03
mayo 2007 - Rosario, Argentina — Campesinos
del pueblo santiagueño de Algarrobal
Viejo y del Movimiento Campesino de Santiago
del Estero (MOCASE) viajaron hasta Rosario
y junto a activistas del Taller Ecologista
y de Greenpeace realizaron una protesta frente
las oficinas de la empresa Rumbo Norte S.A.
para que detenga los desmontes en su campo.
Dante Luna y Gregorio Abregú,
habitantes de Algarrobal Viejo, junto a Guido
Corvalán y Nelly Veliz, presidente
y vice del Movimiento Campesino de Santiago
del Estero (MOCASE), recorrieron muchísimos
kilómetros para protestar frente a
las oficinas que la empresa Rumbo Norte S.A.
tiene en esta ciudad, y acompañados
por activistas de Greenpeace y del Taller
Ecologista, desplegaron un cartel que reclamaba
"Rumbo Norte: no destruyas nuestros bosques".
Algarrobal Viejo es un paraje
ubicado en el límite entre Santiago
del Estero y Salta; sus pobladores son muy
humildes, viven del monte y crían animales,
como cerdos, gallinas y cabras. Pero gran
parte del pueblo está a punto de desaparecer
debido a una solicitud de desmonte por 13.260
hectáreas, que estaría próxima
a ser autorizada por la provincia de Salta
a la empresa rosarina Rumbo Norte SA.
"Vinimos hasta las
oficinas de Rumbo Norte porque estamos a punto
de perder nuestras tierras de uso comunitario.
Nosotros sin el bosque no tenemos futuro.
¿Dónde vamos a criar nuestros
animales? ¿Adónde vamos a ir
con nuestros hijos?", se preguntó
Gregorio Abregú, vecino de Algarrobal
Viejo.
Hace seis meses que la empresa
Rumbo Norte S.A. alambró los terrenos
de la finca "El Suncho" y solicitó
a la Secretaría de Ambiente y Desarrollo
Sustentable de Salta el permiso para desmontar
la zona e iniciar una explotación agropecuaria.
Además, la empresa donó un trailer
para que la policía salteña
custodie la zona. Desde entonces, los campesinos
mpezaron a denunciar que los agentes no los
dejaban pasar y que les robaban sus animales.
Como protesta, resolvieron trasladar el trailer
hasta territorio santiagueño "aprovechando
la momentánea ausencia de policías"
asegurando que allí estaban los cueros
como pruebas del robo de animales. Ocho de
los campesinos fueron detenidos durante nueve
días y luego liberados. Ahora, la Justicia
salteña les inició proceso por
"robo agravado y amenazas".
"Cuando intentamos
cruzar al monte, nos amenazan con tiros al
aire. Además, los policías matan
nuestros animales, se los comen y después
venden sus cueros. Nosotros escuchamos desde
el pueblo el grito de las cabras cuando ellos
las matan", aseguró Abregú.
El campo El Suncho está
ubicado en la frontera entre Santiago del
Estero y Salta, y fue el centro de un conflicto
limítrofe entre esas dos provincias
que se zanjó cuando la última
dictadura militar decidió en 1979 ubicar
la mayor parte de su superficie en Salta.
Eso nunca se consultó ni comunicó
a los campesinos, sus pobladores originales,
que ahora se ven privados de utilizarlo y
ven el futuro del monte amenazado por las
topadoras.
"La situación
que se vive en Algarrobal Viejo es muy similar
a la de muchísimos otros pueblos de
nuestro país. Con los desmontes, cientos
de campesinos e indígenas, tradicionales
ocupantes de nuestros bosques, son desalojados
por las topadoras, y muchas veces esto sucede
con permiso de las provincias. Es por eso
que necesitamos que de manera urgente el Senado
apruebe la Ley de Bosques", señaló
Hernán Giardini, coordinador de la
campaña de Bosques de Greenpeace.
La Ley de Presupuestos Mínimos
para la Protección Ambiental del Bosque
Nativo es apoyada por varias organizaciones
como Greenpeace, El Taller Ecologista, el
Movimiento Campesino de Santiago del Estero
(MOCASE), la Organización de Pueblos
y Naciones Indígenas en Argentina (ONPIA),
la Federación Agraria Argentina y la
Federación Argentina de la Industria
Maderera y Afines (FAIMA), y establece la
moratoria a los desmontes hasta tanto las
provincias realicen un ordenamiento territorial
de los bosques nativos que garantice el uso
sustentable de los mismos. Además,
la norma prohíbe explícitamente
el otorgamiento de permisos de desmonte en
zonas tradicionalmente habitadas.