En
la selva del Darién en Panamá,
comunidad, gobierno e industria forestal reciben
beneficios mutuos por su impulso de formas responsables
de manejo del bosque, que redundan en la conservación
del recurso y en mejores ingresos económicos
y calidad de vida para todos los sectores. WWF
Centroamérica y WWF Colombia han estado
coordinando este proyecto ejemplar.
Darién, Panamá,
marzo 9, 2007. “El proyecto significa cuidar
el bosque, protegerlo y generar empleo para
nuestras comunidades”, señaló
Franklin Mezúa, Administrador de la Empresa
Forestal Comunitaria del Tupiza, quien desde
el 2004 ha venido impulsando por la parte del
Congreso General el Modelo de Manejo Forestal
Responsable en Río Tupiza, Darién.
Este mes de marzo marca un
hito en la historia del manejo sostenible de
los bosques del Darién, ya que inicia
el primer aprovechamiento de bosques bien manejados,
específicamente en Río Tupiza,
al amparo del proyecto “Manejo y Comercio Forestal
Responsable en la Comarca Emberá-Wounaan”
que WWF, la organización mundial de conservación,
promueve con apoyo de autoridades panameñas,
organizaciones locales, industriales de la madera
y comunidades de la cuenca.
“Es así como se vislumbra
un mejor futuro para las comunidades de la Cuenca
del Río Tupiza: Nuevo Belén, Punta
Grande, La Pulida, La Esperanza y Barranquillita;
al igual que se contribuye con la conservación
a largo plazo pues el bosque prácticamente
queda intacto después de un aprovechamiento”,
señaló Mauro Salazar, Director
Forestal de WWF Centroamérica.
No se corta más de
lo que el bosque regenera
El Modelo de Manejo Forestal
es un sistema de aprovechamiento poli-cíclico
de los recursos forestales. Esto significa que
el bosque es sometido a un proceso de cosecha
por cuarteles de corta que se rotan en el transcurso
de los años (regularmente 25 años),
cosechando solamente los árboles maduros.
Bajo el principio de no extraer
más de lo que el bosque puede regenerar
en un ciclo determinado (ciclo de rotación
o ciclo de corta), el primer año se cosecha
un número limitado de árboles
del primer compartimiento, el año siguiente
se tala el segundo compartimiento, dejando que
las especies del primero se regeneren, vuelvan
a crecer y así sucesivamente durante
25 años que dura el ciclo de corta. Es
decir, si el compartimiento 1 se cortó
en el año 2005, no se volverá
ha aprovechar sino hasta el año 2030.
Otra particularidad del modelo
es que el tipo de aprovechamiento es selectivo,
el cual incluye la cosecha de entre cuatro a
cinco árboles por hectárea, por
lo que el bosque no se perjudica en su integridad
ecológica. Además, el manejo forestal
responsable facilita el proceso regenerativo
del bosque al abrir espacios de luz lo cual
favorece la regeneración del mismo bosque,
sin necesidad de reforestar.
Al cabo del ciclo de corta
(rotación) se regresa al primer compartimiento,
y de nuevo se tala un número limitado
de árboles conservando los ejemplares
más antiguos, los semilleros y las especies
protegidas. El sistema se basa en el cumplimiento
del concepto de “Bosques para Siempre” y en
concordancia con los Principios y Criterios
del Consejo de Manejo Forestal (FSC), órgano
rector de la certificación forestal en
el mundo.
Trabajo en equipo
El desarrollo de este primer
Modelo de Manejo Forestal en Panamá responde
al liderazgo de organizaciones como la Autoridad
Nacional del Ambiente (ANAM), el Congreso General
de la Comarca Emberá-Wounaan; así
como a la cooperación de la Agencia Internacional
para el Desarrollo (USAID), el Proyecto de Desarrollo
Sostenible del Darién, la Fundación
Natura, la Secretaría Nacional de Ciencia
y Tecnología (SENACYT), el Departamento
para el Desarrollo Internacional (DFID), la
Red Global de Comercio Forestal (GFTN, siglas
en inglés), y muy pronto también
con el apoyo de la Comunidad Económica
Europea.
Además, debido a la
pobreza extrema y necesidades de subsistencia
en muchos pueblos indígenas remotos del
Chocó-Darién es imprescindible
el trabajo conjunto con los grupos comunitarios
según sus acuerdos, valores y autodeterminación,
al punto de promover el desarrollo de Empresas
Forestales Comunitarias (EFC), con la participación
directa de los actores locales.
Las EFC trabajan con la guía
de los técnicos de WWF y sus socios,
quienes capacitan en todo el proceso de producción
desde la planificación e implementación
del manejo forestal, hasta la negociación
y comercialización de los productos forestales.
Una vez que las empresas están consolidadas
y listas para competir de forma independiente
en el mercado, WWF se retira e inicia proyectos
nuevos en otras regiones de valor forestal en
Centroamérica.
“Con mucho orgullo hemos desarrollado
con las comunidades planes de manejo en tiempo
récord (menos de un año) y creado
cuatro empresas forestales comunitarias en dos
años y entrando a un aprovechamiento
industrial en dos años y medio”, agregó
el ingeniero Mauro Salazar.
