caudales”2. En
la Región de Murcia se ha desarrollado
un entremado ilegal de tuberías que proporcionan
agua a regadíos, campos de golf y urbanizaciones
bajo el beneplácito de la Administración.
Este entramado se extiende, al menos, por Fuente
Álamo (donde Greenpeace ha investigado
200 km de tuberías ilegales), Mazarrón,
Cartagena, Alhama de Murcia y Sucina-Murcia.
Otro factor que está
empeorando la situación es la intensa
especulación urbanística que sufre
la cuenca no sólo en la costa, sino incluso
en las sierras del Segura en Albacete. Son práctica
cada vez más habituales las recalificaciones
de regadíos (muchos de ellos ilegales,
en Espacios Protegidos y subvencionados por
la Unión Europea) para desarrollar grandes
urbanizaciones con campos de golf.
Todo ello provoca un aumento
sin precedentes tanto de la demanda de agua
como del volumen de aguas residuales vertidas
a cauces y costas. Volúmenes que las
Estaciones Depuradoras no pueden tratar por
no estar diseñadas para estos incrementos
de población, que en algunos municipios
se duplican o triplican.
“Si la Confederación
y las Administraciones autónomicas siguen
sin hacer cumplir la Ley, la cuenca del Segura
no sólo continuará sufriendo problemas
de disponibilidad de agua, sino que se agudizarán.
No se puede seguir atendiendo a una demanda
insostenible a costa del expolio del patrimonio
natural”, ha declarado Julio Barea, responsable
de la campaña de aguas de Greenpeace.
- Conclusiones del informe
“El negocio del agua en la cuenca del Segura”
en la web de Greenpeace
Puntos negros en Castilla-La
Mancha
Municipios con incorrecta o falta de depuración
de sus aguas residuales en la cuenca alta del
Segura y el Mundo (Bogarra, Elche de la Sierra,
Letur, Molinicos, Socovos y Yeste).
El canal subterráneo
de más de 7,5 km de largo que conectará
los embalses del Talave y el Cenajo. Teniendo
en cuenta que esa derivación se produce
para abastecer a 70 municipios de Alicante y
la Región de Murcia es clave conseguir
una reducción de la demanda, que reduzca
los caudales necesarios mediante medidas de
ahorro y concienciación ciudadana que,
a día de hoy, no se han acometido.
Acuíferos sobreexplotados
y con contaminación por nitratos: Conejeros-Alabatana,
Cuchillo-Cabras, Sinclinal de Higuera, El Molar
y Tobarra-Tedera-Pinilla.
La especulación urbanística
que amenaza zonas del interior. Sobre el municipio
de Hellín se ciernen varios proyectos
para construir innumerables “casas de campo”
lo que haría aumentar la demanda de agua
e incrementar el vertido de aguas resiudales
que ya es un problema en la provincia de Albacete.
El proyecto más impactante es el de “Las
Higuericas”, con 820 viviendas en un espacio
protegido LIC (Lugar de Interés Comunitario).
Puntos negros en la Región
de Murcia
Los vertidos tóxicos y peligrosos que
la papelera Prietopapel y el polígono
industrial de Blanca realizan a la Rambla de
San Roque, que desemboca al azud de Ojós.
El agua del azud se utiliza para el abastecimiento
urbano de Alicante y de algunas zonas de la
ciudad de Murcia. A pesar de que se potabiliza,
los procesos utilizados no están diseñados
para eliminar las sustancias tóxicas
y peligrosas vertidas por estas industrias.
Contaminación por superación
de la capacidad de las actuales depuradoras
debido al incremento de la población.
Este problema se da en todas las áreas
donde se plantean importantes desarrollos urbanísticos
y en las grandes ciudades (Alcantarilla, Murcia,
Alhama, Lorca y La Manga).
La zona baja del río
Guadalentín, cerca de su encuentro con
el Segura, con unos índices de calidad
del agua menores a 25 (muy deficientes), agravados
por falta de los caudales ecológicos
mínimos y la acumulación de contaminantes
en los sedimentos.
Los acuíferos sobreexplotados,
con contaminación por nitratos, salinización
y/o intrusión marina: Águilas,
Aledo, Alto Guadalentín, Ascoy-Sopalmo,
Bajo Guadalentín (Cresta del Gallo),
Campo de Cartagena, Cingla, Jumilla-Villena,
Quibas, Mazarrón, Santa-Yéchar,
Sierra Espuña, Triásico de Carrascoy,
Triásico de las Victorias, Vega media
del Segura.
La desaladora de Valdelentisco,
que se construye sobre terrenos protegidos (LIC
y ZEPA) en tierra y sobre una pradera de posidonia
oceanica en el mar. El Ministerio de Medio Ambiente
no aclara cuál será el destino
del agua desalada, que podría pasar a
alimentar regadíos ilegales de Alhama,
Cartagena, Fuente Álamo, Mazarrón
y Sucina-Murcia. Además, servirá
para fomentar la espectacular destrucción
que sufre ese área costera como consecuencia
del crecimiento insostenible de urbanizaciones
y complejos turísticos.
Los desarrollos urbanísticos
y carreteras colindantes al río Segura
en el Valle de Ricote, especialmente en la zona
de La Morra (Villanueva del río Segura)
y en el Balneario Archena, donde ya han destruido
uno de los últimos bosques de ribera
de la Vega Alta.
La especulación urbanística
que amenaza zonas del interior, como Calasparra,
Caravaca de la Cruz y Cehegín.
Los resort y campos de golf
proyectados en el litoral de la Región
de Murcia, como Marina de Cope y La Zerrichera.
Marina de Cope está proyectada sobre
una antigua área LIC, que fue desprotegida
por la Ley del Suelo de la Región de
Murcia del año 2001. La Zerrichera (más
de 21 millones de metros cuadrados) está
proyectada sobre un área LIC y ZEPA.
Estos complejos traerán aparejados la
sobreexplotación de pozos subterráneos.
El Dominio Público
Hidráulico de las Vegas Media y Baja,
deslindados sólo en pequeños tramos,
lo que provoca la ocupación sistemática
de la zona de policía. Aunque la Administración
pretende deslindar zonas como el Corredor Verde
(Alicante) para restaurar los bosques de ribera,
la falta de un deslinde integral impide la regeneración
natural de las riberas y dificulta su mantenimiento
a corto y medio plazo.
Puntos negros en la Comunidad
Valenciana
En la ciudad de Orihuela, los sedimentos transportados
por el río Segura se depositan en el
cauce, dando lugar a la acumulación de
gran cantidad de lodos que provocan malos olores
y muchas molestias a los vecinos.
Los acuíferos sobreexplotados,
con problemas de contaminación por nitratos,
salinización y/o intrusión marina:
Vega baja del Segura, Cabo Roig, Triásico
de Torrevieja.
Cuando se saliniza un acuífero
deja de ser útil para cualquier uso (consumo,
riego o industrial). Su recuperación
a corto plazo es imposible y sólo se
consigue dejando de extraer agua del acuífero
durante largos periodos de tiempo.
El “canje de caudales”
consiste en extraer agua de pozos y vertela
al río Segura para transportala. En teoría,
el caudal equivalente vertido al Segura se toma
de nuevo río abajo. El problema estriba
en la absoluta falta de control tanto del volumen
real de agua extraída de pozos y vertida
al río, como de la cantidad de agua que
finalmente se toma. Al final se extrae mucha
más agua del río Segura de la
que hipotéticamente se vierte, lo que
supone el robo de importantes volúmenes
de agua.