Madrid,
19 de marzo de 2007.- El pasado sábado,
el petrolero de doble casco Samothraki cargado
con 40.000 toneladas de combustible encalló
junto al Peñón de Gibraltar mientras
esperaba un cambio de tripulación. Según
WWF/Adena, el buque ha recalado nueve veces
durante el último año en aguas
inglesas para realizar maniobras de trasvase
de crudo o bunkering.
Según WWF/Adena, en
lo que va de año se han realizado en
torno a 1.000 operaciones de bunkering en el
Puerto de Gibraltar, uno de los mayores puntos
negros del planeta en contaminación marina.
Gibraltar, que obtiene así grandes beneficios,
pone en grave riesgo la riqueza natural del
Estrecho, uno de los 20 paraísos naturales
sumergidos propuestos por WWF/Adena.
El bunkering es una práctica
habitual en aguas de Gibraltar, un paraíso
fiscal para esta actividad, que consiste en
el suministro de fuel a los buques que atraviesan
el Estrecho. Todo ello se hace desde gabarras
(buques gasolineras) de la refinería
de CEPSA en Algeciras u otro tipo de embarcaciones,
que pueden contener hasta 80.000 toneladas de
fueloil, fondeadas en estas aguas. Esto permite
ahorrarse a los buques en tránsito el
precio del avituallamiento en el muelle de CEPSA,
pero se realiza sin las adecuadas medidas de
seguridad y sin ningún impedimento ambiental,
al no estar sujetas a la normativa europea.
Punta Europa, en el extremo
sur del Peñón de Gibraltar, zona
donde el barco Samothraki ha encallado, es un
paso bien conocido por todos los mercantes por
su peligrosidad debido a los bajos someros y
a sus mareas vivas donde históricamente
han embarrancado numerosos barcos. Este buque
había cruzado la zona nueve veces, sólo
en el último año, por lo que es
difícil explicar este accidente. WWF/Adena
exige que se aclaren las causas del accidente
y se pidan responsabilidades.
“Exigimos a la Autoridad Portuaria
gibraltareña que aclare las causas de
este accidente, que podría haber tenido
consecuencias desastrosas para el valioso medio
marino del Estrecho de Gibraltar”, declaró
Juan Carlos del Olmo, Secretario General de
WWF/Adena. “Por suerte, esta vez el buque presentaba
doble casco y cumplía con la normativa
de seguridad marítima impuesta por la
OMI (Organización Marítima Internacional),
lo que ha evitado un nuevo Prestige”, concluyó
del Olmo.
A la peligrosidad de sus aguas
y la alta intensidad del tráfico internacional,
con más de 90.000 buques cruzando el
estrecho de Gibraltar, WWF/Adena añade
la actividad de bunkering en la bahía
de Algeciras y la indefinición política
de estas aguas, donde España y Gibraltar
no reconocen sus espacios jurisdiccionales,
como las causas más graves para la actual
situación de indefensión del Estrecho
frente a los accidentes del tráfico mercante
de sustancias peligrosas.
Ante esta grave situación,
WWF/Adena solicita a las autoridades regionales
y nacionales que promuevan la declaración
de una ZMES (Zona Marítima Especialmente
Sensible) por la OMI, limitándose el
número de barcos fondeados en Gibraltar,
aumentando el control y la vigilancia en el
Estrecho y promoviendo la cooperación
internacional para la resolución del
problema.
Artículo: José L. García
Varas