Los indígenas negocian
los precios directamente con compradores industriales
como SELLORO S.A. empresa que ha firmado el
contrato principal para la ejecución
del Plan Operativo 2007; así como Plywood
Orozco, que compra madera aserrada de cedro
espino de la Empresa Forestal Comunitaria del
Río Tupiza, su apoyo ya ha resultado
en mayores ingresos.
“Antes de trabajar con base
en el Modelo de WWF, las compañías
madereras tomaban ventaja de nuestras comunidades
indígenas comprando cantidades de madera
bajo sistemas de poco beneficio para nosotros
y a precios más bajos de los del mercado,
hoy tenemos más ganancias y estamos seguros
que nuestro hijos gozarán de estos hermosos
bosques”, concluyó con voz segura el
líder indígena Franklin Mezúa.
Manejo forestal responsable
en las comunidades del Río Tupiza
En busca de mejores oportunidades
Río Tupiza, Comarca Embera-Wounaan, Darién,
Panamá. 21 febrero 2007- Rodeados por
la selva tropical, los indígenas panameños
del Tupiza y Marragantí han crecido en
las entrañas del Darién, una zona
rica en recursos naturales, con una cobertura
boscosa que le ha valido el nombre de Tapón
de América.
Es ahí, donde WWF,
la organización mundial de conservación,
desarrolla desde el 2004 un proyecto que busca
mejorar la vida de las comunidades indígenas
y, al mismo tiempo, conservar los bosques a
largo plazo.
Según informes de la
Controlaría General de la República
de Panamá, el 60,3 por ciento de estos
indígenas vive bajo la línea de
pobreza, que en promedio en el país alcanza
el 37.3 por ciento.
“Las amenazas al ambiente
de la zona no pueden desligarse de los problemas
socioeconómicos. La actividad maderera
es de gran importancia en el Darién,
y la mejor manera de evitar la extinción
del bosque es mediante el impulso de prácticas
sostenibles de manejo”, señaló
el Técnico Forestal de WWF Centroamérica,
Edilberto Dogirama.
Agregó que las comunidades
están participando directamente para
que se mantenga un esquema que asegura el aprovechamiento
sostenible de la mano con industrias de la madera,
gobierno y agencias de cooperación.
La extracción descontrolada
de madera en los remanentes de bosque tropical,
debido a la falta de planes sostenibles de manejo
y la demanda insatisfecha de madera para la
industria forestal local, ha causado grandes
daños a las comunidades del Darién.
Según el Director Forestal
de WWF Centroamérica, Mauro Salazar “existen
otras amenazas como la conversión del
bosque hacia usos no sostenibles, la extracción
de madera sin manejo y sin control, y sobre
todo precios de madera muy por debajo del valor
de mercado para el productor local”.
Y es precisamente con el objetivo
de revertir los problemas socioambientales y
apoyar la conservación del bosque a largo
plazo, que las comunidades del Tupiza y Marragantí
se han unido a la actividad de manejar con responsabilidad
el bosque mediante el proyecto denominado “Desarrollo
de un Plan de Manejo Sostenible y Certificación
Forestal en la Comunidades del Tupiza y de Marragantí,
Comarca Emberá- Wounaan”.
El area bajo plan de manejo
del Tupiza se localiza sobre las riberas del
río Tupiza, mientras que el de Marragantí
está ubicado sobre las riberas del río
Tuqueza. Ambas iniciativas suman cerca de 44,000
hectáreas de bosques tropicales en los
territorios de la Comarca Emberá-Wounaan
del Darién.
“La Autoridad Nacional del
Ambiente de Panamá (ANAM) está
apoyando efectivamente el proyecto al autorizar
estos primeros planes de manejo forestal sostenible,
los Estudios de Impacto Ambiental y los primeros
planes operativos Anuales, indicó Mauro
Salazar.
Como parte del proceso de
conservación del bosque mediante su manejo,
WWF se ha preocupado por fortalecer las capacidades
técnicas, administrativas y gerenciales
de las Empresas Forestales Comunitarias desarrolladas
en el Tupiza y Marraganti, mediante el desarrollo
de talleres de capacitación.
“Con estos talleres queremos
mejorar el poder de decisión de los indígenas,
hemos tenido gran participación de hombres
y mujeres con el fin de ordenar sus recursos
forestales”, aseguró el técnico
forestal Edilberto Dogiramá.
Manejo de GPS, lectura cartográfica
para la construcción de accesos a las
zonas de extracción de la madera, ubicación
de trozas y en bloques, fortalecimiento de las
organizaciones sociales, y exigencias del mercado
comprador son algunos de los temas tratados
en las reuniones.
Este plan de sostenibilidad
ambiental se ha desarrollado gracias al apoyo
financiero de la Fundación Natura, la
Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo
Internacional (USAID), y el Ministerio Británico
para el Desarrollo Internacional (DFID), entre
otras organizaciones, quienes han tendido su
mano para mejorar las condiciones naturales
y económicas de la región. Recientemente
se ha sumado la Comunidad Económica Europea
y otras organizaciones locales como SENACYT.