Madrid,
13 de abril de 2007- El próximo lunes
día 16, el Ministerio de Medio Ambiente
y la Junta de Andalucía firmarán
el acuerdo para construir el embalse de Alcolea
(Huelva). WWF/Adena ha transmitido al Ministerio
su oposición a este nuevo embalse inútil
y considera que, junto con los otros proyectos
de embalses en Andalucía, pone en duda
la política del Ministerio hacia una
‘nueva cultura del agua’. WWF/Adena espera
que, sobre la base de una queja de esta organización,
que denuncia los efectos ambientales negativos
del proyecto, la Comisión Europea paralice
este despropósito.
Con un total de 1.300 presas,
España es ya el país con más
embalses por habitante del mundo. WWF/Adena
ha criticado reiteradamente que, en vez de
controlar los usos del agua y conservar los
ríos, los fondos públicos se
destinen principalmente a obras hidráulicas.
Aunque para muchos políticos locales,
provinciales, andaluces y estatales este nuevo
embalse sea un ‘éxito’, para WWF/Adena
representa un rotundo fracaso de la gestión
del agua.
Según datos publicados
recientemente por varios profesores de la
Universidad de Huelva, el embalse almacenará
al año 23 toneladas de arsénico,
12 de plomo, 7 de cadmio y 34 de níquel,
procedentes de la cuenca minera del río
Odiel; uno de los ríos más contaminados
también por cinc y cobre del mundo.
Además, se acumularán también
los sedimentos erosivos de la cuenca minera
del río, con lo que se colmatará
en pocos años por tierras y fangos
tóxicos. La calidad del agua no es
apta para usos agrícolas y, debido
a su alto contenido en manganeso, tampoco
sirve para el riego por goteo, ya que lo taponaría
este sistema de riego.
Por otro lado, el embalse
destruirá muy probablemente el paraje
natural Las marismas del Odiel. WWF/Adena
remitió una queja sobre la evaluación
ambiental deficiente del proyecto a la Comisión
Europea, que sigue estudiando los efectos
negativos del embalse y cuya decisión
podría impedir la construcción
del mismo.
“Es inaceptable que el Ministerio
de Medio Ambiente financie obras hidráulicas
inútiles que destruyen nuestros ríos”,
se queja Guido Schmidt, responsable del programa
de Aguas de WWF/Adena: “La construcción
de este embalse y los nuevos regadíos
ponen en evidencia la debilidad de la Junta
de Andalucía a la hora de defender
sus compromisos de desarrollo sostenible frente
a la presión de varios alcaldes y determinados
agricultores, muchos de ellos con pozos ilegales.
WWF/Adena teme ahora una especulación
masiva sobre el uso del agua en Huelva.”
Información adicional:
Las administraciones aún
no han aclarado cómo van a asumir el
pago de los costes de las obras de la presa
los 1.300 agricultores que componen la Comisión
Promotora de la Comunidad de Regantes de Alcolea,
tal y como exige la Directiva Marco del Agua.
Así, WWF/Adena exige que se explique
de qué forma se recuperará la
inversión, que asciende a 200 millones
de euros. WWF/Adena subraya que ha presentado
una queja europea para que se paralice desde
Bruselas la construcción y, en todo
caso, no se pueda financiar con fondos europeos.
En el hipotético
y poco probable caso de que el agua pudiese
tener algún uso, en opinión
de WWF/Adena, la presa serviría para
multiplicar por tres la superficie regada
en la zona cercana, poniendo en regadío
entre 15.000 y 60.000 nuevas hectáreas,
sobre todo, con cítricos. Es bien conocido
que el sector cítrico español
se enfrenta a una profunda crisis. De hecho,
en otras zonas de España, donde existe
una larga tradición de este cultivo,
se está dejando la fruta sin recolectar
debido a los bajos precios de la producción.
Por lo tanto, esta expansión incrementaría
la producción sin que exista garantía
alguna de su viabilidad económica.
Además, el proyecto choca con el planteamiento
actual, defendido por el Ministerio de Medio
Ambiente, de no incrementar aún más
la superficie en regadío debido a la
dificultad para asegurar el agua que demanda
el regadío ya existente.
También se afirma
que la presa permitirá llevar agua
superficial al acuífero 27 de Doñana,
disminuyendo así la presión
que sufre por parte del sector fresero. Sin
embargo, se olvida la calidad del agua no
apta para usos agrícolas y no se menciona
que la gran mayoría de los cultivos
de fresón que se beneficiarían
del agua del futuro embalse la extraen de
manera ilegal, en la zona hay más de
1.000 pozos ilegales.
Segun un manifiesto de una
serie de profesores de la Universidad de Huelva,
publicado el 14 de Febrero de 2007, la media
anual de la carga contaminante disuelta que
transporta el río Odiel, medida a su
paso por Gibraleón, es extraordinariamente
elevada:
Según la misma fuente,
la mayoría de estos contaminantes son
fuertemente tóxicos, poseen la capacidad
de acumularse en los tejidos de los seres
vivos y pueden inhibir la actividad de las
plantas, entre otros efectos. Según
datos publicados en revistas científicas
avaladas por el arbitraje de especialistas
de reconocido prestigio[1], el Odiel conduce
al mar en torno al 45% del cinc y el 12,5
% del cobre que aporta el conjunto de todos
los ríos del planeta, además
de 23 toneladas/año de arsénico,
12 de plomo, 7 de cadmio, 34 de níquel,
etc. Todos son metales y metaloides tóxicos,
especialmente el arsénico que es, a
su vez, muy difícil de eliminar con
tratamientos convencionales del agua. El riego
agrícola con estas aguas produciría
una inevitable acidificación de los
suelos, además de ser inviable como
consecuencia de los niveles de manganeso que
contiene. Este metal, en contacto con el aire,
precipita en las conducciones y las tapona
impidiendo la circulación del agua.
Artículo: Guido Schmidt