18
junio 2007 - LICANTEN, Chile — A raíz
de los derrames de tóxicos en el cauce
del río Mataquito, Greenpeace Chile
pone en evidencia la precariedad de los procesos
productivos chilenos y denuncia el grave riesgo
de derrames y contaminación tóxica
que persiste en Chile.
Es la tercera vez que el
Río Mataquito es afectado por las fallas
técnicas de la Planta Licancel de CELCO.
La primera vez, el 3 de diciembre de 1999,
la empresa argumentó las mismas deficiencias
en los procedimientos de limpieza y mantención
de sus instalaciones. En esa oportunidad,
las investigaciones internas no llegaron a
ninguna responsabilidad. Consideramos que
ni siquiera el despido de los gerentes, como
producto del daño medioambiental del
que hoy somos testigos, podría asegurar
que este pésimo funcionamiento de las
plantas de CELCO no vuelva a repetirse.
Para Greenpeace Chile no
es posible que cada vez que la planta Licancel
se encuentre en procesos de mantenimiento
sea la comunidad quien sufra los impactos
,negativos. En el hecho anterior, la corte
negó que los vertidos provenientes
de la planta se hubieran efectuado al mismo
tiempo que se dio muerte a cientos de peces.
Tal y como se vuelve a producir el 2007. También
nos sorprende que una planta que tiene prohibición
de funcionar vierta 50.000 litros de contaminantes
de sus procesos.
Greenpeace elaboró
el año pasado un Prontuario Ambiental
de las plantas de Celulosa de CELCO donde
se concluye que año a año se
van repitiendo los mismos problemas y negligencias
de estas características. Por lo que
a nuestro juicio esta sería la forma
en que CELCO procede. Asunto inaceptable en
una empresa que dice ser la más moderna
de Latinoamérica. Urge saber cuáles
fueron las investigaciones y medidas tomadas
para evitar que un hecho de estas características
se repitiera, pues claramente no han dado
ningún tipo de resultado, ni menos
garantías a la población. Incluso
la remoción de algunos ejecutivos,
producto del incidente en el Río Mataquito,
no da garantías de que las cosas cambien,
y con el cierre de la planta de forma indefinida,
no estamos resolviendo nada.
CELCO le ha mentido, deliberadamente,
a la Corte Suprema para negar su responsabilidad
en el problema de Valdivia y ha construido,
en tres de sus plantas, ductos irregulares.
Es decir, esta empresa ha querido engañar
concientemente a la autoridad y a la población,
por lo que la declaración de culpabilidad
de CELCO es lo mínimo esperable.
Una empresa como CELCO debiera
entregar las garantías necesarias para
la protección de la población
y el medio ambiente en función de un
proceso de producción limpia, modelo
que esta empresa no ha seguido por más
de treinta años. El río Mataquito
nos vuelve a recordar, tristemente, que no
se puede confiar en CELCO.
Samuel Leiva, Coordinador de Campaña,
Greenpeace Chile