Productores
de palma africana en Honduras y WWF, la organización
mundial de conservación, acordaron
ejecutar acciones conjuntas en busca de la
implementación de Mejores Prácticas
Agrícolas que favorezcan la producción,
las comunidades cercanas y los recursos naturales
de la zona.
Lima Cortés, Honduras,
19 de junio de 2007.- El trabajo en equipo
en beneficio del ambiente, las comunidades
y una economía sostenible es la meta
que busca la puesta en firme del Memorando
de Entendimiento entre importantes grupos
productores de palma africana en Honduras
y WWF.
Tras la firma del convenio,
hoy sellaron su compromiso por un manejo agrícola
responsable, la empresa productora de palma
aceitera Palmas de San Alejo y la procesadora
de palma Agropecuaria Tornabé (AGROTOR),
subsidiarias del grupo agroindustrial JAREMAR,
y WWF, la organización mundial de conservación.
El objetivo de este acuerdo
es identificar y reducir el impacto ambiental
en el Arrecife Mesoamericano, causado por
el cultivo de palma africana para la producción
de aceite y otros derivados alimenticios.
Este cultivo se extiende por casi 68.000 ha,
divididas en tres zonas, las llanuras costeras
del Departamento de Atlántida, el Valle
de Sula y el Valle del Aguán. José
Vasquez, Oficial de Agricultura de WWF, explicó
que se trabaja con particular interés
en Atlántida, un área de 1.564
km2, localizada a lo largo de la costa Caribe
y que está bañada por una serie
de ríos caudalosos que bajan de la
Cordillera Nombre de Dios.
“Debido a lo escarpado de
las montañas y a las fuertes lluvias
de la zona, la actividad agrícola se
torna en amenaza para los arrecifes, por la
gran cantidad de sedimentos y agroquímos
que llegan hasta el mar. De aquí la
importancia de tomar medidas para controlar
la contaminación,” aclaró José
Vásquez.
Como organizaciones patrocinadoras
de la iniciativa sobresalen la Fundación
Summit y la Red Internacional de Acción
para los Arrecifes de Coral (ICRAN), alianza
que responde a las necesidades de conservación
de los arrecifes coralinos y al bienestar
de las comunidades, y que es financiada por
la Fundación para las Naciones Unidas
(UNF) y la Agencia de los Estados Unidos para
el Desarrollo Internacional (USAID).
Para Liza Agudelo, Coordinadora
de la Alianza ICRAN-MAR, “las gestiones que
WWF ha adelantado con diversos sectores agrícolas
son pioneras en la región y estamos
convencidos de que estos esfuerzos conjuntos
traerán grandes beneficios para la
salud y la conservación del arrecife
y de las comunidades que dependen de sus recursos.¨
Palmas de San Alejo y AGROTOR
fueron establecidas desde los años
50. Actualmente cuentan con más 500
empleados provenientes de 14 comunidades que
rodean la plantación. Tiene una producción
anual de 23 mil toneladas de aceite que usan
para elaborar productos alimenticios y planean
producir también biodiesel.
Danny Gabrie, Vicepresidente
de Operaciones Agroindustriales del Grupo
Jaremar, al cual pertenecen Palmas de San
Alejo y AGROTOR, afirmó que siempre
están buscando mejorar las prácticas
de cultivo, desde el punto de vista agrícola,
ambiental y legal.
¨Aceptamos la invitación
de WWF para hacer estudios y ver cómo
se puede mejorar la plantación. Tenemos
lagunas de oxidación para las aguas
residuales, que usaremos para producir energía
eléctrica para la planta procesadora,
lo que minimiza el impacto agrícola
sobre el arrecife¨, añadió
Gabrie.
Entre otros compromisos
destacan el control de los envases vacíos
de agroquímicos, el uso de cobertura
vegetal en las plantaciones para evitar la
erosión y reducir la aplicación
de herbicidas y fertilizantes, especialmente
nitrógeno.
La agricultura, además
del turismo, es la principal actividad económica
asociada al Arrecife Mesoamericano. Los cultivos
comerciales y de subsistencia emplean a más
de un millón de personas y generan
más del 10% del Producto Nacional Bruto
en los cuatro países que comparten
el arrecife. Buenas prácticas de manejo
en las plantaciones agrícolas son vitales
para la protección de las cuencas y
minimizar el transporte de contaminantes hasta
los corales.
Notas al editor:
El Arrecife Mesoamericano
(MAR).
Compartido por cuatro países, es el
sistema arrecifal más grande de América
y se extiende unos 1000 kilómetros,
desde el extremo norte de la Península
de Yucatán en México, incluyendo
la barrera arrecifal de Belice, la costa caribe
de Guatemala y el complejo Islas de la Bahía/Cayos
Cochinos, adyacentes a la costa norte en Honduras.
Es considerado una verdadera joya del Caribe
y único en el hemisferio occidental
tanto por su inmensa extensión, como
por sus diversos arrecifes, sus exuberantes
corales y su buen estado de conservación.
WWF, la organización
mundial de conservación.
Es una de las organizaciones independientes
de conservación más grandes
y con mayor experiencia en el mundo. WWF nació
en 1961 y es conocida por el símbolo
del Panda. Actualmente, cerca de 5 millones
de personas cooperan con WWF, y cuenta con
una red mundial que trabaja en más
de 100 países. Para saber más
de WWF visite: www.wwfca.org
La Alianza para el Arrecife
Mesoamericano de ICRAN (ICRAN-MAR).
Busca minimizar los impactos a la barrera
arrecifal mesoamericana fomentando la adopción
de mejores prácticas sostenibles en
las áreas de turismo, pesquerías
y manejo de cuencas. Esta iniciativa diseñada
inicialmente para tres años tiene un
enfoque integral que reconoce la fuerte interrelación
de estos tres componentes y su impacto en
la salud del arrecife. Con financiación
de la Fundación para las Naciones Unidas
(UNF) y la Agencia de los Estados Unidos para
el Desarrollo Internacional (USAID), el proyecto
reúne a importantes instituciones expertas
en el campo de la conservación, quienes
coordinan actividades que promueven la creación
y fortalecimiento de capacidades locales,
el desarrollo de herramientas para toma de
decisiones, la adopción de buenas prácticas
y la construcción de alianzas con el
sector privado".
Cinthya Flores