28
marzo 2007 - Ciudad de México, México
— Una vez más, los vacacionistas acudirán
a las playas durante la Semana Santa sin información
acerca de las condiciones en que se encuentran
esos destinos turísticos. De hecho, el
propio gobierno carece de información
actualizada y completa acerca de la calidad
bacteriológica de las principales playas
de México, circunstancia que ha intentado
disfrazar con discursos optimistas.
La Secretaría de Medio
Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) afirma
que para Semana Santa (del 1 al 8 de abril)
las playas del país estarán libres
de contaminantes. Sin embargo, no proporciona
información confiable y actualizada del
estado de las principales playas del país.
Hasta la fecha, los datos que ha presentado
tienen un retraso de casi 2 meses en playas
como las de Acapulco, Puerto Vallarta y Veracruz,
entre otras.
Asimismo, la información
presentada no es confiable porque:
No es representativa, sólo
registra un momento en un periodo de 30 días.
Las descargas de aguas negras al mar no han
disminuido. México únicamente
sanea el 35% de sus aguas residuales y la mitad
de los municipios con costa carece de plantas
de tratamiento.
El espectro de contaminantes
a evaluar es limitado, pues únicamente
busca bacterias fecales. El agua de mar puede
contener virus, como el de la hepatitis. Asimismo,
se ha demostrado la presencia en mariscos de
metales pesados y sustancias tóxicas
como residuos de plaguicidas, incluido el DDT.
Provoca escepticismo el hecho
de que los análisis sean realizados por
los laboratorios estatales de Salud y no por
la Federación.
En general, el turista desconoce
esta información porque sólo está
disponible en la página de internet de
la Semarnat, cuando debería estar en
cada playa.
Además, la normatividad
aplicable es muy laxa pues establece como límite
permisible hasta 500 enterococos por cada 100
mililitros, cuando en los países europeos
y en Estados Unidos el riesgo sanitario se da
a partir de 200. Bajo este último parámetro
deberían permanecer cerradas Playa Principal,
en Zihuatanejo (cuyo último reporte llega
a 488); Sayulita, en Bahía de Banderas
(455); Playa el Niño, en Cancún
(350); Caleta, en Acapulco (301); La Madera,
en Zihuatanejo (300); Caletilla, en Acapulco
(259); Playa Suave (Aguas Blancas), en Acapulco
(253); El Almacén, en Zihuatanejo (247),
entre otras.
Por lo anterior Greenpeace
propone:
1. La Secretaría de
Salud, a través de la Cofepris, debe
establecer un sistema de banderas indicadoras
(semáforos) para que la gente conozca
la calidad del agua en la propia playa.
2. Crear programas de saneamiento obligatorio
para cada destino turístico.
3. Establecer una norma oficial mexicana para
la certificación de playas; sólo
existe una norma voluntaria que establece como
límite 200 enterococos (nadie se ha certificado
con ella).
4. Se debe aumentar la frecuencia, los sitios
y el espectro de contaminantes en las evaluaciones.
5. Semarnat y Profepa deben sancionar a quienes
violen la legislación al descargar aguas
contaminadas.
6. La Secretaría de Hacienda debe crear
una partida especial para atender el déficit
de infraestructura de tratamiento de aguas residuales
en los municipios costeros.
7. Es indispensable coordinar y delimitar las
responsabilidades y facultades que corresponden
a Semarnat, Conagua, Profepa, Sectur, Cofepris,
estados y municipios.
“Es necesario emprender estas
acciones de inmediato. Este problema no se resuelve
con discursos de la Semarnat afirmando que las
playas no están contaminadas”, señaló
Alejandro Olivera, coordinador de la campaña
de océanos de Greenpeace México.