25
abril 2007 - Ciudad de México, México
— El Comité Pro Desarrollo de la Cuenca
del Papaloapan, Consultores Ambientales Asociados
y Greenpeace presentaron el estudio “Insuficiencia
renal crónica en Tierra Blanca”, que
demuestra que las enfermedades renales en
esa región de Veracruz han aumentado
de manera alarmante. El estudio señala
que, entre 1998 y 2003, el 12 por ciento de
los habitantes de ese municipio fallecieron
por ese padecimiento.
De 2003 a la fecha, las
autoridades veracruzanas de salud han querido
adjudicar este problema a personas de la tercera
edad, con hipertensión y diabetes mal
cuidada; sin embargo, ninguna de las hipótesis
oficiales explica la magnitud y distribución
de los fallecimientos por insuficiencia renal
crónica (IRC) en esta región.
El estudio presentado coincide
con un documento del Servicio de Nefrología
del Instituto Nacional de Cardiología
que confirma la elevada prevalencia de IRC
en este municipio. Las organizaciones estiman
que una posible causa de este problema es
la contaminación de los mantos freáticos
por hidrocarburos.
Las organizaciones señalan
la urgencia de que Veracruz tome medidas serias,
ya que las hipótesis oficiales de contaminación
en la zona por metales pesados y plaguicidas,
y la más reciente de diabetes mellitus
no justifican la magnitud y distribución
de este problema de salud. Entre las variables
que Veracruz debe considerar para los estudios
futuros destacan: la contaminación
que pudo generar, en mantos freáticos
cercanos y pozos de agua de la localidad,
el vertido de grandes cantidades de solventes
clorados e hidrocarburos de lo que fuera el
Taller Sistemal del Ferrocarril de Tierra
Blanca. Esta hipótesis se sustenta
en el conglomerado de casos de IRC que ocurrieron
en la cabecera municipal en áreas cercanas
al taller.
“De los 270 fallecidos por
IRC, pocos casos fueron consignados por diabetes.
Además, tenemos datos de otros 40 muertos
por IRC que al momento de su fallecimiento
ya no vivían en Tierra Blanca, así
como de 11 más en Tres Valles, Veracruz,
y Acatlán, Oaxaca, así como
varios más que fallecieron en otros
estados. ¿Cuántos muertos lleva
en sus espaldas el gobierno de Veracruz desde
1998?”, cuestionó Lilia Albert, una
de las toxicólogas más reconocidas
en América Latina y directora general
de Consultores Ambientales Asociados.
“Tenemos registradas 12
defunciones de menores de 18 años y
40 más de 19 a 40 años de edad”,
señaló Jesús Castro Ahumada,
presidente del Comité Pro Desarrollo
de la Cuenca del Papaloapan, A.C.
El periodo estudiado (1998-2003)
demuestra que más de 65 por ciento
de las defunciones ocurrieron en Tierra Blanca
pero una proporción elevada, más
del 34% de defunciones en jóvenes,
ocurrieron en otras ciudades del estado, probablemente
porque los afectados se habían trasladado
a otras ciudades para obtener mejor atención
médica.
“Es prioritario establecer
medidas para detener el problema. En algunos
años, como el 2002, el 17% de las defunciones
en Tierra Blanca se debieron a ese problema
de salud. ¿Qué esperan las autoridades
para proteger a la población?”, declaró
Marisa Jacott, coordinadora de la campaña
de tóxicos de Greenpeace México.
Datos del Instituto Mexicano
del Seguro Social señalan que en todo
el estado de Veracruz hay 5.6 enfermos de
IRC por cada 100 mil habitantes. Sin embargo,
el estudio presentado por las organizaciones
establece que sólo en el 2003 había
más de 186 enfermos renales por 100
mil habitantes, lo que equivale a una tasa
33 veces más alta.
Las organizaciones exigen
a las autoridades:
1)Atender de inmediato las enfermedades renales
que han golpeado a Tierra Blanca, mediante
el diagnóstico oportuno y gratuito
de enfermos, dando preferencia a los que tienen
algún mal renal detectado, a quienes
tienen síntomas pero no han sido diagnosticados,
a las personas de menores recursos y a quienes
residen en zonas de riesgo o tienen más
de un enfermo en su familia.
2)Ampliar los servicios
de la Unidad Básica de Nefrología
de reciente instalación para que, además
de diálisis peritoneal, realicen hemodiálisis
y trasplante renal.
3)Desarrollar mecanismos
eficaces para dar a conocer a la población,
de manera clara y oportuna, los resultados
de los monitoreos ambientales, de salud y
estudios realizados.
4)Realizar los estudios
ambientales para identificar y eliminar la
o las fuentes de contaminación que
están causando esta enfermedad.
5)Constituir un comité
ciudadano integrado por gente de la comunidad,
enfermos y familiares para incidir en las
decisiones oficiales.